Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8
Sobresaliente
Su diseño exterior e interior lo convierten en un modelo único en su segmento dirigido a una clientela con espíritu joven que busca una apariencia dinámica y prestacional unida de unos acabados de alta calidad. Es un SUV compacto que demuestra tener muchas cualidades para no quedarse atrás respecto a otros compactos y su comportamiento dinámico está por encima de la media gracias al excelente motor con 190 CV que proporciona unas prestaciones muy buenas. Lo peor sin duda es su precio, elevado y que lo aleja de la inmensa mayoría.
Cuando BMW puso a la venta el MINI Countryman en el tercer trimestre del año 2010, las críticas no fueron pocas. El MINI ya dejaba de ser tan mini y pasaba a convertirse en un todocamino de medidas contenidas para adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores. Los tiempos cambian y hay que adaptarse o morir.
Así podríamos definir los últimos pasos realizados por MINI para ser rentable y mantener la viabilidad como firma en el tiempo. El apoyo de BMW es por supuesto imprescindible y muy necesario, pero ampliando la oferta de la británica se reduce la dependencia en épocas de crisis en las que los “caprichos” pasan a un segundo plano. Es más, a día de hoy el Countryman bien podríamos considerarlo un modelo de éxito dentro de la gama MINI con más de 400.000 unidades vendidas en seis años.
En esta ocasión nos ponemos a los mandos de un Countryman un tanto especial. Ya no solo por su mecánica, un 1.6 turboalimentado con 190 CV (Cooper S), sino también por su acabado. Aunque tardó algo más de la cuenta en llegar a nuestro mercado, la serie especial Park Lane del MINI Countryman se ofrece en España con motores diésel y gasolina, con cambio manual o automático, y con tracción delantera o total a las cuatro ruedas.
En nuestro caso, nos decantamos por el Cooper S automático ALL4, un auténtico juguete que sorprende por su deportividad y polivalencia.
Exteriormente es tan llamativo como exclusivo, ya que incorpora diversos aderezos que lo convierten en una de las ediciones especiales más deportivas de la gama; mientras que en el interior su estética específica se complementa con una suculenta dotación de serie. Básicamente podríamos decir que estamos ante un Countryman de gama alta, y lo cierto es que este modelo no te dejará indiferente. ¿Me acompañas a conocerlo?
Diseño exterior
Exteriormente el MINI siempre ha sido un modelo llamativo, pero cuando además hablamos del Countryman el conjunto se vuelve incluso peculiar, especialmente para aquellos que vivieron la gloriosa época del MINI original. Gracias a sus líneas singulares y su amplia capacidad de personalización, este SUV compacto llama la atención allí por donde pasa, y aunque no todo el mundo se sepa su “apellido”, todo el mundo sabe que está ante un MINI.
En el Countryman los elementos básicos del diseño de la marca se interpretan nuevamente. A ello pertenecen tanto la marcada división en tres partes (parte inferior, superficie acristalada y techo) como la mímica de su frontal caracterizada por los faros grandes, la gran entrada de aire con parrilla hexagonal y el parabrisas erguido y curvo.
En el frontal, sus ópticas circulares y la parrilla característica de la marca hacen que sea reconocible al primer vistazo, con un aspecto rotundo y musculoso. En este caso, como buen Cooper S, el frontal queda marcado por la toma de aire superior y unos paragolpes de diseño más agresivo, además de la deseada “S” anclada en la parrilla. También común a otros MINI son las múltiples posibilidades de personalización qué, si el dinero no es problema, podrán dejarlo muy pintón.
La serie especial Park Lane es fácilmente reconocible por su decoración específica. Resaltan los adhesivos del capó y puertas en rojo a juego con los retrovisores y el techo, el paquete cromado exterior, las llantas de aleación de 18 pulgadas en negro y la carrocería teñida en el bonito tono “Gris Earl Grey”.
