Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.1
Notable
El Mitsubishi ASX cuenta con una estética mejorada y una mayor sensación de empaque en su interior, aunque el paso de los años empieza a pasarle factura. Por su precio, cuenta con un nivel de equipamiento adecuado, pero está tecnológicamente atrasado respecto a las grandes novedades del segmento. La potencia de su mecánica es meramente suficiente, pero es poco tragón. Lo cierto es que puede no destacar en nada... pero tampoco podríamos decir que es malo en ningún aspecto, sólo se está haciendo mayor.
Últimamente, llevo una temporada en la que no me bajo de un SUV. Los hay para todos los gustos, en todos los segmentos y para todo tipo de público, lo que el otro día ya me llevaba a reflexionar: ¿La fiebre SUV se debe a una demanda cada vez mayor por parte de los usuarios de este tipo de vehículos o a un exceso de oferta de este tipo de vehículos -con la correspondiente ausencia de otros- por parte de los fabricantes? Sea como sea, cada vez son más y mejores, con una dinámica parecida a la de las berlinas, un generoso equipamiento, buenas dosis de espacio y la posibilidad adicional que nos ofrecen para salir del asfalto.
Te lo hemos dicho tantas veces que ya somos hasta pesados. Hoy día si se quiere triunfar en los principales mercados internacionales es necesario tener un crossover compacto. Los usuarios se deciden cada vez más por estos vehículos por diversas razones como la mayor comodidad de acceso, altura del conjunto, simplemente estética o la mayor amplitud respecto al turismo equivalente. El Mitsubishi ASX nació en 2010 de la joint venture entre Citroën, Peugeot y Mitsubishi, siendo concebido como un vehículo destinado al segmento C-SUV, pero el paso de los años ha hecho que en la actualidad el segmento inmediatamente inferior (B-SUV), ese que está creciendo como la espuma, le haga parecer incluso pequeño.
A principios de este año recibió un sutil lavado de cara para ponerse al día, especialmente en materia de diseño y tecnología, pero seguimos hablando del mismo conjunto. Puede que el ASX nunca haya despuntado en las listas de ventas y que carezca de algunos elementos de equipamiento más novedosos, pero es innegable que goza de un precio realmente bueno y se trata de un coche duradero. A modo anecdótico, el padre de una amiga mía que se acaba de comprar este modelo me decía: “Puede que no tenga algunas pijadillas de esas que os gustan tanto a vosotros, pero los que pasamos de un coche de 10 años a uno nuevo y queremos un SUV no las echamos en falta, pero sí que miramos el precio y que nos dure otros 10 años”. Yo en ese momento, me tuve que callar.
Si hablamos de competidores para el Mitsubishi ASX, hablamos de modelos de la talla del Volkswagen Tiguan, el Nissan Qashqai, el Ford Kuga, el Toyota RAV4, el Honda CR-V, el Mazda CX-5, el Renault Kadjar, el Kia Sportage, el Kia Niro, el SEAT Ateca o el Hyundai Tucson, por lo que hay que destacar que estamos ante un segmento realmente concurrido de buenos y nuevos competidores que no se lo ponen nada fácil a la opción nipona. Es por ello que hoy vamos analizar cuáles son las cartas del ASX para jugar en el mercado. Hemos mencionado el precio, pero ojo, que este SUV se guarda más de un as en la manga… ¡Conozcámoslo a fondo!
Diseño exterior
Estéticamente los cambios tras el restyling afectan principalmente al frontal, con un diseño totalmente renovado en el que se añaden nuevos paragolpes y detalles decorativos. En el conjunto también se estrenan colores, diseño de llantas de aleación, carcasas de los pilotos traseros y se modifica un poco el paragolpes posterior, ganando en empaque y elegancia. Lo cierto es que este todocamino ha ganado mucho en diseño con esta última actualización, pero es inevitable que esperemos ansiosos un modelo completamente nuevo que realmente nos entre por los ojos.
Como os decía, el crossover compacto añade un frontal de líneas más dinámicas y agresivas. Si echamos un vistazo, verás que el estilo recién estrenado en el Outlander se ha trasladado a este ASX, con una parrilla específica de mayores dimensiones, un paragolpes totalmente nuevo y la introducción de elementos cromados y en negro lacado para resaltar las formas. En lo relativo a los faros, son nuevos en su interior, aunque por desgracia no reciben la tecnología Full LED que sí equipan prácticamente la totalidad de sus rivales, algo que le hace quedarse un escalón por detrás.
