Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.1
Notable
El Mercedes-Benz GLS es tan sorprendente por dentro como por fuera, con un diseño imponente -especialmente con el paquete estético AMG- y espacio de sobra para que siete adultos viajen con total comodidad. Es cierto que ya le pesan los años en términos de acabado y diseño, pero gracias a su equipamiento te sentirás a bordo de la auténtica clase business, lo que remata con buenas capacidades 'off road'. Lo importante no sólo es llegar a los sitios, sino cómo se llega hasta ellos.
El Mercedes-Benz GLS es descrito por la propia marca de la Estrella como “el Clase S de los todocaminos”, algo que demuestran tanto su aspecto superlativo como el lujo y la sofisticación presentes en cada uno de sus rincones. Pero ay amigos, los años no pasan en balde y poco a poco este SUV de representación se va quedando atrás frente a rivales como los recién renovados Audi Q7, Volvo XC90 o Range Rover Sport e, incluso, frente a los últimos modelos de la propia firma germana, los cuales cuentan con un despliegue de tecnología e innovación acordes con su atractivo y moderno diseño.
Recordemos que, su predecesor, antes conocido como Mercedes-Benz GL, llegó al mercado hace ya más de una década, concretamente en 2006. No fue actualizado hasta 2012, siendo posteriormente el último SUV de la marca en adoptar la nueva nomenclatura. Así, fue rebautizado como Mercedes-Benz GLS a finales de 2015 -la ‘S’ nos recordaba que estábamos ante todo un buque insignia-, con lo que recibió una importante actualización que se ha mantenido prácticamente inalterada desde entonces. Aun así, con una dura competencia a su alrededor, este mastodonte de siete plazas todavía cuenta con algunos argumentos a su favor.
Este todocamino de más de cinco metros de longitud que roza las 2,5 toneladas de peso, alberga en su interior siete plazas reales repartidas en tres filas de asientos y tiene la capacidad de poder rodar en campo con total destreza, al tiempo que en carretera se mueve con la suavidad y la soltura de una berlina de lujo. Lo he probado en todos los entornos posibles y es un coche realmente agradable por suspensiones, insonorización, equipamiento, calidad de rodadura y capacidades off road, pero es inevitable que sus dimensiones te pasen factura en más de una ocasión.
Por otra parte, tras el restyling, los sutiles cambios estéticos también llegaron acompañados de novedades en su gama mecánica, con lo que sus motores son ahora más eficientes, además de estrenar una nueva caja de cambios automática de 9 velocidades y un equipamiento más completo. Como os podréis imaginar, su razón de ser no se encuentra precisamente en España, sino en países con grandes carreteras y espacios como los Estados Unidos, Oriente Medio, Rusia o China, aunque tenemos la suerte de que esté disponible en España y, como os contaré a continuación, recorrer kilómetros con él es una auténtica gozada.
¿Me acompañas a conocerlo?
Diseño exterior
En términos de diseño, es indiscutible que el Mercedes-Benz GLS cuenta con una poderosa presencia y unas líneas que llaman la atención allí por donde pasa, especialmente en combinación con el paquete estético AMG exterior -6.174€-. Hablamos de un vehículo de proporciones desmesuradas para un mercado como el español y sus rivales directos lucen una imagen bastante más discreta, aunque para gustos los colores, pues indudablemente a más de uno le cautivará este aspecto de mastodonte.
Estamos hablando de un SUV de nada menos que 5.130 mm de largo, 1.934 mm de ancho, 1.850 mm de alto y 3.075 mm de batalla, lo que hace ligeramente complicado moverse con él en determinados entornos como los aparcamientos o las estrechas calles de un pueblo. La vía delantera mide 1.655 mm, mientras que la trasera, por su parte, cuenta con 1.675 mm. Todo ello repercute en un sobrado espacio interior, como veremos a continuación, pero también es cierto que penaliza en otros aspectos como el coeficiente aerodinámico, el cual se eleva hasta un Cx 0,36.