La parrilla se encuentra custodiada por unos enormes faros de xenón. Al igual que otros MINI, cuando levantemos el capó encontraremos que el mismo presenta dos orificios para los faros, los cuales permanecen fijos a ambos lados del frontal. Bajo la entrada de aire principal encontraremos una delgada apertura integrada en el paragolpes.
En la parte baja del frontal nos topamos con una tercera entrada de aire que refrigera la parte baja del radiador y se encuentra decorada a ambos lados por dos toberas con marco cromado. Estas toberas ofrecen una refrigeración más focalizada a determinados elementos de la mecánica. A ambos lados de esta entrada inferior encontraremos unos faros antiniebla redondos que poseen luz de conducción diurna integrada.
En nuestra unidad el capó presenta un abombamiento central y hace que las líneas frontales del capó fluyan hacia el resto del vehículo. En posición central, contamos con un vinilo decorativo en forma de rayas rojas que se extiende hasta la zaga, aspecto característico del paquete Park Lane. El logo, por su parte, ocupa una posición privilegiada en la parte alta del capó.
Al tratarse de una unidad con tracción total, añade a su ya llamativa estética unas molduras decorativas en símil aluminio en ambos paragolpes y en la parte inferior de las puertas.
A diferencia de otros modelos, en MINI los volúmenes quedan muy definidos. El segundo volumen empieza en la luna delantera -que hereda su posición vertical y curva- custodiada por dos pilares A en negro brillante. La curvatura de la luna desemboca en un característico techo en color Oak Red propio de este acabado.
La vista lateral del modelo destaca por la presencia de unas taloneras y unos pasos de rueda sobredimensionados. Aunque este modelo tiene una altura mayor y la distancia al suelo aumenta respecto a sus hermanos de gama, el Countryman mantiene las proporciones típicas de la marca. Los pequeños voladizos en la parte frontal y en la zaga, acentúan el típico concepto MINI, es decir, ofrecer el mayor espacio posible con la menor longitud.
La vista trasera es otra de las señas de identidad de este modelo. El logo, localizado en posición central, ahora presenta unas generosas dimensiones y además hace el papel de tirador del portón. Además, la musculosa línea de la cintura acentúa adicionalmente el aspecto masculino del vehículo, mientras que el techo cuenta con un discreto alerón integrado que sobresale de la superficie de la luneta. Eso sí, la antena podría ser de aleta de tiburón…
Al igual que otros modelos de MINI, los pilotos posteriores del Countryman presentan un diseño grande y vertical. Estos pilotos están enmarcados con un embellecedor cromado y sobresalen tridimensionalmente de la superficie de la carrocería. En su interior montan tecnología LED para las luces de posición, sin embargo, el resto de la iluminación se ofrece gracias a bombillas convencionales.
Por último, en la parte inferior de la zaga encontramos un paragolpes que resalta por sus sinuosas formas, simulando en sus laterales unos extractores de aire y dejando hueco en los laterales para las dos salidas de escape cromadas.
Diseño interior
Si antes os comentaba que el diseño exterior del MINI Countryman es realmente característico, el interior tampoco se queda corto. El habitáculo está determinado por los criterios estéticos de la marca -aunque específicamente adaptados a este modelo- y la calidad y el tacto de los materiales se posiciona por delante de sus rivales más directos. No hay crujidos ni vibraciones y su apariencia general muestra un notable empaque.
En el caso de nuestra unidad, el paquete Park Lane está protagonizado por un ambiente oscuro que trata de transmitir mayor deportividad. Incluye molduras en color “Gris Cross Stripe Grey”, apliques decorativos en carbono negro, tapizado específico y molduras con el logotipo de la serie en el umbral de las puertas.
Al margen de estos detalles exclusivos, al volante del Countryman nos encontraremos con una distribución ya conocida en otros modelos de la marca. En la consola central predomina una gran esfera escoltada por dos de las cuatro entradas de aire circulares que hay en el salpicadero del vehículo, mientras que los mandos presumen de un aspecto único en el mercado.