En el tercio inferior, podemos apreciar las luces antiniebla de aspecto redondeado, ahora mejor integradas en el morro gracias al nuevo diseño de este. Bajo las mismas, no falta un protector plástico para los bajos, lo cual aporta un toque SUV distintivo al conjunto. Puede que el frontal haya sido el mayor beneficiario de los cambios, pero por suerte mantiene su ‘mirada enfadada’ y su musculoso capó en ‘V’, dos de las señas de identidad del modelo.
El Mitsubishi ASX tiene una longitud total de 4,36 metros, una anchura de 1,81 metros (1,77 metros el Challenge) y una altura de 1,64 metros. La altura libre al suelo es de 18 cm, la batalla de 2.670 mm y la anchura de las vías es idéntica en ambos ejes: 1.545 mm.
Visto de perfil, destaca la línea de diseño que recorre el lateral del coche desde los pasos de rueda delanteros hasta los pilotos traseros, al igual que la protección plástica inferior que bordea la carrocería. En las aletas delanteras tiene un pequeño adorno cromado, que pueden parecer los intermitentes si lo vemos de una pasada rápida, pero no es así, ya que éstos van integrados en los retrovisores. En resumen, los cambios en la vista lateral tras el restyling únicamente pasan por nuevos juegos de llantas de mayor tamaño, en este caso de 18 pulgadas para vestir unos neumáticos Bridgestone Dueler H/P Sport en medidas 255/55 R18 98V.
En la zaga las modificaciones son pequeñas y es complicado distinguirlo de los comercializados hasta ahora. Salvo el difusor inferior y las carcasas de los pilotos posteriores (que tampoco es que cambien en exceso), todo es idéntico. Se mantienen así las depuradas líneas, los faros LED, el sutil spoiler sobre la generosa luneta trasera y un llamativo terminal de escape cromado. Visto desde arriba encontramos un techo solar panorámico y una antena de tipo aleta de tiburón, algo que favorece el conjunto.
Diseño interior
Si las novedades en el exterior eran escasas, en el interior ya ni os cuento, aunque lo cierto es que sigue siendo tan vistoso como siempre y si gusta, ¿para qué cambiarlo? Se han introducido algunos plásticos y tapizados de superior calidad para aumentar la impresión visual, aunque siguen predominando los plásticos duros y rígidos en la mayor parte del salpicadero. En cualquier caso, los ajustes se han trabajado más aún que en su predecesor para mejorar en durabilidad y todo goza de mejor tacto.
En líneas generales, el diseño interior es sencillo y sobrio, muy a la japonesa, ya que se ha buscado más la practicidad que un impacto visual innovador. Y ojo, que esto no tiene porqué ser algo malo, pues permite tener todos los mandos al alcance de la mano mientras conducimos y saber con facilidad la ubicación de cada botón con solo echar un vistazo. En mi humilde opinión, es algo que se agradece de vez en cuando, especialmente después de bajarte de un coche cuyo salpicadero está presidido por una pantalla que aglutina todas las funciones…
El volante multifunción de tres radios forrado en cuero sigue la misma premisa que el resto del interior, claridad y funcionalidad. Desde los botones del lado derecho controlaremos el control de crucero, desde los de la izquierda controlaremos el sistema de sonido, y desde los de la parte inferior izquierda podremos manejar el manos libres. En esta ocasión la pantalla del sistema de infoentretenimiento SDA es de 7 pulgadas y lo cierto es que resulta bastante más práctica que la nueva interfaz que montan modelos como el Mitsubishi L200 que probé recientemente. Sí, esta es algo más anticuada, su interfaz no es precisamente brillante y los botones táctiles son algo pequeños, pero cada función tiene su botón correspondiente que da acceso a un menú.
Para el salpicadero se han empleado plásticos duros que son más agradables a la vista que al tacto, pero desde Mitsubishi han tratado de compensarlo con un diseño vistoso y juvenil, rematando el conjunto con el buen nivel de equipamiento que ofrece de serie.
Justo por debajo está el climatizador, de manejo sencillo, muy al estilo de los aires acondicionados y calefacciones que se equipaban habitualmente hasta hace unos años. Este da paso a dos posavasos y la palanca del cambio manual de seis velocidades, cuyo aro se encuentra decorado con un símil de aluminio. Es cierto que los detalles cromados dan un toque elegante al habitáculo, pero personalmente nunca he sido muy partidario de los plásticos que tratan de imitar el aluminio.
