Resumen de Prueba
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.2
Notable
El Mitsubihi Montero continúa ofreciendo todo lo que le ha convertido en uno de los 4x4 por excelencia. A esto se le añade un equipamiento muy completo en el que no falta de nada. Esto le convierte en una de las mejores opciones, por no decir la mejor, para quienes necesiten un coche plenamente capaz en campo.
Hoy os traemos a la sección de pruebas de autonocion.com uno de esos modelos que parecen atemporales, que si echamos la vista atrás parece que siempre han estado circulando por nuestras carreteras, y en el caso que hoy nos ocupa, también por zonas de campo, os estoy hablando del Mitsubishi Montero.
Cuando probé el Ssangyong Rexton (ver prueba) recuerdo que lo definí como un modelo único en una especie en peligro de extinción, una especie a la que también pertenecen coches como el Mitsubishi Montero o el Toyota Land Cruiser, auténticos vehículos 4×4 capaces de afrontar cualquier tramo de campo que la totalidad de los SUV no podrían ni plantearse.
Y me atrevería a decir más, posiblemente dentro de esta especie de auténticos todoterreno, el Montero y el Land Cruiser sean los reyes, tal y como prueba el hecho de que el resto de rivales han ido desapareciendo con el paso de los años.
Si quieres conocer un poco más el 4×4 de Mitsubishi, sigue leyendo que estamos a punto de arrancar.
Diseño Exterior
Exteriormente el Mitsubishi Montero se ve un coche grande, incluso nuestra unidad de pruebas, que era carrocería de 3 puertas, destacaba allí donde lo dejase aparcado.
A nivel estético siempre ha sido un coche perfectamente reconocible, pero al que han sabido ir dando pequeños retoques para adaptarlo a las tendencias actuales. En el caso de nuestro modelo, se trata de la última versión en llegar, que se diferencia del modelo anterior, en que se han añadido las luces diurnas de LED en el frontal.
Y precisamente fue el frontal lo primero que vi cuando fui a recogerlo. En nuestra unidad, de un elegante color negro, destaca especialmente la parrilla delantera, que combina las barras cromadas horizontales a juego con el borde, con las barras verticales en color negro por detrás. En el centro se aloja el anagrama de Mitsubishi.
A ambos lados de la parrilla encontramos los faros, que en el caso de nuestra unidad emplean xenón para la iluminación, y tienen una forma cuadrada, que se estrecha en el exterior, zona reservada para los indicadores de cambio de carril.
En la parte inferior del paragolpes es donde se encuentran los principales cambios con respecto al modelo anterior, ya que es ahí donde se sitúan las luces diurnas de LED, en una sencilla tira horizontal, con las luces antiniebla a ambos lados.
En la vista lateral, al igual que en el resto del coche, se hace perfectamente reconocible que nos encontramos ante un Mitsubishi Montero. Desde el perfil de nuestra, las ventanilla traseras tintadas acompañaban al color negro de la carrocería, aunque lo más destacado eran los poderosos pasos de rueda, que albergaban unas neumáticos 265/60 R18. La medida de la llanta parece más pequeña, pero es sólo por el gran diámetro de la rueda, algo lógico en un vehículo orientado al uso en campo. El lateral se complementa con unas estriberas plateadas y las barras del techo en el color de la carrocería. Los intermitentes laterales quedan integrados en los retrovisores.
La parte trasera tiene un elemento que, personalmente, siempre he considerado que diferenciaba a los todoterreno auténticos, la rueda de repuesto en el portón del maletero, un elemento que ha ido desapareciendo a medida que la tendencia del mercado se ha encaminado a ofrecer SUV en lugar de 4×4. En el caso del Montero, se aprovecha el cubre rueda para colocar la luz antiniebla trasera y la cámara de marcha atrás.
En los pilotos traseros se distingue perfectamente entre la luz de carretera, la de marcha atrás y el intermitente.
En líneas generales el exterior da una sensación de coche bien acabado, y preparado para afrontar cualquier carretera, que nos lleve a una zona de campo en la que perdernos con el Montero. Y lo haremos, pero antes abrimos la puerta del conductor.
Diseño interior
Toca sentarse al volante del Mitsubishi Montero, y para eso debemos ascender hasta el asiento del conductor. En el interior del Montero vamos bastante elevados, lo que potencia la sensación de coche campero, y como en el exterior, todo es a lo grande.
El salpicadero es bastante sencillo y está formado por plásticos duros, pero cuenta con todo lo que necesitamos, y sus formas dan sensación de robustez y fuerza.
En la parte superior del salpicadero encontramos una pantalla en la que el Mitsubishi Montero nos ofrece la típica información del ordenador de a bordo, como la fecha y la hora, la temperatura, el consumo medio, la autonomía y la velocidad media, pero además alguna información extra como la altitud a la que circulamos o la presión atmosférica. Todos los datos se acompañan con un gráfico que muestra la medición del dato seleccionado desde cuatro horas antes hasta el presente.
Justo por debajo encontramos la pantalla del sistema de infoentretenimiento, que en el caso del Montero, monta la misma que el Mitsubishi ASX (ver prueba). Su funcionamiento es sencillo y los menús son bastante claros, por lo que no encontramos ningún problema a la hora de usarlo. Por en esta zona del salpicadero se sitúan los mandos del climatizador.
Entre los asientos delanteros encontramos otro detalles que siempre he considerado propio de los auténticos 4×4 y que no debería haber cambiado, se trata de las dos cajas de cambios. La más alta situada a la izquierda es la caja de cambios del coche, en nuestro caso, automática de 5 velocidades, pero con una posición secuencial en la que podemos cambiar manualmente desde empujando la palanca de cambios, y a su derecha, hay una palanca más pequeña que sirve para cambiar la tracción 4×4, pudiendo elegir entre 2H, 4H, 4HLc y 4LLc.
El volante multifunción de cuero de cuatro brazos, cuenta con mandos para manejar el sistema de audio, el control de velocidad y los mandos del teléfono. Detrás del volante, en el lado izquierdo, están los botones para ajustar los retrovisores, los que encienden los antiniebla y los que activan el cambio automático entre luces cortas y largas.
Los asientos delanteros tapizados en piel, son cómodos para ser los de un coche duro como un 4×4, aunque durante la prueba no realizamos recorridos de más de hora y media, creo que no es un coche que desgaste a sus ocupantes en un viaje largo.
Para los momentos en que se esté circulando por zonas de campo, los ocupantes de las plazas delanteras cuentan con asas en el pilar A.