Si nos centramos en el diseño nos topamos con unos bordes muy definidos y superficies curvas, aunque la masculinidad del modelo está presente desde todos los ángulos. Su agresivo frontal destaca por su enorme parrilla y su capó en forma de “V” con nuevos y marcados resaltes longitudinales. Al igual que en otros modelos de la marca, el cliente puede elegir entre varios frontales. En nuestra unida de pruebas contábamos con la presencia del paquete exterior AMG, un interesante pero caro paquete que deja al GLS con un aspecto exterior muy atractivo, aunque bastante menos campero.
En la zona central de la parrilla rematada en negro nos topamos con dos lamas horizontales dobles que montan en posición central la estrella de la marca con generosas dimensiones. A los extremos encontramos los faros que acentúan aún más las líneas del capó gracias a los módulos de luz diurna LED que son como unas “cejas enfadadas”. Nuestra unidad contaba con los Faros LED Intelligent Light System de serie. En modelos como en el Clase C, este sistema supone un sobrecoste de 779,24 euros, pero en el GLS forma parte del equipamiento estándar. A diferencia de los faros halógenos o de xenón de otros modelos de la gama, esta tecnología lumínica ofrece diversas funciones adaptativas de iluminación, pues los faros se adaptan automáticamente a situaciones climáticas y de conducción.
Siguiendo una línea descendente en el diseño del frontal, encontramos el deportivo paragolpes delantero con el que cuenta esta unidad de pruebas. Éste incorpora tres entradas de aire adicionales a la parrilla, una central que alberga la matrícula y otras dos a ambos lados que son decorativas. Los sensores de aparcamiento delanteros están integrados en el parachoques y su precisión es milimétrica. La parte inferior cuenta con un protector de bajos cromado que pone la guinda del pastel al conjunto frontal.
Lateralmente, el GLS también es realmente llamativo. La superficie lateral es muy limpia, algo que mejora la estética exterior pero penaliza la funcionalidad, ya que no encontramos ninguna protección lateral contra pequeños golpes. Su diseño destaca por la amplia superficie acristalada y la línea arqueada de las ventanillas que nace en los retrovisores laterales -que integran los intermitentes LED- sobre una superficie en color negro piano y un borde cromado. En este caso, los espejos están equipados con abatimiento eléctrico, un paquete de iluminación de cortesía LED y control de carril para vigilar el ángulo muerto.
La vista lateral se encuentra opcionalmente rematada por unas impresionantes llantas AMG multiradio que encierran unos discos delanteros sobredimensionados y perforados. En nuestra unidad, las llantas montaban unos neumáticos Pirelli P Zero en medidas 295/40 ZR21 111Y. Pese a que parezcan unas medidas desmesuradas, llenan perfectamente el paso de rueda y no suponen un gran inconveniente al salir del asfalto, pues el perfil de neumático se mantiene generoso. Por último, rematan el conjunto las estriberas laterales con borde cromado.
Las líneas cóncavas y convexas se pueden apreciar también en la vertical parte trasera del vehículo. Las luces traseras siguen la línea del lateral, cubren las esquinas y la línea del gran portón –que divide los faros en dos partes- del maletero, quedando estas unidas por una línea cromada horizontal. La iluminación de los faros traseros se ofrece en nuestra unidad mediante cables de fibra óptica y módulos LED. La luz de freno, dispuesta entre el catadióptrico y el piloto trasero, se ilumina con distinta intensidad de día y de noche, siempre dentro de la normativa vigente.
La inclinada luna trasera cuenta con un sutil spoiler en su extremo superior que alberga la tercera luz de freno. En esta unidad contábamos además con la ayuda al estacionamiento mediante sensores, acompañado de una cámara que se deja caer desde el portamatrículas y resulta sólo visible cuando activamos la marcha atrás. Para aportar mayor elegancia al conjunto, la protección del borde de carga cuenta con un efecto cromado. Al añadir el paquete AMG exterior, encontramos un parachoques musculoso con dos salidas de escape integradas, en combinación con un difusor en color contraste que le da un toque deportivo al modelo. Cabe destacar que sólo una de las salidas es de verdad, la otra es simulada.