En cuanto a la habitabilidad, los asientos son cómodos, pero la banqueta resulta algo corta y carecen de mucha sujeción lateral. Como suele ocurrir en los vehículos de cierta altura, la posición del conductor se puede adaptar con facilidad a casi cualquier necesidad, con diversos reglajes eléctricos para encontrar la postura óptima. El Mitsubishi ASX está homologado para cinco ocupantes, aunque para recorridos largos, tres adultos viajarán algo apretados a causa de la anchura del modelo, la intrusiva presencia del túnel de transmisión y un mullido algo más duro a causa del reposabrazos central. En espacio, se queda algo atrás respecto a sus rivales.
Curiosamente, al tener techo panorámico, las plazas traseras no disponen de luces de cortesía, pero si existe la posibilidad de encender unas luces que recorren los laterales del techo panorámico. Estas luces son meramente decorativas, ya que no sirven para iluminar el interior del ASX como tal.
El maletero cubica un total de 442 litros en condiciones normales, pudiendo llegar hasta los 1.219 litros en caso de que abatamos los asientos posteriores (60:40). Si necesitamos transportar de manera puntual objetos de gran tamaño (por ejemplo, una bicicleta), en el ASX podremos hacerlo sin ningún tipo de problema gracias un suelo plano, un portón generoso y unas formas regulares. En ambos lados hay dos huecos portaobjetos y bajo el piso podemos optar por un doble fondo compartimentado o una rueda de repuesto de emergencia.
Motorización
La oferta de motores está formada por el bloque de gasolina de 1.6 litros con 117 CV (86 kW) de potencia y 154 Nm de par máximo que sólo se vende con tracción delantera y caja manual. En diésel, la gama cuenta con el 1.6 litros con 114 CV (84 kW) y 270 Nm de par motor con cambio manual y tracción 2WD o 4WD, y el bloque de 2.2 litros con 150 CV (110 kW) y 360 Nm de par asociado al cambio automático y la tracción total.
Para la prueba me he decantado por la versión de acceso a la gama diésel, el bloque de 1.6 litros con 114 CV (84 kW) a 3.600 rpm y 270 Nm de par motor a partir de las 1.750 vueltas, todo ello asociado al cambio manual de seis velocidades y la tracción delantera. Este propulsor de cuatro cilindros en línea cuenta con un árbol de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, intercooler y, como no, con sistema Start/Stop, lo que le convierte en una mecánica realmente ahorradora.
Aunque no es un motor vigoroso ni prestacional, mueve con soltura los casi 1.500 kilogramos que pesa el Mitsubishi ASX con acabado Kaiteki, por lo que para muchos usuarios probablemente será la opción más equilibrada. Su respuesta a bajas vueltas es más lineal y progresiva que enérgica, pero se agradece la ausencia de vibraciones o tirones en el entorno de las 1.500 revoluciones. A medida que ganamos velocidad, el modelo empuja con contundencia, aunque también lo hará notablemente el ruido procedente de la mecánica, ya que el aislamiento no es una de sus principales virtudes.
Respecto al cambio manual de seis relaciones, me ha sorprendido gratamente. Su guiado es bastante más preciso de lo que cabría esperar en un primer momento, con un escalonamiento y unos desarrollos acertados.
A la hora de adelantar, será preciso bajar alguna marcha y anticiparnos a la maniobra, especialmente si queremos llevarla a cabo en poco espacio y/o tiempo. Como os digo, es una mecánica que podríamos definir como suficiente y satisfactoria, a la cual se suman unos consumos realmente buenos si conducimos con tranquilidad. Hablamos de un consumo real de 5,9 litros en ciudad, 4,8 litros en carretera y 5,4 litros en ciclo medio, unas cifras bastante cercanas a las oficiales. El depósito de combustible es de 60 litros.
Ficha técnica
Version | 160 DI-D - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.560 cm³ |
Potencia | 114 CV / 84 kW @ 3.600 rpm |
Par | 270 @ 1.750 rpm |
Peso | 1.455 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.355 / 1.810 / 1.640 mm |
Volumen Maletero | 416 (1.193) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,2 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,7 segundos |
Velocidad máxima | 182 km/h |
Consumo homologado | 5,2 / 4,2 / 4,6 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 119 g/km de CO₂ |
Precio de partida | 15.900 euros |
Comportamiento
El Mitsubishi ASX se plantea más como un turismo elevado que como un SUV, sin perjuicio de que goce de ciertas capacidades off road. De entrada, esta unidad es tracción delantera, por lo que no cuenta con el botón 4WD que sí tienen las versiones 4×4 y que le dan ese plus de tracción en zonas complicadas. En nuestro caso, simplemente podremos hacer frente a algún camino sencillo sin miedo a dar en los bajos gracias a su altura al suelo de 18 centímetros.
