Cuando se presentó el modelo en 2015, el nuevo GLE supuso algo más que un Mercedes-Benz ML con facelift, era un cambio de rumbo dentro de la marca. Contaba con un aspecto más fresco que el ML y mucho más en la línea con la que la compañía estaba protagonizando un rejuvenecimiento digno de mención, pero poco a poco se va acercando el fin de esta generación. Por suerte, sus rivales en el segmento están más o menos en su misma situación, pues no tardaremos mucho en ver novedades para el Volkswagen Touareg, el BMW X5 o el Porsche Cayenne. Los años no pasan en balde y ya va siendo hora de que el GLE herede muchos de los avances de los últimos modelos de la firma germana, así como su atractivo y moderno diseño.
Recordemos que, su predecesor, antes conocido como Mercedes-Benz ML, llegó al mercado hace ya más de dos décadas, concretamente en 1997. No fue actualizado hasta 2005, cuando vimos una segunda generación que en 2012 fue reemplazada por el nuevo modelo. Ya en 2015 pasó a denominarse Mercedes-Benz GLE, con lo que recibió una importante actualización que se ha mantenido prácticamente inalterada desde entonces. Aun así, con una dura competencia a su alrededor, este mastodonte cuenta con grandes argumentos a su favor, pues combina agilidad y deportividad en formato SUV.
Este todocamino de casi cinco metros de longitud que roza las dos toneladas de peso, alberga en su interior cinco plazas reales repartidas en dos filas de asientos y tiene la capacidad de poder rodar en campo con total destreza, al tiempo que en carretera se mueve con la suavidad y la soltura de una berlina premium. Lo he probado en todos los entornos posibles y es un coche realmente agradable por suspensiones, insonorización, equipamiento, calidad de rodadura y capacidades off road, pero es inevitable que sus dimensiones te lleguen a pasar factura en alguna ocasión.
Por otra parte, tras el restyling, los sutiles cambios estéticos también llegaron acompañados de novedades en su gama mecánica, con lo que sus motores son ahora más eficientes, además de estrenar una nueva caja de cambios automática de 9 velocidades y un equipamiento más completo. Ahora la gama de gasolina solo cuenta con versiones AMG y un híbrido-enchufable que, a pesar de no aglutinar el grueso de las ventas, es una alternativa para aquellos que buscan un propulsor potente con unos consumos algo más razonables, además de beneficiarse de algunos incentivos medioambientales. En cualquier caso y, como os contaré a continuación, recorrer kilómetros con él es una auténtica gozada.
¿Me acompañas a conocerlo?
Diseño exterior
En términos de diseño, es indiscutible que el Mercedes-Benz GLE cuenta con una poderosa presencia y unas líneas que llaman la atención allí por donde pasa, especialmente en combinación con el paquete Sport Plus que añade la línea AMG exterior -8.564€-. Hablamos de un vehículo de grandes proporciones que te hará sentir el rey de la carretera, ya que lo cierto es que sus rivales directos lucen una imagen algo más discreta. Pensemos, por ejemplo, en un BMW X5 o un Volkswagen Touareg, ambos gozan de líneas más refinadas.
Estamos hablando de un SUV de nada menos que 4.819 mm de largo, 1.935 mm de ancho, 1.796 mm de alto y 2.915 mm de batalla, lo que hace ligeramente complicado moverse con él en determinados entornos como los aparcamientos o las estrechas calles de un pueblo. La vía delantera mide 1.648 mm, mientras que la trasera, por su parte, cuenta con 1.663 mm. Todo ello repercute en un sobrado espacio interior, como veremos a continuación, pero también es cierto que penaliza en otros aspectos como el coeficiente aerodinámico, el cual se eleva hasta un Cx 0,35.
Si nos centramos en el diseño nos topamos con unos bordes muy definidos y superficies curvas, aunque la masculinidad del modelo está presente desde todos los ángulos. Su agresivo frontal destaca por su enorme parrilla y su capó en forma de “V” con nuevos y marcados resaltes longitudinales. Al igual que en otros modelos de la marca, el cliente puede elegir entre varios frontales. En nuestra unida de pruebas contábamos con la presencia del paquete exterior AMG, un interesante pero caro paquete que deja al GLE con un aspecto exterior muy atractivo, aunque bastante menos campero.
