Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.5
Notable
El éxito del Nissan Qashqai es algo a lo que ya estás acostumbrado. La firma japonesa lleva varios años en lo más alto del segmento C logrando que su producto estrella no tenga rival por volumen, y eso que la competencia ha aumentado considerablemente. En Ginebra 2017 presentaron una renovada gama con la que el crossover ha aumentado su caché y ha ganado en estética y calidad.
El Nissan Qashqai lleva bastantes años siendo el líder de ventas en el segmento de los SUV compactos y, a pesar de la fuerte competencia a la que se enfrenta actualmente, sigue destacando con unas cifras asombrosas que superan ya no sólo a sus rivales directos, sino a todos los modelos del mercado. Por poner algún ejemplo, el pasado mes de septiembre se matricularon 2.428 unidades del Qashqai (gracias en gran parte a las buenas promociones de la versión pre-restyling), 416 unidades más que del segundo modelo más vendido, el Renault Mégane.
Los SUVs cada vez son más y mejores, con una dinámica parecida a la de las berlinas, un generoso equipamiento, buenas dosis de espacio y la posibilidad adicional que nos ofrecen para salir del asfalto. En su día la marca nipona supo cómo conquistar a un público con sed de crossovers y lo cierto es que la receta fue perfecta, pues generación tras generación y restyling tras restyling, el Qashqai sigue siendo el rey de la carretera.
Si hablamos de competidores para el Nissan Qashqai, hablamos de modelos de la talla del Ford Kuga, el BMW X3, el Toyota RAV4, el Honda CR-V, el Mazda CX-5, el Renault Kadjar, el Kia Sportage, el SEAT Ateca, Volkswagen Tiguan, el Peugeot 3008, el Škoda Karoq o el Hyundai Tucson, por lo que hay que destacar que estamos ante un segmento realmente concurrido de buenos y nuevos competidores que no se lo van a poner nada fácil a la opción japonesa. Por suerte, entre sus ventajas cuenta con grandes descuentos y su experiencia en el mercado, porque en este caso todo apunta a que ser veterano es una virtud.
Entre las bazas con las que juega el modelo encontramos un habitáculo bastante espacioso, unas calidades mejoradas, un comportamiento en carretera de los más destacables del segmento y una relación valor-precio aún más notoria. Para la prueba me he decantado por una de las opciones más altas de la gama mecánicamente hablando, el Qashqai 1.6 dCi 4×2 con 130 CV, cambio manual de seis velocidades y acabado Tekna+, el tope de gama.
Diseño exterior
Presentado en el pasado Salón de Ginebra, el Nissan Qashqai luce ahora una renovada gama con la que Nissan intentará aumentar el caché de su crossover más exitoso. De cara a los próximos años, el modelo refuerza su imagen gracias a un frontal completamente actualizado en el que son nuevos los faros, la parrilla y los paragolpes, ganando así en dinamismo desde el primer vistazo.
En la vista frontal destaca la confluencia de todas las líneas hacia el logo -ubicado en posición central-, formando una ‘V’ claramente diferenciada. Los detalles cromados se complementan a la perfección con las entradas de aire superior e inferior, enmarcadas en negro. La superior está escoltada en sus extremos por los afilados faros full LED adaptativos de este acabado Tekna+, los cuales cuentan con una característica luz diurna LED en forma de flecha. La inferior, por su parte, queda integrada en el marcado paragolpes, entre los faros antiniebla delanteros y otras dos entradas de aire.
La vista lateral está protagonizada por una razonable superficie acristalada -con los cristales posteriores tintados- de borde cromado y unos marcados nervios que parecen avanzar dinámicamente hacia la zaga, mandando gran fuerza visual a la parte trasera. Por la caída del techo, el Qashqai presenta un pilar C algo grueso, lo que repercute ligeramente en la visibilidad.
La superficie de las puertas es limpia en su gran mayoría, salvo por el embellecedor plástico inferior a contraste, y estas cuentan con un tamaño generoso, especialmente las delanteras. En este caso los espejos retrovisores integran los intermitentes y cuentan con una base en color negro a contraste con diversos detalles de las ventanillas, el pilar C o el contorno plástico inferior.
Llenando los pasos de rueda nos encontramos con unas llantas de aleación de 19 pulgadas en plata calzadas con unos neumáticos Dunlop Sport Maxx RT en dimensiones 225/45 R19 96W. Visto de lado, mantiene sus dimensiones, pues sus medidas alcanzan los 4,39 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,59 metros de alto, unas cotas en la línea de sus competidores. La batalla mide 2.646 mm y las vías delantera y trasera miden 1.565 y 1.560 mm respectivamente. El coeficiente aerodinámico es de 0,31.
En la zaga, la horizontalidad está presente, contando con un generoso portón que divide las ópticas LED de nueva factura en dos partes. Llaman especialmente la atención elementos como el sutil spoiler superior con la tercera luz de freno, el logo en posición central y el nuevo protector plástico inferior con los catadióptricos que hace las veces de parachoques. La salida de escape queda oculta y, nuevamente, tampoco faltan los cromados o la tira de sensores de aparcamiento posterior.