Visto desde arriba, este GLS cuenta con dos rieles de techo galvanizados en plata que contrastan con la oscura pintura exterior Azul cavansita metalizada -1.295,73€-; una antena de tipo aleta de tiburón y un gran techo corredizo panorámico eléctrico -1.338,88€-.
Diseño interior
Si hay algo por lo que criticar al Mercedes-Benz GLS es por su interior, y no hablo de calidades o espacio, sino de antigüedad. Si lo comparamos con el resto de sus rivales o con sus hermanos de gama, al buque insignia de la Estrella en formato SUV ya le empieza a pesar el paso de los años. A nivel personal me gustan más el diseño y los acabados de esta generación de modelos, aunque es cierto que muchas de las novedades tecnológicas del Clase S o el Clase E -como la instrumentación digital- no le vendrían nada mal a un modelo tan importante como el GLS, sobretodo ahora que hemos conocido la renovación del primero de ellos.
Lo primero que nos llama la atención al acceder al GLS es que la altura del asiento es considerablemente elevada, algo predecible si tenemos en cuenta su poderoso aspecto exterior. Y no sólo la altura del asiento, sino que la posición de conducción en general hará que mires por encima del hombro a cualquiera que se detenga a tu lado en un semáforo. Gracias a los asientos ajustables eléctricamente con paquete de memoria -1.324,50€- es fácil encontrar la postura óptima al volante, y lo cierto es que, en combinación con el paquete AMG interior -3.955€-, los asientos deportivos tienen un mullido muy cómodo y un agarre notable en el respaldo y la banqueta.
En líneas generales, materiales son de buena calidad en todo el habitáculo y los ajustes están a la altura de lo que cabría esperar en un vehículo de su condición y precio, al tiempo que los distintos botones del salpicadero y del volante encajan de manera correcta y sin presentar desajustes, con un tacto muy agradable. Adentrándonos en el diseño y la disposición de los botones, destaca especialmente en el salpicadero la pantalla flotante de grandes dimensiones del sistema COMAND Online, escoltada por dos generosas salidas de aire. Como viene siendo habitual en la marca, dicha pantalla está rodeada por un marco lacado en el «odioso» Piano Black, algo poco práctico en términos de suciedad.
Al equipar el cambio automático 9G-Tronic, el GLS carece de palanca de cambios convencional y se maneja desde una palanca situada a la derecha tras el volante. Al principio resulta extraño, pues este tipo de cambio es propio del mercado americano, pero te acostumbras rápidamente y es muy cómodo.
Recordemos que su manejo no es táctil, sino que se realiza mediante una ruleta similar al i-Drive de BMW a la que van aparejados tres botones. La navegación por la pantalla es realmente cómoda e intuitiva y la posición de los comandos está próxima al apoyabrazos por lo que es muy accesible para el conductor. El único pero es que algunas personas me comentaron al montar en el coche que la pantalla quedaba como un “pegote” y echaron en falta que pudiera plegarse dentro del salpicadero. Bajo la misma se encuentra la diversa botonería del sistema multimedia y la climatización.
El cuadro de instrumentos se compone de dos grandes círculos, cada uno de ellos con un círculo más pequeño en su interior que nos indica el nivel de gasolina y la temperatura del aceite del motor. Cuando está en reposo, las agujas apuntan hacia abajo. En combinación con el paquete exterior AMG, las agujas son de color rojo y el interior de las esferas simula la fibra de carbono. Por su parte, el volante de 3 radios viene con 12 botones y un bisel galvanizado. En el caso de los acabados deportivos el aro se encuentra revestido en cuero perforado y con las costuras en contraste.
