Diseño/Estética
Calidad de acabados
Habitabilidad
Maletero
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Motor
Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Comportamiento
Dirección
Frenos
Relación valor-precio
7.9
Notable +
El MINI Clubman Cooper S ha demostrado tener muchas cualidades para no quedarse atrás respecto a otros compactos, haciendo gala de un habitáculo apto para cuatro adultos y un maletero de buena capacidad. Su comportamiento dinámico está por encima de la media y el excelente motor con 192 CV proporciona unas prestaciones muy buenas. Lo peor sin duda es su precio, elevado y que lo aleja de la inmensa mayoría
Adaptarse o morir. Así podríamos definir los últimos pasos realizados por MINI para ser rentable y mantener la viabilidad como firma en el tiempo. El apoyo de BMW es por supuesto imprescindible y muy necesario pero ampliando la oferta de la británica se reduce la dependencia en épocas de crisis en las que los “caprichos” pasan a un segundo plano.
El MINI Clubman es la apuesta definitiva para la marca para consolidarse en el segmento más importante del mundo, el de los compactos. Bien es cierto que por su diseño también podría encajar en otros nichos del mercado pero en esencia sus rivales más directos son los Audi A3 Sportback, Mercedes Clase A y el BMW Serie 1.
Lo primero que no termina de encajar con la marca MINI es el tamaño del Clubman. Sus más de 4,2 metros de longitud no son en absoluto aparatosos pero poco tienen que ver con la idea original. Sí se ha tratado de plasmar la esencia de la marca en los rasgos y, cómo veras más adelante, también en la puesta a punto.
Durante algo más de una semana he tenido la posibilidad de probar un Clubman Cooper S con cambio manual y debo reconocer que me ha convencido por completo. Aunque en un principio tenía mis dudas sobre su posible polivalencia y viabilidad, lo cierto es que tras “disfrutarlo” me ha convencido.
DISEÑO
Estéticamente un MINI tiene que tener muy bien definidos sus rasgos y el Clubman no se aleja del resto de la familia especialmente si pones la vista en el frontal. Sus ópticas circulares y la parrilla característica de la marca hacen que sea reconocible al primer vistazo.
Como buen Cooper S, el frontal queda marcado por la toma de aire superior y unos paragolpes de diseño más agresivo, además de la deseada “S” anclada en la parrilla. También común a otros MINI son las múltiples posibilidades de personalización qué, si el dinero no es problema, podrán dejarlo muy pintón.
Visto de perfil las cosas cambian. El concepto utilizado en el anterior Clubman con la puerta posterior suicida deja paso a unas convencionales mucho más prácticas. Para algunos se pierde un detalle único y diferenciador pero estoy convencido que la mayoría de usuarios agradecerán el cómodo acceso de las tradicionales.
Ya en la zaga la originalidad regresa al Clubman conservando la apertura doble del portón y añadiendo unas ópticas inconfundibles con tecnología LED. Un portón de una única hoja habría sido mejor en términos prácticos y de visibilidad pero entonces MINI habría creado un producto excesivamente soso y común, algo que no casa con la filosofía de la marca. Eso sí, ojo al meter los objetos si no quieres darte con la cabeza en el alerón.
INTERIOR
Aquellos problemas de calidad que sufrieron algunos usuarios de las primeras generaciones del MINI no deberían repetirse nunca más. BMW ha tomado nota en los últimos años y con la tercera generación del hatchback no se han andado con «chiquitas”, utilizando materiales de excelente calidad y realizando un ensamblaje soberbio.
Si en el hatchback la calidad es estupenda, el Clubman va un paso más allá cuidando los detalles más pequeños. Por ejemplo ahora las bolsas de las puertas tienen suelo gomoso para evitar que resbalen los objetos que deposites, los ajustes en las zonas menos visibles son impecables y las posibilidades de equipamiento van un paso más allá.
¿Qué novedades en dotación recibe? El Clubman es el primer MINI en poder equipar asientos delanteros eléctricos y con memoria, además del freno de mano eléctrico que libera la consola entre los asientos. También es novedad el proyector “MINI” en el suelo al abrir las puertas o la antena con iluminación para indicar que la alarma está activada.
El salpicadero es específico para el Clubman y aunque sigue el diseño habitual en la marca, transmite mayor sensación de empaque. Esto se debe a la mayor anchura disponible que permite no amontonar tanto los botones. Sí comparte muchos mandos, instrumentación, sistemas de sonido y navegación, etc.
La cantidad de huecos repartidos por el habitáculo es suficiente aunque no es el mejor de sus rivales en este aspecto. Las bolsas de las puertas son útiles y la guantera principal tiene suficiente capacidad para llevar la documentación y alguna cosa adicional. También el cajón situado entre los asientos se agradece para dejar la cartera o el móvil.