En conjunto, podemos decir que se trata de un vehículo realmente equilibrado: no destaca especialmente en ningún terreno, pero tampoco suspende en ninguno de ellos.
Circulando por carretera se desenvuelve con soltura, aunque no hablamos de uno de los modelos más refinados del segmento. Seguramente, muchos de sus compradores harán un uso esencialmente urbano del ASX, con alguna salida ocasional a la naturaleza los fines de semana, y en este aspecto he de señalar que tanto las medidas como la visibilidad son adecuadas para maniobrar con facilidad. Además, como ya he comentado en el apartado anterior, es sencillo obtener unos consumos ajustados incluso en la urbe si conducimos con tranquilidad.
En autopista, el conjunto se muestra decidido y estable siempre y cuando no circulemos muy por encima de la velocidad legal. Digamos que a partir de 140 – 150 km/h el ASX empieza a sentirse algo incómodo y las vibraciones que se transmiten al interior harán que sientas una pizca de inseguridad. No me malinterpretéis, no es ni mucho menos un coche inestable o peligroso a altas velocidades, simplemente no transmite esa sensación de aplomo y seguridad que sí podemos encontrar en algunos de sus rivales (igual que otros carecen de ella incluso a menor velocidad que en el ASX).
El esquema de suspensiones -McPherson delantera y paralelogramo deformable trasera- resulta cómodo en autopista y en ciudad, filtrando con eficacia las irregularidades del terreno y conteniendo de forma aceptable la carrocería. Es únicamente en tramos de curvas rápidas donde podríamos sacarle alguna pega, ya que tanto la dirección como las suspensiones no están pensadas para este tipo de uso del ASX y los cambios de apoyo son ligeramente lentos – a pesar de que podamos decir que ambas han mejorado notablemente respecto a su predecesor. Es cierto que podemos circular ligeros con él por una carretera revirada, pero no nos costará llegar a su límite subvirador.
Equipamiento y precio
La gama para España está formada por los acabados Challenge, Motion y Kaiketi. El primero ya cuenta con ABS, EBD, TCS, ESP, TPMS, múltiples airbags, climatizador automático, control de velocidad, ordenador de viaje, llantas de aleación de 16, radio MP3, puerto USB, encendido automático de luces, sensor de lluvia, faros antiniebla, volante en piel, sensor de parking trasero, etc.
El acabado Motion añade a lo anterior el sistema de sonido con pantalla táctil de 6,1 pulgadas, cámara de visión posterior, llantas de aleación de 18 pulgadas, bluetooth, espejo interior fotosensible, retrovisores abatibles con mando eléctrico, reposabrazos central trasero, cristales sobretintados, acceso sin llave, arranque por botón y barras de techo.
En cuanto al Kaiteki, incluye además el sistema de navegación con pantalla de 7 pulgadas, faros de xenón, techo panorámico de cristal, luz ambiental LED, tapizado en piel, asientos delanteros térmicos, asiento del conductor eléctricos y, en el caso del 2.2 DI-D, levas tras el volante.
En el caso de esta unidad de pruebas, un Mitsubishi ASX 160 DI-D 2WD Kaiteki cuyo único opcional es la pintura metalizada Gris Titanium -395€-, el precio es de 28.150 euros. A dicho precio debemos restarle un descuento de 5.250 euros que hace la marca y, en su caso, los posibles descuentos adicionales que pudiéramos conseguir del concesionario. Con el descuento oficial del fabricante, el precio final es de 23.295 euros.
Los precios recomendados con la promoción incluida y las mecánicas disponibles son los siguientes:
Motor | Challenge | Motion | Kaiteki |
1.6 MPI 117 CV | 15.900 | 17.100 | 21.095 |
1.6 DI-D 114 CV | 18.550 | 19.550 | 23.295 |
1.6 DI-D 114 CV 4WD | – | 22.050 | – |
2.2 Di-D 150 CV 4WD AT | – | – | 29.595 |