Esta unidad equipaba opcionalmente el acceso y arranque sin llave KEYLESS GO -1.324,50€-, el sistema de sonido Harman Kardon Logic 7 de 830 vatios y 14 altavoces -1.137,53€- y un extintor bajo el asiento del conductor -177,82€-.
En términos de habitabilidad, es preciso señalar que el Mercedes-Benz GLS puede albergar hasta siete ocupantes adultos con comodidad. La segunda fila de asientos ofrece espacio de sobra para tres adultos tanto por espacio vertical como longitudinal, al tiempo que es desplazable y abatible -en una proporción 60/40-, lo que facilita el acceso a la última fila de asientos, la cual cuenta incluso con apoyabrazos y posavasos. Para facilitar las maniobras, encontraremos múltiples botones tanto en las plazas posteriores como en el maletero, gracias a los cuales podemos abatir los asientos de manera totalmente eléctrica. Tampoco falta, en el caso de esta unidad, la climatización automática THERMOTRONIC con tres zonas climáticas -997,62€- y control de las mismas en las plazas traseras -758,35€-.
Finalmente, si hablamos de espacio de carga, el Mercedes-Benz GLS puede ofrecernos todo el espacio que necesitemos, y más. El acceso al maletero es extremadamente cómodo gracias al portón de accionamiento eléctrico, aunque a la hora de cargar objetos voluminosos puede resultar algo incómodo el hecho de que el piso de carga se encuentre a 820 mm del suelo. Con cinco plazas disponibles, el maletero cubica nada menos que 680 litros (1.320 litros hasta el techo), ampliables hasta los 2.300 litros con la segunda fila de asientos abatida. Con las siete plazas desplegadas, la capacidad se reduce hasta los 295 litros (390 litros hasta el techo).
Motorización
En nuestro país la gama del Mercedes-Benz GLS está formada por tres versiones de gasolina y un diésel. En gasolina la oferta arranca con el GLS 400. Equipa un motor de tres litros con seis cilindros que desarrolla 333 CV (245 kW) de potencia y un par máximo de 480 Nm desde 1.600 rpm. En combinación con una caja automática de nueve velocidades y a la tracción 4MATIC, es capaz de alcanzar los 240 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos. El consumo medio se queda en los 8,9 l/100 km.
En un escalón superior está el GLS 500 con un bloque de 4.8 litros, seis cilindros, 455 CV (335 kW) de potencia y 700 Nm de par con idéntica caja y tracción que el anterior. Alcanza los 250 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos, cifras más que buenas para un vehículo de su tamaño.
La estrella de la familia es el Mercedes-AMG GLS63 4MATIC con su poderoso motor de 5.5 litros, ocho cilindros y nada menos que 585 CV (430 kW) de potencia y 760 Nm de par motor desde las 1.750 rpm que se transmiten a través de una caja automática AMG-Speedshift Plus 7G-Tronic de rápido funcionamiento. Según dice Mercedes, esta versión tiene la velocidad limitada a 250 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y declara un consumo medio de 12,3 l/100 km.
Respecto a la mecánica diésel, esta se denominada GLS 350d y tiene un bloque con tres litros, seis cilindros, 258 CV (190 kW) de potencia y 620 Nm de par desde las 1.600 revoluciones por minuto que se transmiten a través de una caja de cambios automática con nueve velocidades 9G-TRONIC de serie. La tracción es total 4MATIC y es la motorización que hemos puesto a prueba, por lo que os daré algunas pinceladas acerca de su funcionamiento. Por ahora es la versión más eficiente, con un consumo medio de 7,1 l/100 km y unas emisiones de 185 g/km de CO2 según declara la firma germana, aunque la realidad es algo distinta.
En términos reales, hablamos de consumos que han rondado los 9,2 litros en autopistas y autovías y en torno a los 12,1 litros en la urbe, deteniéndose el consumo medio en los 10,8 litros a los 100 kilómetros. La mayor parte del tiempo he circulado en modo ECO y con el vehículo vacío, por lo que podéis haceros una idea de lo ‘tragón’ que resulta este gigante de la carretera, especialmente si no lo sacamos excesivamente del núcleo urbano.