EQUIPAMIENTO/PRECIO
La mayor pega de cualquier MINI es su elevado precio y aquí el Clubman no es una excepción. Sin embargo debo reconocer que respecto al Hatchback de cinco puertas me parece una opción mucho más racional por capacidad y “utilidad”. En el caso del Cooper S la diferencia es de sólo 1.800 €, cifra muy razonable y asumible cuando se está pensando en gastar más de 30.000 €….
…Y es que este Clubman Cooper S arranca en los 29.900 € sin opciones. De serie incluye una dotación muy razonable entre la que hay que destacar las ópticas LEDs, llantas de aleación de 17 pulgadas, sensor de lluvia, encendido automático de luces, control de crucero, cuatro elevalunas, cierre con mando, arranque por botón, el citado freno de mano eléctrico, sistema de sonido con pantalla de 6,5 pulgadas, bluetooth, puerto USB, iluminación interior LED, antinieblas ,etc.
Si lo quieres como la unidad testada deberás añadir el tapizado en piel, techo solar eléctrico, sistema de navegación con pantalla de 8,8 pulgadas y acceso a internet, llantas más grandes, Head Up Display, asientos eléctricos y térmicos, acceso sin llave, cámara posterior, pintura bitono, alarma, control de crucero adaptativo, SmartBeam, lector de señales de tráfico, sistema HI-FI Harman Kardon y otros elementos que elevan el precio hasta los 43.000 €.
¿Caro? Pues todo es relativo. En principio 43.000 € por un MINI parecen muchos pero si se tiene en cuenta que lleva absolutamente de todo y es el motor más potente de la gama – con permiso del JCW- tampoco es desorbitado. Un Audi A3 Sportback 1.8 TSI 180 CV con dotación similar se acerca mucho a los 50.000 € y un Mercedes A200 con 156 CV y equipamiento parecido supera los 45.000 €. Por tanto está en la línea con la competencia e incluso es más barato.
De todas formas no creo que los usuarios interesados en el Clubman lo quieran tan equipado como esta unidad por lo que la tarifa media podría quedarse entre los 33.000 y 36.000 €. Sí, sigue siendo mucho dinero.
HABITABILIDAD Y MALETERO
Lo mejor del Clubman es el espacio habitable en relación a otros MINI. Por supuesto hay alternativas por precio mucho más generosas en todas las cotas pero cuando se te mete entre ceja y ceja un coche capricho como el MINI, que sea razonablemente práctico es algo que ayuda en la decisión final.
El Clubman tiene suficientes centímetros para acomodar bien a cuatro adultos mejorando incluso el espacio disponible en las plazas traseras de los tres rivales más arriba mencionados, es decir, los Serie 1, A3 y Clase A. Por anchura detrás no irá cómodo un tercer pasajero, además de tener que lidiar con un voluminoso túnel de transmisión y un asiento más duro.
Por otro el maletero también mejora las cotas habituales a las que nos tenía acostumbrados la marca y con 360 litros mínimos calca a su primo el Serie 1 y mejora al Clase A, quedando por detrás del Audi A3. Abatiendo los respaldos se pueden alcanzar los 1.250 litros por lo que capacidad hay más que de sobra para cubrir las necesidades básicas cotidianas y alguna visita a la famosa tienda de muebles sueca. Cierto que no te podrás volver loco cargando cosas pero tampoco tendrás las carencias habituales de los MINI.
MECÁNICA
En el apartado mecánico no hay sorpresas de ningún tipo. El MINI Clubman sigue fiel a su filosofía “Go Kart Feeling” para convencer a los usuarios más dinámicos que disfrutan al volante.
Las principales novedades afectan a una gama de motores mejor adaptada y más solvente. Por ejemplo el escalón de acceso en diésel (OneD) arranca con el bloque de 1,5 litros y 116 CV que llevan los Hatch CooperD, dejando al Clubman con esa denominación el dos litros con 150 CV que también encontrarías en un 118d. En definitiva se da un salto en potencia que se agradece, además de poder incluir por primera vez una transmisión automática de ocho velocidades. El diésel más potente, Cooper SD, se va hasta los 190 CV de potencia.
En gasolina la familia arranca con el One de 102 CV extraídos del motor 1.5 Turbo y no del 1.2T como ocurre en el Hatch. En un escalón intermedio está el Cooper con 136 CV y justo por encima queda el Cooper S probado con sus dos litros y 192 CV. Los que quieran algo más sólo podrán elegir el JCW con 228 CV.
Centrando la atención en dos litros con 192 CV, hay que recordar las bondades de este bloque con el que es posible disfrutar a lo grande o bien conducir con total tranquilidad sin ningún problema. Tiene un rango de utilización muy amplio, recuperando en marchas largas de forma soberbia y empujando con garra cuando se le pide guerra.