En la zona central de la parrilla rematada en negro nos topamos con dos lamas horizontales dobles que montan en posición central la estrella de la marca con generosas dimensiones. A los extremos encontramos los faros que acentúan aún más las líneas del capó gracias a los módulos de luz diurna LED que son como unas “cejas enfadadas”. Nuestra unidad contaba con los Faros LED Intelligent Light System como parte del paquete Sport Plus. A diferencia de los faros halógenos o de xenón de otros modelos de la gama, esta tecnología lumínica ofrece diversas funciones adaptativas de iluminación, pues los faros se adaptan automáticamente a situaciones climáticas y de conducción, contando adicionalmente con las luces de carretera automáticas Plus.
Siguiendo una línea descendente en el diseño del frontal, encontramos el deportivo paragolpes delantero con el que cuenta esta unidad de pruebas. Éste incorpora tres entradas de aire adicionales a la parrilla, una central que alberga la matrícula y otras dos a ambos lados que son decorativas. Los sensores de aparcamiento delanteros están integrados en el parachoques y su precisión es milimétrica. La parte inferior cuenta con un protector de bajos cromado que pone la guinda del pastel al conjunto frontal.
Visto de lado, el GLE también es realmente llamativo. La superficie lateral es muy limpia, algo que mejora la estética exterior pero penaliza la funcionalidad, ya que no encontramos ninguna protección lateral contra pequeños golpes. Su diseño destaca por la amplia superficie acristalada, el característico corte del pilar C y la línea arqueada de las ventanillas que nace en los retrovisores laterales -que integran los intermitentes LED- sobre una superficie en color negro piano y un borde cromado. En este caso, los espejos están equipados con abatimiento eléctrico, un paquete de iluminación de cortesía LED -530€- y control de carril para vigilar el ángulo muerto -660€-.
La vista lateral se encuentra rematada por unas impresionantes llantas AMG multiradio que encierran unos discos delanteros sobredimensionados y perforados. En nuestra unidad, las llantas montaban unos neumáticos Pirelli Scorpion Verde en medidas 265/45 R20 104Y. Pese a que parezcan unas medidas desmesuradas, llenan perfectamente el paso de rueda y no suponen un gran inconveniente al salir del asfalto, pues el perfil de neumático se mantiene generoso. Por último, rematan el conjunto las taloneras laterales en el color de la carrocería.
Las líneas cóncavas y convexas se pueden apreciar también en la vertical parte trasera del vehículo. Las luces traseras siguen la línea del lateral, cubren las esquinas y la línea del gran portón –que divide los faros en dos partes- del maletero, quedando estas casi unidas por una línea cromada horizontal. La iluminación de los faros traseros se ofrece en nuestra unidad mediante cables de fibra óptica y módulos LED. La luz de freno, dispuesta entre el catadióptrico y el piloto trasero, se ilumina con distinta intensidad de día y de noche, siempre dentro de la normativa vigente.
La inclinada luna trasera cuenta con un sutil spoiler en su extremo superior que alberga la tercera luz de freno. En esta unidad contábamos además con la ayuda al estacionamiento mediante sensores, acompañado de una cámara que se deja caer desde el portamatrículas y resulta sólo visible cuando activamos la marcha atrás -588€-. Para aportar mayor elegancia al conjunto, la protección del borde de carga cuenta con un efecto cromado. Al añadir el paquete AMG exterior, encontramos un parachoques musculoso con dos salidas de escape integradas, en combinación con un difusor en color contraste que le da un toque deportivo al modelo. Cabe destacar que sólo una de las salidas es de verdad, la otra es simulada.
Opcionalmente, tampoco falta el enganche para remolque con ESP y sistema de estabilización de remolque que bascula por vía eléctrica por detrás del paragolpes -1.366€-. Finalmente y, visto desde arriba, este GLE cuenta con dos rieles de techo galvanizados en plata que contrastan con la oscura pintura exterior Negro Obsidiana metalizado -1.307€-; una antena de tipo aleta de tiburón y un gran techo corredizo panorámico eléctrico -2.628€-.