El nivel de prestaciones, por su parte, se puede considerar correcto, con una velocidad máxima de 222 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos. Sí, puede parecer que 258 caballos no es una potencia excesiva para un vehículo de casi 2,5 toneladas, pero lo cierto es que su generosa cifra de par le mueve con soltura en un amplio abanico de revoluciones, lo que se complementa con un excelente funcionamiento del cambio 9G-TRONIC con levas tras el volante. Es rápido, suave y preciso, pues en ningún momento permite que el GLS se quede sin empuje bajo nuestro pie derecho. Eso sí, como os comentaba, a pesar de las nueve velocidades, el consumo es elevado, sacándose el máximo provecho a las mismas en carretera. El depósito de combustible es de 100 litros.
Ficha técnica
Version | V6 de gasóleo delantero longitudinal |
---|---|
Cilindrada | 2.987 cm3 |
Potencia | 258 CV (190 kW) @ 3.400 rpm |
Par | 620 Nm @ 1.600 - 2.400 rpm |
Peso | 2.455 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 5.130 / 1.934 / 1.850 mm |
Volumen Maletero | 680 (2.300) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | N.D. |
Velocidad máxima | 222 km/h |
Consumo homologado | 7,6 / 6,7 / 7,1 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 185 g/ km de CO2 (Euro 6) |
Precio de partida | 89.750 euros |
Comportamiento
Como en cualquier SUV o 4×4 de semejantes dimensiones, nada más ponerte a los mandos del Mercedes-Benz GLS todo a tu alrededor parece hacerse pequeño, sintiéndote poderoso e indestructible -todas sus dimensiones se hacen palpables nada más echar un vistazo por la luna delantera y los espejos retrovisores-. El acceso a todas las plazas es amplio y esta unidad cuenta incluso con estriberas laterales para facilitarnos la entrada al habitáculo, donde, si eres el conductor, te resultará extremadamente sencillo encontrar la postura de conducción óptima gracias a los asientos ajustables eléctricamente con memoria; mientras que, si eres un mero pasajero, te prepararás para afrontar kilómetros con total comodidad.
Y es que en carretera sabemos que el GLS va a resultar prometedor, pero… ¿Y en ciudad y fuera del asfalto? Es cierto que una ciudad como Madrid no es el mejor entorno para un vehículo de más de cinco metros de longitud, al margen de que puedas desenvolverte en la misma con total normalidad (y de hecho es lo que hará la mayoría de clientes del GLS). La visibilidad no es mala en ningún ángulo, pero sus dimensiones son su mayor hándicap a la hora de callejear o aparcar. Sin embargo, desde Mercedes-Benz han pensado en todo y han dotado al GLS de algunas tecnologías que te harán la vida más fácil en espacios reducidos, como los sensores de aparcamiento delanteros y traseros o la cámara de visión 360º -2.068,47€-. Lógicamente, no solo les sacarás provecho en la urbe, sino también a la hora de aventurarte campo a través (como comentaré un poco más adelante) cuando tengas que superar diversos obstáculos y el gran morro del coche o la pronunciada zaga no te permitan ver todas las roturas del terreno.
Pero es en autopistas y autovías donde anhelarás seguir recorriendo kilómetros y kilómetros, pues lo cierto es que el Mercedes-Benz GLS sorprende por su confort de marcha y su calidad de rodadura, ofreciéndote el DYNAMIC SELECT con varios modos de serie -hasta seis en total-, gran sensación de aplomo y una insonorización de primera. Para rematar, tampoco faltan la suspensión neumática AIRMATIC con sistema de amortiguación adaptativa ADS PLUS, el asistente de viento lateral y numerosos sistemas de asistencia a la conducción -que, en el caso de esta unidad, son de lo más completo gracias al paquete de asistencia a la conducción Plus (3.347,20 €)-, los cuales brindan además un nuevo nivel de confort para los ocupantes.