Esta gran esfera contiene el velocímetro, el medidor de combustible y un pequeño cuadro con testigos. Nuestra unidad montaba el sistema de Radio y navegación (MINI Navigaton System) que incluye una pantalla que se opera desde un sistema iDrive ubicado en el guarnecido del túnel de transmisión. Su manejo resulta sencillo e intuitivo, pero quizá el iDrive es demasiado pequeño.
De forma ordenada y en una posición inferior a la esfera de la consola central encontraremos la ranura para introducir CD´s. Más abajo se ubica el climatizador monozona con display monocromo y, adicionalmente, nuestra unidad monta -de forma totalmente opcional- un sistema que nos permite derretir rápidamente la escarcha que se queda en la luna delantera. Es curioso que el climatizador no sea bizona, pero su rapidez y funcionamiento es inmejorable.
Bajo el climatizador encontramos 5 interruptores para diversas funciones: desconexión sistema de estabilidad y tracción, desconexión del sistema Start&Stop, cierre centralizado, botón Sport (del que hablaré más adelante) y luces antiniebla.
Continuando por la consola central llegamos al guarnecido del túnel de transmisión, en el cual se montan dos posavasos, la palanca de cambios Steptronic de 6 velocidades, los comandos del iDrive, el freno de mano de tipo palanca de avión y el apoyabrazos abatible con compartimento portaobjetos.
Una vez nos sentemos en los asientos del Countryman (tanto delanteros como traseros, que por cierto son muy similares) veremos que se trata de un coche cómodo que busca unas sensaciones deportivas. Los asientos, de cuero en nuestra unidad, tienen una buena sujeción en condiciones normales, un buen acabado y una espuma confortable, aunque echamos en falta algo más de agarre lateral a la hora de divertirnos por carreteras reviradas.
El volante deportivo de cuero multifunción en tres radios es grueso y monta diez accesos para el sistema de manos libres, el equipo de música y el control de velocidad. Tras el volante podemos encontrar el clásico cuentarrevoluciones redondeado con testigos, dos displays monocromo con velocímetro digital y ordenador de a bordo.
La forma elíptica característica de los revestimientos de las puertas es más aplanada que en otros modelos de la marca y, además, tiene una estructura llamativamente tridimensional rematada en color plata. Las elipses abarcan la superficie en la que se encuentran los apoyabrazos y nuestra unidad montaba adicionalmente el paquete de iluminación interior que le da algo de color a estos elementos. Esta iluminación se puede modificar tanto en brillo como en color desde un interruptor ubicado frente al espejo interior.
En el lado del conductor hay un cuadro de mandos completo para controlar el accionamiento de las cuatro ventanas (con elevalunas automáticos en todos ellos ¡Hurra!) y para ajustar la posición de los espejos retrovisores. Un poco más arriba, sobre la ventana, el Countryman equipa un parasol lateral, un detalle que me parece realmente práctico y que no es frecuente ver en otros modelos.
La posición ligeramente más elevada de los dos asientos delanteros optimiza la visibilidad pero reduce la sensación de deportividad, aunque lo agradecerás a la hora de aparcar sin sensores delanteros. Esta impresión se acentúa mediante la ligera inclinación hacia adelante del instrumento central, típico de la marca.
En la parte trasera el acceso es cómodo y el MINI Countryman ofrece espacio para cinco ocupantes, aunque una vez más te recomiendo que si vas a hacer un trayecto medianamente largo, optes por ir acompañado solo de tres personas, los de atrás te lo agradecerán. Eso sí, los asientos posteriores permiten que los ocupantes cuenten con un holgado espacio a la altura de las rodillas, los hombros y por encima de las cabezas.
El equipamiento de serie incluye el sistema de vanos portaobjetos y el sistema de fijación Center Rail. El paquete de iluminación interior también ilumina el Center Rail.
Los asientos posteriores pueden regularse por separado, de manera que sus ocupantes pueden seleccionar la posición que les parezca más cómoda. Además, los respaldos de estos asientos también pueden abatirse por separado. De esta manera, el volumen del maletero aumenta de 350 litros a un máximo de 1.170 litros, incorporando adicionalmente un doble fondo.