Diseño interior
Si hay algo por lo que criticar al Mercedes-Benz GLE es por su interior, y no hablo de calidades o espacio, sino de antigüedad, algo que también ocurría en el Mercedes-Benz GLS que probé hace unos meses. Si lo comparamos con el resto de sus rivales o con sus hermanos de gama, al SUV de la Estrella ya le empieza a pesar el paso de los años. A nivel personal me gustan más el diseño y los acabados de esta generación de modelos, aunque es cierto que muchas de las novedades tecnológicas del Clase S o el Clase E -como la instrumentación digital- no le vendrían nada mal a un modelo tan importante como el GLE, sobre todo ahora que hemos conocido la renovación del primero de ellos y hemos probado la abundante tecnología del Clase E.
Lo primero que nos llama la atención al acceder al GLE es que la altura del asiento es considerablemente elevada, algo predecible si tenemos en cuenta su poderoso aspecto exterior. Y no sólo la altura del asiento, sino que la posición de conducción en general hará que mires por encima del hombro a cualquiera que se detenga a tu lado en un semáforo. Gracias a los asientos ajustables eléctricamente con paquete de memoria -1.333€- y calefacción -510€- es fácil encontrar la postura óptima al volante, y lo cierto es que, en combinación con el paquete AMG interior -1.811€-, los asientos deportivos tienen un mullido muy cómodo y un agarre notable en el respaldo y la banqueta.
En líneas generales, materiales son de buena calidad en todo el habitáculo y los ajustes están a la altura de lo que cabría esperar en un vehículo de su condición y precio, al tiempo que los distintos botones del salpicadero y del volante encajan de manera correcta y sin presentar desajustes, con un tacto muy agradable. Adentrándonos en el diseño y la disposición de los botones, destaca especialmente en el salpicadero la pantalla flotante de grandes dimensiones del sistema COMAND Online, escoltada por dos generosas salidas de aire. Como viene siendo habitual en la marca, dicha pantalla está rodeada por un marco lacado en el “odioso” Piano Black, algo poco práctico en términos de suciedad.
Al equipar el cambio automático 9G-Tronic, el GLE carece de palanca de cambios convencional y se maneja desde una palanca situada a la derecha tras el volante. Al principio resulta extraño, pues este tipo de cambio es propio del mercado americano, pero te acostumbras rápidamente y es muy cómodo.
Recordemos que su manejo no es táctil, sino que se realiza mediante una ruleta similar al i-Drive de BMW a la que van aparejados tres botones. La navegación por la pantalla es realmente cómoda e intuitiva y la posición de los comandos está próxima al apoyabrazos por lo que es muy accesible para el conductor. El único ‘pero’ es que algunas personas me comentaron al montar en el coche que la pantalla quedaba como un “pegote” y echaron en falta que pudiera plegarse dentro del salpicadero. Bajo la misma se encuentra la diversa botonería del sistema multimedia y la climatización.
El cuadro de instrumentos se compone de dos grandes círculos, cada uno de ellos con un círculo más pequeño en su interior que nos indica el nivel de gasolina y la temperatura del aceite del motor. Cuando está en reposo, las agujas apuntan hacia abajo. En combinación con el paquete exterior AMG, las agujas son de color rojo y el interior de las esferas simula la fibra de carbono. Por su parte, el volante de 3 radios viene con 12 botones y un bisel galvanizado. En el caso de los acabados deportivos el aro se encuentra revestido en cuero perforado y con las costuras en contraste.
Esta unidad equipaba opcionalmente el posavasos climatizado para conductor y acompañante -314€-, así como el tablero de instrumentos y la línea de cintura en las puertas en símil de cuero ARTICO -1.353€- o un extintor bajo el asiento del conductor -176€-, pero echo en falta el comodísimo sistema de acceso y arranque sin llave KEYLESS GO.
