Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.3
Notable
Sin lugar a dudas en Mazda están trabajando muy duro para hacer que su marca sea competitiva y sobre todo, deseable. A pesar de que el Mazda3 cuenta con competidores más modernos dentro de su segmento, el compacto del segmento C sigue siendo una elección muy acertada para aquellos que busque algo más en cuanto a diseño y quieran acompañarlo de una conducción con rasgos deportivos pero que no nos haga renunciar al confort.
No es que tenga ningún trato especial con Mazda pero sí, es una marca que veo con muy buenos ojos porque creo que tiene un producto honesto, muy atractivo y con una filosofía que despunta de la de otros competidores y fabricantes -algo que sin duda, me atrae-.
Mazda va por otro lado, a su bola y a pesar de eso las cosas le salen mucho mejor que al resto en casi todos los aspectos. Aunque cuentan con un producto que podemos catalogar como «caro», la marca sigue cosechando buenos resultados y el motivo es que su producto es francamente bueno.
En esta ocasión hemos rodado con el Mazda3, un compacto interesante, atractivo, elegante y muy dinámico que ha sufrido un pequeño lavado de cara para actualizar un vehículo que lleva siendo muy bueno desde su salida al mercado ya hace unos años.
Diseño Exterior
En mi opinión, estamos ante unos de los mejores diseños disponible en la actualidad en el mercado. Detrás de este magnetismo que emanan los nuevos diseños de Mazda y en particular el del nuevo Mazda3, nos topamos con KODO, un lenguaje insipirado según la marca en la belleza y en la fuerza de la naturaleza.
El diseño KODO se presentó por primera vez en 2010, en el Mazda Shinari, un prototipo de coupé de cuatro puertas.
Alejándonos de las palabras de la marca, que por lo general dejan al producto por las nubes, vamos a contaros cómo es este atractivo modelo muy capacitado para competir con un segmento más premium y de mayor valor.
En la parte frontal del nuevo Mazda3 nos encontramos con una singular curva que abarca la parte inferior de la parrilla delantera en forma de “V” y desemboca en los expresivos faros que ahora, tras el casi inapreciable restyling, cuentan -al menos en nuestro acabado- con tecnología FULL LED (en otros acabados forman parte del Safety Pack que por 3.600 euros equipa elementos tan atractivos como el control de crucero adaptativo, el sistema de aviso de cambio involuntario de carril, el sistema de asistencia de frenada o los faros en tecnología LED y sistema adaptativo). Es una lástima que la luz de marcha diurna tan sólo está activada cuando el vehículo inicia la marcha.
La iluminación en la noche es destacable y hay que subrayar que el modelo también incorporaba en nuestro acabado -Zenith White- un sistema de luz automática de carretera así como sensores de luz y lluvia.
En la parte central nos topamos con una parrilla con seis lamas horizontales en negro brillante que albergan el portamatrículas y el logo de la marca en gran tamaño. A la misma altura que el portamatrículas delantero, el modelo monta la línea de sensores de parking.
La parte inferior del frontal monta una entrada de aire inferior horizontal. A ambos lados de esta entrada de aire, justo en las esquinas inferiores encontraremos unos faros antiniebla redondos con un anillo cromado insertados en una superficie negra. Justo encima de los faros antiniebla tendremos los intermitentes delanteros.
La característica “V” del frontal se extiende a través del capó delantero hacia los pilares “A”.
Visto de lado, el modelo parece ensancharse en la parte trasera y el arqueado techo se aplana cuando llega a la trasera. Los abultados pasos de rueda de nuestra unidad de pruebas albergaba unas bonitas llantas de aleación de 18” en diseño de 10 radios que montaban unos neumáticos SP Dunlop Sport Maxx en dimensiones 215/45 R18 89W.
Las llantas ocultan un eficaz sistema de frenos compuesto entre otros de discos de freno delanteros con un diámetro de 295 mm y traseros de 265 mm.
La parte trasera es realmente donde encontramos el cambio respecto al modelo que recientemente hemos probado en la carrocería SportSedán [Ver prueba Mazda3 SportSedan]
En la zaga nos encontramos con una luneta muy horizontal y que ofrece sólo visibilidad para circular por carretera, siendo necesaria una ayuda al estacionamiento porque la visibilidad de este tipo de modelos en la parte baja es muy mala.
Unos rasgados faros en tecnología LED parcial ofrecen una singular firma lumínica que hace que el Mazda3 resulte inconfundible en la noche. El abultado paragolpes acrecienta la sensación de robustez y aplomo del modelo. A media altura nos topamos con la línea imaginaria protagonizada por los 4 sensores de aparcamiento que equipaba nuestra unidad de pruebas -acompañados a su vez por una cámara de visión posterior de una calidad media-alta-. La parte inferior en negro ofrece un deportivo contraste y alberga la doble salida de escape redonda con la que cuenta la motorización diésel de 150 cv. En la parte superior de esta zona de contraste se encuentran engarzados unos curvos catadioptricos.