Motorización
Uno de los aspectos más interesantes de nuestra unidad de pruebas es el ‘corazoncito’ que se esconde bajo el capó, pues nuestro MINI Countryman Cooper S ALL4 es el modelo de gasolina previo a la opción más picante de la gama, el John Cooper Works. Hay que recordar las bondades de este bloque con el que es posible disfrutar a lo grande o bien conducir con total tranquilidad sin ningún problema. Tiene un rango de utilización muy amplio, recuperando en marchas largas de forma soberbia y empujando con garra cuando se le pide guerra.
Además, hemos de tener en cuenta que este motor es un auténtico concentrado de tecnología BMW: 1.6 litros con inyección directa, turbo de tipo twin-scroll, distribución y alzada de válvulas variable VALVETRONIC y regulación variable de los árboles de levas doble-VANOS. Con todo ello, entrega una potencia total de 190 caballos y un par de 240 Nm (260 con la función Overboost) disponibles desde tan sólo 1.600 vueltas.
En términos de prestaciones este pequeño SUV es toda una bala si queremos jugar con él, siendo capaz de detener el cronómetro en el 0 a 100 km/h en 8,1 segundos y alcanzar los 213 km/h de velocidad máxima, unas cifras bastante honorables si tenemos en cuenta su potencia y su peso. Además, este propulsor sube rápidamente de revoluciones, es poco sonoro a bajas revoluciones y muy agradable a altas, lo que le convierte en una opción muy divertida.
Respecto a los consumos, MINI anuncia un consumo medio de entre 7,1 y 7,3 l/100 km, en función de los neumáticos y cambio elegidos, así como unas emisiones de CO2 de entre 165 y 170 g/km. En la práctica, durante nuestra prueba con el cambio automático Steptronic de 6 velocidades y los neumáticos antes mencionados, logramos un consumo medio de 8,2 litros, pero ojo, todo ello teniendo en cuenta un total de 800 kilómetros por todo tipo de carreteras, incluyendo puertos de montaña, autopistas y poblado.
En autopista, nuestro MINI Countryman ALL4 señalaba un consumo medio de 6,5 litros a los 100 kilómetros con el regulador de velocidad activado y el modo Normal, ascendiendo dicho consumo a 6,9 litros a los 100 kilómetros en modo SPORT.
A pesar de que son unas cifras razonables para un vehículo de gasolina que ronda los 1.455 kilogramos en orden de marcha, la capacidad del depósito es de solo 47 litros, lo que quiere decir que en condiciones reales de circulación la autonomía superará forzadamente los 500 kilómetros, debiendo repostar con más frecuencia de la deseada.
Ficha técnica
Version | 1.6 litros con inyección directa y turbo de tipo twin-scroll |
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Cilindrada | 1.598 cm3 |
Potencia | 190 CV (140 kW) a 5.500 rpm |
Par | 260 Nm de 1.700 a 4.500 rpm (con función Overboost) |
Peso | 1.455 kilogramos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.100 mm / 1.789 mm / 1.561 mm |
Volumen Maletero | 350 litros hasta 1.170 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 9,2 segundos |
Velocidad máxima | 213 km/h |
Consumo homologado | 9,6 / 5,8 / 7,2 litros a los 100 km (urb. / extraurb. / combinado) |
Emisiones CO2 por km | 165 g/km de CO2 |
Precio de partida | 21.749 euros (ONE) |
Comportamiento
Las primeras sorpresas al volante del MINI Countryman Cooper S ALL4 llegan nada más sentarte en su puesto de conducción. Su postura de conducción y su comodidad son realmente gratificantes, a pesar de que su radicalidad exterior pueda inducirte a pensar lo contrario. Como ya os he comentado, es un vehículo que te permite ir deprisa con confianza cuando te apetece descargar adrenalina, pero a su vez resulta extremadamente dócil si decides circular tranquilo.