En términos de habitabilidad, es preciso señalar que el Mercedes-Benz GLE puede albergar hasta cinco ocupantes adultos con comodidad. La segunda fila de asientos ofrece espacio de sobra para tres adultos tanto por espacio vertical como longitudinal, al tiempo que es desplazable y abatible -en una proporción 60/40-. Para facilitar las maniobras, encontraremos múltiples botones tanto en las plazas posteriores como en el maletero, gracias a los cuales podemos abatir los asientos de manera totalmente eléctrica. Tampoco falta, en el caso de esta unidad, la climatización automática THERMOTRONIC con tres zonas climáticas -1.007€- y control de las mismas en las plazas traseras.
Finalmente, si hablamos de espacio de carga, el Mercedes-Benz GLE puede ofrecernos todo el espacio que necesitemos, y más. El acceso al maletero es extremadamente cómodo gracias al portón de accionamiento eléctrico, aunque a la hora de cargar objetos voluminosos puede resultar algo incómodo el hecho de que el piso de carga se encuentre a 761 mm del suelo. Con las cinco plazas disponibles, el maletero cubica nada menos que 690 litros con unas formas muy aprovechables, ampliables hasta los 2.010 litros con la segunda fila de asientos abatida.
Motorización
En nuestro país la gama del Mercedes-Benz GLE está formada por tres versiones de gasolina, dos diésel y un híbrido enchufable. En gasolina la oferta arranca con el GLE 43 AMG 4MATIC. Equipa un motor de seis cilindros en ‘V’ que desarrolla 390 CV (287 kW) de potencia y un par máximo de 520 Nm desde 2.500 rpm. En combinación con una caja automática de nueve velocidades y a la tracción 4MATIC, es capaz de alcanzar los 250 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos. El consumo medio se queda en los 8,6 l/100 km.
En un escalón superior está el GLE 63 AMG 4MATIC con un bloque de 5.5 litros, ocho cilindros en ‘V’, 557 CV (410 kW) de potencia y 700 Nm de par con la caja AMG-Speedshift Plus 7G-Tronic. Alcanza los 250 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, cifras más que buenas para un vehículo de su tamaño.
La estrella de la familia es el Mercedes-AMG GLE 63 S 4MATIC con su poderoso motor de 5.5 litros, ocho cilindros en ‘V’ y nada menos que 585 CV (430 kW) de potencia y 760 Nm de par motor desde las 1.750 rpm que se transmiten a través de una caja automática AMG-Speedshift Plus 7G-Tronic de rápido funcionamiento. Según dice Mercedes, esta versión tiene la velocidad limitada a 250 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y declara un consumo medio de 11,8 l/100 km.
Una de las grandes novedades de esta generación del GLE SUV es la variante híbrida-enchufable, denominada Mercedes-Benz GLE 500 e. Tiene una potencia total de 442 CV que se obtienen de un motor de gasolina V6 turbo de 333 CV (245 kW) y otro eléctrico de 85 kW. La batería de ión litio cuenta con una capacidad de 8,7 kWh y permite rodar unos 30 km en modo 100% eléctrico. Va asociado al cambio automático 7G-Tronic, acelera de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos y alcanza los 245 km/h (130 km/h en modo eléctrico). Su consumo medio ronda los 3,5 l/100 km.
Respecto a las mecánicas diésel, estas se denominan GLE 250 d y GLE 350d. La primera alberga un bloque de cuatro cilindros en línea y 2.2 litros con 204 CV (150 kW) de potencia. El par es de 500 Nm desde solo 1.600 rpm que le permiten acelerar hasta los 100 km/h en 8,6 segundos y alcanzar una punta de 210 km/h. El consumo medio es de 5,9 litros. El GLE 350 d, por su parte, tiene un bloque con tres litros, seis cilindros, 258 CV (190 kW) de potencia y 620 Nm de par desde las 1.600 revoluciones por minuto que se transmiten a través de una caja de cambios automática con nueve velocidades 9G-TRONIC de serie.
La tracción es total 4MATIC y es la motorización que hemos puesto a prueba, por lo que os daré algunas pinceladas acerca de su funcionamiento. No es la versión más potente ni la más eficiente, pero guarda cierto equilibrio en rendimiento-eficiencia y su consumo medio es de 6,6 l/100 km, con unas emisiones de 179 g/km de CO2 según declara la firma germana, aunque la realidad es algo distinta. En términos reales, hablamos de consumos que han rondado los 7,9 litros en autopistas y autovías y en torno a los 10,5 litros en la urbe, deteniéndose el consumo medio en los 9,1 litros a los 100 kilómetros. La mayor parte del tiempo he circulado en modo ECO y con el vehículo vacío, por lo que podéis haceros una idea de lo ‘tragón’ que resulta este todocamino, especialmente si no lo sacamos excesivamente del núcleo urbano.
