Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.6
Notable
El MINI Hatch siempre ha sido un producto de nicho por precio, presentación y equipo opcional que fácilmente puede elevar la factura a niveles propios de grandes berlinas, y que también destaca por su diseño, comportamiento dinámico, eficiencia y carácter juvenil. El Cooper D se ha renovado mejorando muchas de las cosas que se habían criticado en el vehículo, logrando un conjunto más apetecible
A MINI las cosas le están yendo realmente bien en los últimos años gracias a una oferta que ha crecido notablemente entrando en segmentos de moda y por supuesto mejorando el producto en calidad y posibilidades de equipamiento para no quedarse atrás frente a la dura competencia.
La tercera generación del hatchback es posiblemente la mejor de todas en la etapa BMW por calidad de acabados, comportamiento, seguridad y eficiencia aunque para algunos se haya perdido parte de la esencia MINI al no resultar tan ágil y vivo a sus mandos, y tan pequeño como el original.
Aprovechando que los F56 ya llevan unos años a sus espaldas, MINI realizó una actualización más o menos importante para mejorar todos aquellos detalles o elementos criticados por los usuarios, logrando con ello un conjunto más completo e interesante con el que seguir conquistando corazones otros tres años más.
Durante unos días he tenido la oportunidad de conducir un MINI Cooper D asociado a la nueva transmisión de doble embrague Steptronic, una combinación muy agradable en el día a día que además sorprende por otras muchas razones. Sigue leyendo para conocer más en profundidad este interesante polivalente británico.
DISEÑO
Sin perder la esencia MINI en sus formas y trazos, la renovación al Hatch le ha sentado realmente bien. En el frontal pueden incluir unas nuevas ópticas Full LED con la firma lumínica diurna rediseñada (ahora es un circulo completo) mientras que la zaga son muy llamativos los pilotos con la “Union Jack Flag” caracterizada con los ledes. Ambos elementos son de serie a partir del acabado Cooper/CooperD.
Junto a las novedades en iluminación MINI ha introducido una oferta de colores más atractiva y quizás podría decir atrevida, con tonos arriesgados que posiblemente no tengan gran demanda pero animen a los usuarios que no quieren pasar desapercibidos. El naranja de la unidad testada es uno de ellos.
Diferentes llantas de aleación, franjas para el capó, adhesivos decorativos, tapones para las ruedas personalizados, cristales tintados, alerón posterior… Lo mejor de MINI siempre han sido las muchas posibilidades de personalización con las que adaptar cada unidad a los gustos del cliente, haciendo casi imposible que haya dos iguales.
INTERIOR
En términos generales el habitáculo del MINI Hatch F56 se mantiene sin grandes modificaciones, algo que es bastante positivo tanto por la acertada presentación como por el uso de materiales de muy buena calidad de tacto acolchado para las zonas medias y superiores, y unos ajustes excelentes que no admiten tacha.
Entre las novedades introducidas en el lavado de cara hay que señalar el nuevo medidor de gasolina más eficaz (aunque no mucho más), una instrumentación con gráficos mejorados, la bandeja en el apoyabrazos central delantero, nueva ubicación para el selector de modos de conducción y la posibilidad de personalizar la plancha central del salpicadero con imágenes propias o predefinidas por la marca.
Los sistemas multimedia merecen una mención especial al ser completamente nuevos. La unidad testada estrena el sistema de navegación Professional XL con pantalla de 8,8 pulgadas de accionamiento táctil, una solución que agiliza notablemente su utilización. Tiene acceso a internet, la compatibilidad de Apple CarPlay es mejor que antes y es sin cables, y el equipo de audio puede ser sensacional si se opta por el Harman Kardon opcional.
Por el habitáculo hay repartidos diversos huecos para dejar objetos aunque en ningún caso son especialmente grandes. Se agradecen los dos posa-latas de la consola inferior (hay otro trasero) y la guantera general no tiene mala capacidad pero las bolsas de las puertas no tienen demasiado espacio, resultando incluso estrechas para meter la mano.