Además, la progresiva pero temperamental respuesta del motor de 190 CV, la precisión de la caja de cambios, una dirección tirando a dura y la posición de las ruedas, situadas justo en las esquinas, provocan que el coche se muestre estable y aplomado, siendo un agradable compañero para las escapadas de fin de semana por “carreterillas”.
La suspensión, por su parte, se muestra firme sin llegar a resultar incómoda para los ocupantes, es decir, filtra correctamente las imperfecciones del asfalto y, además, te permite disfrutar de un paso por curva ágil, enlazando una tras otra sin atragantarse con los cambios de apoyo y sin apenas balanceos de la carrocería. Lógicamente, a ello contribuye notablemente la dirección: rápida, directa, informativa y algo dura a la hora de circular por ciudad, pero ideal cuando nos pesa el pie derecho.
El sistema de frenos es dosificable, preciso e infatigable, siendo ventilados los delanteros con discos de 307 mm de diámetro en el eje delantero y 280 mm en el trasero.
Al circular por autopista, el motor recupera con brío incluso desde velocidades bajas, y en caso de necesitar un extra de potencia para adelantar bastará con pisar a fondo el acelerador para que el cambio Steptronic te baje dos marchas y la función Overboost ponga a tu disposición 280 Nm de par motor. Sino, siempre te quedará pulsar el botón Sport y deleitarte con una respuesta más rápida del gas (aunque oirás como empiezan a caer monedas por el tubo de escape…)
A la hora de salir del asfalto, la tracción ALL4 destaca por un diferencial central electromagnético que distribuye la fuerza de impulsión de modo continuo entre los dos ejes.
En condiciones de conducción normal, se desvía hasta un 50% del momento de impulsión hacia las ruedas del eje posterior. En casos extremos, por ejemplo sobre hielo o nieve, puede llegar a ser del 100%. Gracias a que la tracción está asociada al control dinámico de estabilidad los cambios en la distribución de la tracción entre los ejes se llevan a cabo en milésimas de segundo.
Precio
El precio del MINI Countryman parte de los 21.749 euros que cuesta el ONE, ascendiendo hasta los 29.400 euros en el caso del Cooper S, aunque con el acabado Park Lane y el completo abanico de opcionales que lleva nuestra unidad de pruebas (navegador, sistema HI-Fi Harman Kardon, acceso confort, calefacción en los asientos…), el precio asciende hasta poco más de 42.000 euros.
El paquete Park Lane tiene un sobreprecio de 2.287 euros e incluye una decoración específica caracterizada por los adhesivos del capó y puertas en rojo a juego con los retrovisores y el techo, el paquete cromado exterior, las llantas de aleación de 18 pulgadas en negro y la carrocería teñida en el tono “Gris Ear Grey”. En el interior no faltan las molduras en color “Gris Cross Stripe Grey”, apliques decorativos en carbono negro, tapizado específico y molduras con el logotipo de la serie en el umbral de las puertas.
La dotación de serie en todos contempla los controles de tracción y estabilidad, ABS, EBD, TPMS, climatizador automático, arranque por botón, cuatro elevalunas eléctricos, cierre con mando, espejos térmicos, volante multifunción, ordenador de viaje, sistema de sonido integrado con MP3, asistente al arranque en cuestas, múltiples airbags o faros antiniebla, entre otros.
Los Cooper S Park Lane añaden además los pedales de aluminio, sensor lluvia, encendido automático de luces, los asientos deportivos, el tapizado mixto tela/piel, las ópticas bi-xenón con lavafaros, luces antiniebla LED, paquete portaobjetos, paquete iluminación interior y alfombrillas exclusivas.
La gama de motores disponible con el acabado Park Lane en gasolina contempla los 1.6 Turbo con 122 CV para el Cooper, y el 2.0 Turbo con 190 CV para el Cooper S. En diésel se pueden elegir los 1.6d con 112 CV del Cooper D y el 2.0d 143 CV del Cooper Sd. En todos ellos es posible añadir la caja automática de seis velocidades y el sistema de tracción ALL4 como es el caso de nuestra unidad. Los precios recomendados arrancan en los 27.600 euros del Countryman Cooper Park Lane.