Uno de los aspectos que más me ha sorprendido del modelo en cuestión ha sido el excelente montaje de todos los paneles así como las reducidas holguras que reslatan la sensación de calidad de montaje.
Diseño interior
Algunos lo han definido como espartano, sin embargo, yo lo considero un verdadero acierto y un salto cualitativo en lo que a calidad de materiales y ajustes se refiere.
Las atractivas formas de la carrocería crean grandes expectativas sobre el interior que esperamos que se vean cumplidas cuando abrimos la puerta para acceder al habitáculo.
Al sentarnos al volante un anillo rojo parpadeante empieza a mostrarnos los latidos del coche en el cuadro de instrumentos. Al encender el motor, las agujas, los indicadores y los demás instrumentos se iluminan. A continuación, el Head Up Display se abre hasta ponerse en posición y finaliza la secuencia de arranque.
Cuando accedemos al habitáculo nos damos cuenta de que se trata de un coche en el que todo está al alcance de la mano del conductor. Sus cómodos asientos -tapizados en una recomendable piel blanca con detalles en rojo (en otros acabados supone un desembolso de 1600 euros)- son acogen y sujetan con la mayor eficacia.
Enfrente del asiento del conductor tenemos el volante multifunción deportivo forrado en cuero. Desde el volante podremos acceder a diversas funciones del vehículo gracias a sus 15 botones.
La zona del conductor, que converge en el centro, contrasta con el salpicadero del lado del acompañante, relativamente bajo. La consola central asimétrica señala la frontera entre las dos zonas, delimitando sus respectivos atributos.
El nuevo Mazda3 fue uno de los primeros modelos del segmento C que incorpora la nueva pantalla Head Up Display. Esta pantalla presenta la información más importante para el conductor, como velocidad y alertas del sistema de seguridad activa, directamente en la línea visual del conductor.
En el Mazda3 sin duda han buscado que prime la comodidad a la hora de conducir, por lo que Mazda ha situado los controles necesarios para manejar directamente el vehículo manteniendo los ángulos naturales y una postura relajada. Como ejemplo de esta afirmación, observamos que la posición del volante es más baja que en el modelo de segunda generación o que los pedales están colocados simétricamente a la derecha e izquierda del eje central del conductor, en las posiciones más óptimas.
La consola central es minimalista al máximo y se encuentra presidida por una gran pantalla opcional de 7” que toma protagonismo cuando adquirimos el paquete de navegación. Los sistemas que se reflejan en la pantalla son accesibles desde un mando giratorio y unos botones (HMI Commander) situados tras la palanca de cambio automática. El sistema de infoentretenimiento de nuestra unidad de pruebas estaba asociado a un sistema de sonido BOSE® de 9 altavoces.
Un aspecto que no me ha convencido es que a diferencia de otros competidores, la pantalla sólo es táctil cuando estamos parados.
Gracias también al nuevo diseño, más ancho y con mayor distancia entre ejes, el Mazda3 es líder en su clase en cuanto a espacio para los hombros en las plazas delanteras y traseras; también es de los mejores en la cota de espacio para las piernas. El interior es más amplio y confortable que el de su antecesor en la mayoría de medidas, desde el espacio para los pies al espacio para las rodillas, entre otras. Asimismo, Mazda ha sabido mantener el espacio para la cabeza, a pesar de la reducción de 15 mm en la altura general del coche.
Los asientos son capaces de envolver a los ocupantes, pese a no ser de corte deportivo, proporcionándoles una posición natural con buen apoyo y una sujeción magnífica.
Las líneas virtuales del salpicadero se alargan hacia las salidas de aire laterales y hasta los tiradores de las puertas. De este modo, se acentúa la sensación de pureza y uniformidad del diseño del habitáculo. La consola central también ofrece un diseño sencillo y funcional. Los mandos de climatización, que están situados debajo de las salidas de ventilación centrales, poseen un elegante aspecto tridimensional, con mandos circulares.
La sensación que tenemos es que el interior del Mazda3 ha sido muy cuidado, con unos materiales de calidad que alcanzan el equilibrio entre la deportividad, la practicidad y la comodidad.
El acceso a las plazas traseras es cómodo, sin embargo, la habitabilidad de la banqueta trasera para tres personas que nos ofrece la homologación para cinco pasajeros con la que cuenta el nuevo Mazda3, se reduce tan sólo a la comodidad de los pasajeros de las plazas exteriores.
Motorización
Para la prueba nos hemos decantado por un motor diésel SKYACTIV-D de 2.2 litros que emplea una compresión extremadamente baja y un diseño ligero.
Esta motorización monta un turbocompresor secuencial doble y un sistema common-rail con piezoinyectores multiorificio. A diferencia de otras motorizaciones diésel, el par máximo de de esta es de 380 Nm a 1.800 rpm y ofrece 110 kW / 150 CV a 4.500 rpm.
Cuando necesitamos potencia, nos damos cuenta de lo flexible que es esta motorización cuyo rango de revoluciones recomendable llega hasta las 5.500 rpm.