HABITABILIDAD
Lógicamente el MINI Hatch con carrocería de tres puertas no está pensado para viajar en familia constantemente. Ni el acceso a todas las plazas es cómodo ni el espacio interior sobra en la fila trasera salvo que los que viajen en ellas sean niños. Para adultos es mejor optar por el Hatch de cinco puertas que tiene mayor batalla, mejor espacio para las piernas y un maletero superior.
En las plazas delanteras la sensación de amplitud es correcta, sin agobios ni sensación de estar en un coche muy pequeño. La anchura, sin ser sensacional, es correcta y el espacio para las cabezas suficiente en esta unidad sin techo solar. Otra cosa positiva es que el parabrisas queda bastante alejado de los pasajeros, dando la sensación de ser más generoso en espacio.
En la segunda fila solo pueden viajar dos pasajeros, preferiblemente de talla contenida y con bastante agilidad. El sistema de acceso es algo engorroso, requiere ejercer más fuerza que en otros modelos de tres puertas y el espacio que dejar no es demasiado grande. Son en general los males habituales en este tipo de automóviles.
La capacidad de maletero es muy justa y con 211 litros resulta escasa para sus dimensiones exteriores (un SEAT Mii tiene más volumen siendo mucho más pequeño). Tiene un doble fondo más o menos útil (no tiene mucha altura) y se pueden abatir los respaldos para ganar espacio si fuese necesario. La terminación aquí es sensacional y no se percibe ahorro de costes por ningún sitio.
EQUIPAMIENTO
La gama del MINI 2019 está formada por los niveles de acabado One First, One, Cooper y Cooper S, además de los equivalentes en diésel. La unidad probada es la denominada Cooper D, una de las más demandadas y también la que presenta el mejor equilibrio entre prestaciones y consumos junto con el Cooper de gasolina.
El equipamiento de serie en el Cooper D contempla los faros Full LED, climatizador automático de dos zonas, arranque por botón, sensor de lluvia, antinieblas LED, encendido automático de luces, llantas de aleación de 15 pulgadas, sistema de sonido con pantalla táctil de 6,5 pulgadas, bluetooth, puerto USB, ordenador de viaje, asiento posterior abatible por partes, paquete iluminación interior, etc.
Si lo quieres como la unidad probada el presupuesto debe ampliarse mucho. Entre otras hay que sumar el tapizado en piel, asientos deportivos, sistema de navegación con pantalla de 8,8 pulgadas, asistente al aparcamiento automático, llantas de aleación de 17 pulgadas, pintura naranja, acceso sin llave, control de crucero adaptativo, Head Up Display, cámara posterior, faros inteligentes, etc.
El precio base del MINI Cooper D 1.5t 116 CV con cambio de doble embrague es de 26.700 € (la caja Steptronic tiene un coste adicional de 2.050 € sobre la manual de seis velocidades). Si lo quieres como aparece en las imágenes deberás sumar los extras mencionados más arriba y abonar unos 40.000 €, un precio demasiado elevado para un coche de su tamaño y potencia.
MECÁNICA
La oferta de motores gasolina y diésel se ha actualizado recientemente en la familia MINI Hatch para poder cumplir con la normativa Euro 6d TEMP y al ciclo de homologación WLTP. Se han modificado varios aspectos como la gestión electrónica, la sobrealimentación, el sistema de escape e incluso la refrigeración. En algunos casos como es el del Cooper se ha ganado en potencia, pasando de los 136 a los 140 CV.
Centrando la atención a la versión probada, el Cooper D, cuenta con el bloque 1.5t de 116 CV y tan solo tres cilindros. Me ha parecido algo más silencioso que antes en frío y un poco más refinado en su funcionamiento, con un nivel de vibraciones apenas perceptible una vez toma temperatura.
La mayor novedad en esta unidad está en la caja de doble embrague con siete velocidades. Me ha gustado mucho por su funcionamiento rápido y resulta muy superior a la anterior automática opcional con convertidor de par y seis velocidades. La nueva Steptronic es muy sutil en las transiciones y rápida cuando hay que reducir, adaptándose muy bien a las necesidades del momento.