La unidad probada incluía el selector de modos de conducción que aquí se hace necesario para aprovechar al máximo las posibilidades del motor. Por un lado en modo “Green” serás capaz de sacar consumos tan bajos que te plantearás seriamente volver al diésel. Para que te hagas una idea en un viaje largo desde Madrid a Málaga, a ritmos de 120-130 km/h de marcador y en el modo citado el gasto medio se quedó en unos escuetos 6,2 L/100.
Otro desplazamiento desde Málaga hasta Cádiz por carreteras secundarias en modo “normal” el consumo se mantuvo entorno a los seis litros y eso que no se buscó en ningún momento la frugalidad. En otro trayecto también por secundarias pero maximizando la eficiencia se logró un dato de 5,2 L/100… y por supuesto, jugando entre curvas en modo Sport el gasto se fue mucho más allá de los 10,0 L/100 aunque también matizo que bien valió la pena.
En el Clubman tengo claro que por cuestiones de peso y tamaño, el One debe quedarse como una opción únicamente válida para ciudad y poco más. El Cooper con 136 CV ya tendrá un rodar suficiente aunque puestos a no llevarte la versión perfecta, que es la probada, creo que el Cooper D con 150 CV es redondo por prestaciones y bajos consumos. El Cooper SD anda lógicamente más pero no creo que interese el desembolso extra (3.500 €).
EN MARCHA
Los que esperan del MINI Clubman el mismo toque deportivo del Hatchback que se vayan olvidando. Aquí se ha conseguido hacer un trabajo excelente pero su enfoque más familiar se percibe enseguida. Su tacto es más suave, menos directo y creo que incluso más racional (que me perdonen los amantes de MINI).
El Clubman creo que tiene una puesta a punto más equilibrada, con una capacidad de filtrado algo mejor y un tacto ágil pero sin exagerar. Esto no quiere decir que sea súper cómodo en autovía o aburrido entre curvas. Simplemente va lastrado por un mayor peso y tamaño, y un enfoque no tan racing como los hatch.
Si se compara con sus rivales es más vivo de reacciones que un Audi A3 Sportback, con una dirección que ya le gustaría a la firma de los cuatro aros por precisión y rapidez… aunque la rodadura del alemán deja un tanto en evidencia al Clubman. Un Serie 1 no me parece mejor opción salvo para aquellos amantes de la propulsión trasera.
De todos modos no te asustes pensando que te llevas un “hierro” a casa como el BMW Serie 2 Active Tourer con el que comparte plataforma. El monovolumen alemán es un producto mucho más refinado y dócil que jamás podrá seguir la estela del Clubman, castigado por un centro de gravedad más alto y unas suspensiones melosas que necesitan su tiempo para recuperarse de los apoyos.
En conducción urbana no me he sentido tan cómodo en el Clubman por culpa de la visibilidad posterior limitada (cosas del diseño y la doble hoja del portón), una posición al volante muy baja. En atascos tampoco ayuda la mayor dureza que tienen la palanca de cambios o los pedales (aunque inferior al Hatch), siendo agotador si el tráfico no avanza rápido (será cuando te acuerdes del cambio automático de ocho velocidades opcional).
El sistema de iluminación por LEDS, de serie, funciona correctamente y tiene mucha potencia. Mejorable es el sistema que activa las largas automáticamente, algo extensible al control de crucero adaptativo que te lo puedes ahorrar sin problemas. Con el convencional tendrás más que suficiente. Sí me gusta el Head Up Display por la cantidad de información que muestra pero me parece caro (600 €).
Ficha técnica
Version | Cooper S |
---|---|
Cilindrada | 1.998 cc |
Potencia | 192 CV a 5.000 rpm |
Par | 300 Nm a 1.250 rpm |
Peso | 1.435 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4253 / 1800 / 1441 |
Volumen Maletero | 360 / 1.250 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,2 segundos (7,5 seg en prueba) |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,6 segundos |
Velocidad máxima | 228 km/h |
Consumo homologado | 6,2 L/100 (6,7 L/100 en prueba) |
Emisiones CO2 por km | 144 g |
Precio de partida | Desde 29.900 € (Clubman Cooper S) |
Cuando lo veas en persona y lo pruebes cambiaras el concepto
Más que mini deberían llamarlo maxi cooper s jajaja cada vez es más grande
Dejó de ser un mini hace tiempo
Muy caro. Cuesta lo que un bmw Serie 3
Ya no es un mini 🙁 ahora es un coche normal.
Como si fuera el rey del espacio
Como se consigue arrancar?
Si es manual, pisa embrague y botón de arranque en la consola central 😉