Comportamiento
Los principales cambios con respecto al Mitsubishi Outlander de combustión ya los vimos cuando probamos este coche anteriormente, por lo que aquí haremos un pequeño resumen y pasaremos a describir cómo fue la semana con el Outlander PHEV, incluyendo un viaje ida y vuelta de Madrid a Gijón.
Los bajos de la carrocería cuentan con una construcción reforzada para soportar el peso adicional de la batería de tracción y el motor eléctrico adicional. Al tener más peso, el sistema de suspensión ha sido modificado con la incorporación de muelles de rebote para aumentar el control de la carrocería y mejorar aún más la adaptación de la comodidad de marcha y la estabilidad. La suspensión trasera también incorpora un cojinete adicional anti vibraciones y elementos transversales de la carrocería de nuevo diseño, que reducen el ruido mecánico y de rodadura.
Lo primero que llama mi atención al recoger el Mitsubishi Outlander PHEV, es que mantiene el modo eléctrico aunque le exijamos alguna aceleración fuerte, cosa que no suele ser habitual en los coches híbridos, que normalmente tiran del motor de gasolina en cuanto se les exigen aceleraciones.
Eso, si, debemos tener claro que como buen coche híbrido, hay que saber conducirlo para sacarle el máximo provecho en lo que a consumos se refiere, y a medida que lo usemos iremos mejorando en este aspecto. Si vamos con algo de tacto, la batería, que ofrece una autonomía de 52 km, resulta suficiente para movernos en el día a día, de hecho en el primer día que lo recogí no usé el motor de gasolina, salvo para comprobar el funcionamiento del botón Battery Charge.
En un momento dado, al día siguiente, me tocó recorrer una carretera de montaña, y al ir bajando, comprobé lo cómodo que resulta que tenga varios niveles de frenada regenerativa. Normalmente, los coches híbridos recargan las baterías aprovechando la inercia al dejarlos caer, y además, la caja de cambios tiene una posición B que retiene el vehículo para aumentar el nivel de recarga.
En el caso del Mitsubishi Outlander PHEV, contamos con hasta 5 niveles en la posición B, y podremos cambiar entre ellos con las levas que hay tras el volante. En el modo B5 es donde más retiene el coche, mientras que en el modo B0, no hay ningún tipo de retención. Como he dicho, al poder cambiar entre menor y mayor retención podremos bajar un puerto de montaña entero sin tocar el freno en ningún momento, y además cuando lleguemos abajo, dispondremos de algún kilómetro más en modo eléctrico.
La verdad es que el Outlander PHEV convence y su autonomía eléctrica resulta más que suficiente para los desplazamientos en el día a día, pudiendo movernos a diario con un gasto de gasolina mínimo.
Por lo que toca ver qué tal se comporta en un terreno menos propicio para un coche híbrido, así que dicho y hecho, optamos por irnos con el Outlander PHEV a pasar el fin de semana en Gijón. En el coche viajamos 5 adultos, cada uno con su maleta, por lo que se puede decir que no son las mejores condiciones para obtener buenos consumos.
Nuevamente me sorprende que, pese a ir con el coche a plena carga de peso, el motor eléctrico nos permite recorrer algunos kilómetros por autopista, aunque llega un punto en el que el motor de gasolina tiene que comenzar a funcionar, tanto para impulsar el coche, como para ir recargando las baterías.
Prácticamente llegando a nuestro destino, nos topamos con una nevada que hace que las condiciones de la vía no sean las mejores en lo que a adherencia se refiere. En ese momento pulso el botón “4WD lock”, que hace que empiece a funcionar el motor eléctrico del eje posterior, funcionando como un 4×4. Gracias a esto, y a su centro de gravedad más bajo, continuamos con el viaje sin tener ningún problema, pese a que hay una fina capa de nieve en el asfalto.
En general, el motor eléctrico funciona muy bien si combinamos los desplazamientos urbanos y por vías rápidas, manejando con cierto tacto el acelerador para conseguir aprovechar al máximo la capacidad de las baterías. Pero al salir a hacer un viaje, lo normal será que el motor de gasolina sea el que se use para mover el coche, por lo que los consumos a la ida y a la vuelta rondaron los 9,5 litros. Tampoco es una mala cifra de consumo si se tiene en cuenta que el coche iba cargado con bastante peso y las dimensiones del Outlander.
Precio
Una unidad como la de la prueba del Mitsubishi Outlander PHEV Kaiteki tiene un precio de 40.700 euros, a los que debemos aplicar las campañas que haya en ese momento y demás descuentos
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
8.9
Notable
Posiblemente, de entre las opciones actuales, este Outlander PHEV sea de los modelos híbridos más interesantes. La autonomía de 52 km en modo 100% eléctrico nos permitirá pasar algunos días sin usar gasolina para nuestros desplazamientos.
Mas que el lexus lx ? cayenne hybrid y compania? Intersante … x sera cierto?