Con el selector de modos de conducción el usuario tiene la opción de cambiar la entrega de potencia y comportamiento general del vehículo. Entre los extremos (Green y Sport) el salto es notable, con una respuesta mucho más contundente e inmediata en el más deportivo, y bastante tranquila y discreta en el ecológico.
El nivel de prestaciones me ha parecido muy bueno, dando la sensación de tener más potencia de la declarada. Parte del mérito se lo lleva la nueva transmisión que con siete velocidades muy bien escalonadas permite aprovechar al máximo la potencia disponible. Realizar adelantamientos en poco tiempo es muy factible, además de poder mantener velocidades de crucero muy altas sin problemas.
Otra virtud del Cooper D está en los bajos consumos registrados en uso real. Lo normal es que no se superen los 6,0 L/100 en ningún caso, salvo que el tráfico en ciclo urbano sea horrible. En autovía es muy sencillo rebajar los 5,0 L/100 mientras que en carreteras secundarias se puede quedar muy cerca de los 4,0 L/100. Si se aprovechan las posibilidades del motor o se conduce de manera agresiva tampoco aumentan en exceso, siendo un coche muy poco sediento.
Ficha técnica
Version | Cooper D MY2019 |
---|---|
Cilindrada | 1.496cc |
Potencia | 116 CV a 4.000 rpm |
Par | 270 Nm a 1.750 rpm |
Peso | 1.260 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 3821 / 1727 / 1414 |
Volumen Maletero | 211 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,3 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 7,1 seg |
Velocidad máxima | 203 km/h |
Consumo homologado | 3,8 L/100 (4,8 L/100 en prueba) |
Emisiones CO2 por km | 99 gr |
Precio de partida | Desde 26.700 € (Cooper D) |
COMPORTAMIENTO
Por término general no hay MINI Hatch a la venta que tenga un comportamiento ágil, vivo y divertido. El carácter más o menos deportivo lo ponen las motorizaciones y el equipo opcional elegido que puede modificar mucho el confort de marcha y la eficacia en ciertas situaciones… pero incluso el sencillo One tiene un tacto más directo de lo normal.
Es cierto que un motor diésel no es lo más indicado para aquellos que buscan sensaciones pero si se realizan muchos kilómetros al año es un combustible necesario para no dejarse “la cartera”. La unidad probada con una configuración sin exageraciones me ha parecido directa, rápida y bastante eficaz sin que por ello sea muy incómoda.
El tarado de la suspensión hace un buen papel para contener los balanceos en rotondas y giros fuertes mientras que al superar badenes, resaltos o baches presenta una capacidad de filtrado suficiente. No es cómodo en esas circunstancias pero no es tan seco y duro como en otras variantes con menor perfil de llanta o suspensión más firme.
El tacto de la dirección es muy bueno, permitiendo un guiado casi perfecto sin esfuerzo. No se requieren modificaciones de la trayectoria en ningún momento y el conductor recibe bastante información de lo que sucede entre el asfalto y las ruedas. Sí he echado de menos un mejor agarre de los neumáticos de la unidad testada.
Salvando las limitaciones de espacio, el MINI Hatch es un vehículo con el que se pueden realizar largos desplazamientos sin problemas, presumiendo de una pisada sólida y segura incluso a altas velocidades. El motor no es ruidoso a ritmos constantes y la calidad de rodadura convence aunque en ciertos asfaltos puede resultar molesto el ruido que entra al habitáculo.
El sistema de iluminación merece un sobresaliente. Los faros LED tienen mucha potencia y si se opta por la función adaptativa, juega con los ledes para no deslumbrar al resto del tráfico mientras mantiene el haz más amplio posible. Me parece recomendable (si estás mirando un One, añade estos faros).
Motor eficiente y de buenas prestaciones
Comportamiento
Maletero muy justo
Plazas traseras pequeñas