El paquete de asistencia a la conducción Plus incluye DISTRONIC PLUS con servodirección inteligente y Stop&Go Pilot, servofreno de emergencia BAS PLUS con asistente para cruces y freno PRE-SAFE PLUS, detector activo de cambio de carril y el control activo de Angulo muerto, ATTENTION ASSIST o COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS, entre otros.
Centrándonos en la suspensión, ésta se adapta progresivamente en cada una de las ruedas a la situación de conducción y al estado de la calzada, reduciendo con eficacia los movimientos de balanceo y cabeceo. Por supuesto, en función del modo de conducción, la amortiguación de puede ajustar entre confortable y deportiva. Por ejemplo, a alta velocidad y en el programa «Sport» disminuye la altura en 15 mm para reducir la resistencia aerodinámica y aumentar la estabilidad; o a fin de mejorar la aptitud todoterreno, es posible incrementar la altura libre sobre el suelo ―según el equipamiento― hasta en 90 mm. Con todo ello, el ACTIVE CURVE SYSTEM opcional y la tracción integral permanente 4MATIC, el GLS no solo es muchísimo más cómodo y capaz en todos los terrenos, sino también mucho más estable y seguro.
Es en carreteras secundarias o de montaña donde salen a relucir los principales contras del Mercedes-Benz GLS, pues a pesar de sus múltiples ayudas a la conducción, la física es la física y su altura, su longitud y su peso se harán notar si queremos circular algo más ligeros de lo normal. Si bien es cierto que no hablamos de un coche para “ir de tramo”, también lo es que la sensación de seguridad es máxima y la dirección de dureza variable cumple con nota, aunque es inevitable que su velocidad de reacción sea bastante limitada. Pero que no cunda el pánico, este mastodóntico SUV siempre muestra un comportamiento noble.
Por último y, aunque parezca mentira, el GLS también se desenvuelve con nota fuera del asfalto, siendo este entorno otro de los lugares donde vamos a disfrutar de este inmenso todocamino. Aunque opcionalmente está disponible el paquete técnico off road, que incluye reductora para todoterreno, bloqueo del diferencial central, protección de bajos y aumento variable de la altura hasta el suelo, en este caso contamos con el paquete deportivo AMG, lo cual requiere algo más de cuidado. Por otra parte, no hablamos de un 4×4 de pura cepa, sino de un SUV, aunque la tracción integral, la electrónica y la generosa altura libre al suelo le hacen salir airoso de casi cualquier dificultad con extremada facilidad. No es un Clase G, pero sorprende por sus aptitudes camperas.
Equipamiento y precio
El Mercedes-Benz GLS 350d 4MATIC parte de nada menos que 89.750 euros y viene bastante equipado de serie para lo que suele ser habitual en los modelos alemanes, eso sí, es fácil elevar considerablemente la factura en el momento en el que empezamos a añadir opcionales. En el caso de esta unidad, nos vamos a un precio final que ronda los 116.000 euros.
De serie no faltan los faros Full LED inteligentes, techo solar eléctrico, tapizado en piel, portón posterior automático, levas tras el volante, tercera fila de asientos con reglaje eléctrico, llantas de aleación de 18 ó 20 pulgadas, sensor de lluvia, encendido automático de luces, asientos delanteros eléctricos, sistema de navegación, bluetooth, puerto USB, climatizador automático de dos o cuatro zonas, arranque por botón, suspensión neumática, paquete retrovisores o capó activo (salvo AMG), entre muchos otros.
El resto de la gama queda configurado en España de la siguiente manera:
Modelo | Potencia | Precio |
GLS 350 d 4MATIC | 258 CV (190 kW) | 89.750€ |
GLS 400 4MATIC | 333 CV (245 kW) | 94.200€ |
GLS 500 4MATIC | 455 CV (335 kW) | 116.025€ |
GLS 63 AMG 4MATIC | 585 CV (430 kW) | 157.350€ |
Yunaida Boutalib Mohand