Gracias a este motor 2.2 l. SKYACTIV-D montado bajo el capó del nuevo Mazda3, el modelo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos con cambio manual y en 9,7 segundos con el cambio automático que equipaba nuestra unidad de pruebas. El peso de la unidad probada era de 1.330 kg.
Asociado a la caja de cambios automática, el modelo es capaz de alcanzar los 201 km/h de punta.
Cabe destacar que el motor cumple con los niveles de emisiones Euro 6 sin necesidad de caros sistemas de post tratamiento de NOx.
El cambio manual de nuestra unidad tiene un tacto suave pero es muy precisa, convirtiendo los cambios en una delicia y aportando un pequeño toque de deportividad.
Recientemente os hemos hablado sobre los sistemas de arranque y parada y Mazda no iba a dejar este modelo al margen. El i-stop es como la marca nipona llama al sistema de corte de ralentí. He de confesar que no soy muy amigo de estos sistemas pero en el caso del i-stop debo de decir a su favor que es mucho menos intrusivo que otros sistemas, más inteligente que la media y mucho más rápido ya que en los motores diésel solo necesita 0.4 segundos para arrancar.
Ficha técnica
Version | 2.2 l. SKYACTIV-D |
---|---|
Cilindrada | 2.2 litros |
Potencia | 150 CV a 4.500 rpm |
Par | 380 Nm de par desde las 1.800 rpm |
Peso | 1.320 |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.470 / 1.795 / 1.450 mm |
Volumen Maletero | De 364 a 1.263 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,1 |
Recuperación 80 a 120 km/h | N.D. |
Velocidad máxima | 210 |
Consumo homologado | 4,9 3,6 4,1 l/100 km |
Emisiones CO2 por km | 107 |
Precio de partida | 21.565 euros |
Comportamiento
Ya me habían avisado, el Mazda3 te gustará (decían por ahí). Una vez concluida la prueba podemos decir que se ha prestado mucha atención al tacto general del modelo, a la suavidad, al buen comportamiento y a la ausencia de ruidos.
La dirección y la suspensión están perfectamente equilibradas y aportan una experiencia muy satisfactoria cuando nos poenmos al volante. A diferencia de modelos idolatrados en el segmento, el Mazda3 ofrece información al conductor sobre la carretera y la dirección del modelo lo que se traduce en un aumento de la confiaza en la conducción del mismo.
El motor es una pasada y nos ofrece un par de 380 Nm desde tan sólo 1.800 rpm. Además de un sistema de doble turbo con un retardo mínimo, esta mecánica de 2.2 litros empuje de forma contundente hasta las 5.500 rpm,
Durante la prueba me llamó la atención el comportamiento en uno de los circuitos que recorro todas las semanas y en las que analizo el comportamiento en prácticamente todas las condiciones y a casi todas las alturas. Las transferencias de carga del modelo son extraordinarias y la estabilidad tanto en carreteras muy complicadas como a altas velocidades es digan de mención. El control de estabilidad hace que el modelo vaya sobre railes pero deja cierto margen que puede resultar incluso juegutón.
El ajuste de la dirección asistida eléctrica reduce los movimientos del volante, lo que mejora la agilidad y nos ayuda a evitar grandes movimientos de volante sobre todo en urbes y carreteras especialmente viradas.
Uno de los puntos fuertes en el comportamiento del modelo es el sistema de frenado que combina lo último en sistemas antibloqueo con un reparto de frenada mejorado, unos neumáticos con mayor componente adherente y una holgura del pedal casi imperceptible.
Precios
Ya os adelanto que la unidad de pruebas tiene un coste total de 31.800 euros sin promociones ni descuentos, sin embargo, la gama Mazda3 arranca en el acabado Origin desde los 21.565 euros, también sin promos o descuentos. Seguro que encuentras un Mazda3 que se adapte a tu economía y por eso te invitamos a que veas el precio del Mazda3 en nuestra sección de ofertas.
Un comportamiento suave y muy preciso.
El consumo de la motorización más potente dentro de la gama de motorizaciones diésel es muy atractivo.
Acabados generales y construcción por encima de sus competidores.
Dinámica de gama alta.
Algunos remates del tapizado y moquetado chocan con el esquema general de precisión que quiere ofrecer el modelo.
El precio es demasiado elevado y por el momento no hay ofertas ni promociones lo que lo alejan económicamente de sus competidores.
Las posibilidades de personalización se restringen a motorizaciones, colores ciertos elementos de seguridad, navegación y acabados, aspecto que afecta a los clientes que buscan cierto equipamiento y que se ven obligados a renunciar por no estar en su rango de precios o acabado.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.3
Notable
Sin lugar a dudas en Mazda están trabajando muy duro para hacer que su marca sea competitiva y sobre todo, deseable. A pesar de que el Mazda3 cuenta con competidores más modernos dentro de su segmento, el compacto del segmento C sigue siendo una elección muy acertada para aquellos que busque algo más en cuanto a diseño y quieran acompañarlo de una conducción con rasgos deportivos pero que no nos haga renunciar al confort.