El nivel de prestaciones, por su parte, se puede considerar correcto, con una velocidad máxima de 225 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos. Sí, puede parecer que 258 caballos no es una potencia excesiva para un vehículo de más de dos toneladas, pero lo cierto es que su generosa cifra de par le mueve con soltura en un amplio abanico de revoluciones, lo que se complementa con un excelente funcionamiento del cambio 9G-TRONIC con levas tras el volante. Es rápido, suave y preciso, pues en ningún momento permite que el GLE se quede sin empuje bajo nuestro pie derecho. Eso sí, como os comentaba, a pesar de las nueve velocidades, el consumo es elevado, sacándose el máximo provecho a las mismas en carretera. El depósito de combustible es de 93 litros.
Ficha técnica
Version | 350 d - 6 cilindros en V |
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Cilindrada | 2.987 cm3 |
Potencia | 258 CV (190 kW) @ 3.400 rpm |
Par | 620 Nm @ 1.600 rpm |
Peso | 2.175 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.819 / 1.935 / 1.796 mm |
Volumen Maletero | 690 (2.010) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | N.D. |
Velocidad máxima | 225 km/h |
Consumo homologado | 7,3 / 6,1 / 6,6 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 174 g/km de CO2 (Euro 6) |
Precio de partida | 61.450 euros |
Comportamiento
Como en cualquier SUV o 4×4 de semejantes dimensiones, nada más ponerte a los mandos del Mercedes-Benz GLE todo a tu alrededor parece hacerse pequeño, sintiéndote poderoso e indestructible -todas sus dimensiones se hacen palpables nada más echar un vistazo por la luna delantera y los espejos retrovisores-. El acceso a todas las plazas es amplio y, si eres el conductor, te resultará extremadamente sencillo encontrar la postura de conducción óptima gracias a los asientos ajustables eléctricamente con memoria; mientras que, si eres un mero pasajero, te prepararás para afrontar kilómetros con total comodidad.
Y es que en carretera sabemos que el GLE va a resultar prometedor, pero… ¿Y en ciudad y fuera del asfalto? Es cierto que una ciudad como Madrid no es el mejor entorno para un vehículo de casi cinco metros de longitud, al margen de que puedas desenvolverte en la misma con total normalidad (y de hecho es lo que hará la mayoría de clientes del GLE). La visibilidad no es mala en ningún ángulo, pero sus dimensiones son su mayor hándicap a la hora de callejear o aparcar. Sin embargo, desde Mercedes-Benz han pensado en todo y han dotado al GLE de algunas tecnologías que te harán la vida más fácil en espacios reducidos, como los sensores de aparcamiento delanteros y traseros o la cámara de visión 360º. Lógicamente, no solo les sacarás provecho en la urbe, sino también a la hora de aventurarte campo a través (como comentaré un poco más adelante) cuando tengas que superar diversos obstáculos y el gran morro del coche o la pronunciada zaga no te permitan ver todas las roturas del terreno.
Pero es en autopistas y autovías donde anhelarás seguir recorriendo kilómetros y kilómetros, pues lo cierto es que el Mercedes-Benz GLE sorprende por su confort de marcha y su calidad de rodadura, ofreciéndote el DYNAMIC SELECT con varios modos de serie -hasta seis en total-, gran sensación de aplomo y una insonorización de primera. Para rematar, tampoco faltan la suspensión neumática AIRMATIC con sistema de amortiguación adaptativa ADS PLUS, el asistente de viento lateral y numerosos sistemas de asistencia a la conducción -que, en el caso de esta unidad, son de lo más completo gracias al paquete de asistencia a la conducción Plus (3.380 €)-, los cuales brindan además un nuevo nivel de confort para los ocupantes.
El paquete de asistencia a la conducción Plus incluye DISTRONIC PLUS con servodirección inteligente y Stop&Go Pilot, servofreno de emergencia BAS PLUS con asistente para cruces y freno PRE-SAFE PLUS, detector activo de cambio de carril y el control activo de Angulo muerto, ATTENTION ASSIST o COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS, entre otros.
Centrándonos en la suspensión, ésta se adapta progresivamente en cada una de las ruedas a la situación de conducción y al estado de la calzada, reduciendo con eficacia los movimientos de balanceo y cabeceo. Por supuesto, en función del modo de conducción, la amortiguación se puede ajustar entre confortable y deportiva. Por ejemplo, a alta velocidad y en el programa «Sport» disminuye la altura en 25 mm para reducir la resistencia aerodinámica y aumentar la estabilidad; o a fin de mejorar la aptitud todoterreno, es posible incrementar la altura libre sobre el suelo ―según el equipamiento― hasta en 90 mm. Con todo ello, el ACTIVE CURVE SYSTEM opcional -3.805€- y la tracción integral permanente 4MATIC, el GLE no solo es muchísimo más cómodo y capaz en todos los terrenos, sino también mucho más estable y seguro.
Es en carreteras secundarias o de montaña donde salen a relucir los principales contras del Mercedes-Benz GLE, pues a pesar de sus múltiples ayudas a la conducción, la física es la física y su altura, su longitud y su peso se harán notar si queremos circular algo más ligeros de lo normal. Si bien es cierto que no hablamos de un coche para “ir de tramo”, también lo es que la sensación de seguridad es máxima y la dirección de dureza variable cumple con nota, aunque es inevitable que su velocidad de reacción sea bastante limitada. Pero que no cunda el pánico, este gran SUV siempre muestra un comportamiento noble y el funcionamiento de la electrónica es impecable a la hora de evitar que te lleves un susto.
Por último y, aunque parezca mentira, el GLE también se desenvuelve con nota fuera del asfalto, especialmente si lo equipamos con el Paquete ON&OFF ROAD de esta unidad -2.850€- siendo este entorno otro de los lugares donde vamos a disfrutar de este inmenso todocamino. Dicho paquete incluye reductora para todoterreno, bloqueo del diferencial central, protección de bajos y aumento variable de la altura hasta el suelo, lo que te da mucho juego cuando decides aventurarte campo a través. Eso sí, en este caso también contamos con el paquete deportivo AMG, lo cual requiere algo más de cuidado. Por otra parte, no hablamos de un 4×4 de pura cepa, sino de un SUV, y aunque la tracción integral, la electrónica y la generosa altura libre al suelo le hacen salir airoso de casi cualquier dificultad con extremada facilidad, tienes que ser consciente de que no es un Clase G, pero sorprende por sus aptitudes camperas.
Equipamiento y precio
El Mercedes-Benz GLE SUV 350d 4MATIC parte de los 69.925 euros y viene bastante equipado de serie para lo que suele ser habitual en los modelos alemanes, eso sí, es fácil elevar considerablemente la factura en el momento en el que empezamos a añadir opcionales. En el caso de esta unidad, nos vamos a un precio final que ronda los 101.450 euros.
De serie no faltan el COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS, la función Start-Stop, el control DYNAMIC SELECT, el volante multifunción con acceso a sistema de infotainment Audio 20 CD con pantalla de 7 pulgadas y módulo de comunicaciones que permite el uso de Mercedes connect me, numerosos airbags, tracción 4MATIC a las cuatro ruedas, TEMPOMAT o llantas de aleación de 18 pulgadas, entre muchos otros.
El resto de la gama queda configurado en España de la siguiente manera:
Modelo | Potencia | Precio |
GLE 250 d 4MATIC | 204 CV (150 kW) | 61.450€ |
GLE 350 d 4MATIC | 258 CV (190 kW) | 69.925€ |
GLE 43 AMG 4MATIC | 390 CV (287 kW) | 83.475€ |
GLE 63 AMG 4MATIC | 557 CV (410 kW) | 132.475€ |
GLE 63 S AMG 4MATIC | 585 CV (430 kW) | 143.975€ |
GLE 500 e 4MATIC | 333 + 116 CV (245 + 85 kW) | 75.850€ |