Diseño interior
En el interior del recién renovado Qashqai, la firma japonesa ha mejorado la calidad de los plásticos y los ajustes. Los diseñadores de Nissan se han esforzado por crear un habitáculo que combina claridad, armonía y espacio. Con ello y gracias a su elevada línea de hombros, los ocupantes tienen una gran sensación de protección combinada y, en lo que respecta al conductor, este goza de una posición ligeramente elevada que le permite dominar la carretera.
En cuanto a presentación y calidad interior, si bien es cierto que aparentemente es muy similar a su hermano mayor, al montarte en el Qashqai tendrás la sensación de que el habitáculo se sitúa en un peldaño ligeramente inferior, pero realmente puede que sean pocos los usuarios que noten estas diferencias (también es cierto que yo he probado uno a continuación del otro). En cualquier caso, a nivel visual y al tacto los acabados son bastante buenos y los materiales cromados, las inserciones en negro piano y la piel con costuras contrastadas específica de este acabado ayudan al modelo a transmitir un mayor empaque.
En cuanto al diseño, las líneas del salpicadero parecen seguir el diseño en V de la parrilla delantera, ya que todas sus formas emergen desde el centro hacia los laterales. El salpicadero cuenta con una leve inclinación y se encuentra presidido por las salidas de aire centrales y la pantalla táctil de 7 pulgadas desde la que se gestiona el sistema multimedia (navegador, radio, tomas auxiliares…), la cual presenta algunas carencias, ya que solo es compatible con Apple CarPlay (Android Auto llegará en 2018) y su tacto es demasiado plasticoso, oyéndose incluso las pulsaciones, lo que transmite una sensación de baja calidad que podría haberse mejorado. Justo debajo de esta pantalla encontramos los mandos del climatizador.
Hay algunos elementos -como los botones de los elevalunas o de los espejos retrovisores- que denotan su origen japonés, pero el conjunto está muy bien rematado e incluso las puertas presentan cuero y acolchado. Por fin los elevalunas eléctricos reciben la función “un toque” (las cuatro) y además pueden accionarse desde el mando a distancia.
Otra de las grandes es el volante, de menor tamaño y mejor tacto. Lo que no termino de entender es la parte inferior achatada del mismo en aquellos coches en los que entrar y salir es sencillo, pero bueno, hablamos de una cuestión de gustos… Tras este encontramos los cuadros de instrumentos analógicos y la pantalla a color de 5 pulgadas del Advanced Drive-Assist.
Gracias a un intuitivo interfaz único, el conductor puede adecuar las funciones del Qashqai a sus necesidades; desde conectar los tres flashes únicos para los intermitentes en los cambios de carril hasta decidir el umbral de activación de los faros automáticos. Cada menú y cada pantalla muestran la información de forma lógica y estructurada en la pantalla situada en el centro de la instrumentación, entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones y cuyos contenidos se manejan mediante los mandos localizados en el volante.
El modelo cuenta con diversos huecos portaobjetos y una guantera bastante amplia en la consola central -entre ambos asientos. Hay dos opciones de color para la tapicería de piel: negro o ciruela.
Ya en la consola central nos encontramos con un pequeño hueco portaobjetos, el freno de estacionamiento eléctrico, la palanca del cambio manual de 6 velocidades, dos posavasos y los mandos de los asientos calefactables. Respecto a los asientos delanteros, situados a ambos lados, estos presentan un acceso cómodo a pesar de la altura elevada del Qashqai y son bastante ergonómicos, sobre todo para viajar, aunque si bien es cierto estos no agarran demasiado cuando circulamos por una zona de curvas.
Respecto a la habitabilidad en las plazas traseras, estas cuentan con buena altura al techo a pesar de la presencia del cristal panorámico y una anchura aceptable. Atrás podrían viajar tres adultos medianamente cómodos, pero la presencia del túnel de transmisión y el mullido de la plaza central posterior son los principales inconvenientes. El acceso a la segunda fila de asientos es también muy cómodo, con un ángulo de apertura de puertas de lo más generoso.
Por último, es importante añadir que el nuevo Qashqai ofrece un maletero que cubica un total de 430 litros (uno de los peores valores del segmento salvo en el caso del ASX), aunque si abatimos los asientos -60:40-, el volumen asciende a 1.598 litros. Ofrece unas formas muy regulares y al abatir los asientos el piso queda plano. Bajo este puede equiparse una rueda de emergencia, siempre y cuando no optemos por equipar el equipo sonido BOSE -600€ (muy recomendable si te gusta la música, por cierto).
Motorización
La oferta de motores no se ha visto alterada tras el lavado de cara del modelo. En gasolina arranca con el pequeño 1.2 DIG-T de 115 CV que, según mercados, podrá ir ligado a una caja manual o CVT denominada Xtronic. En un escalón superior está el 1.6 DIG-T con 163 CV asociado al cambio manual en todo caso. Con ambas motorizaciones solo podemos optar a la tracción delantera.
Respecto a la gama diésel, esta contempla los conocidos 1.5 dCi 110 CV en variantes con cambio manual de seis velocidades exclusivamente y, por encima, el 1.6 dCi de 130 CV -utilizado por varios modelos de la alianza Renault-Nissan- que ya puede pedirse con cambio manual o automático, y con tracción sencilla o total a las cuatro ruedas. No es una gama extensa, pero sí suficiente para el modelo.
Para la prueba me he decantado por esta última mecánica, un bloque de hierro y aluminio cuenta con un desplazamiento de 1.598 cm³, dos árboles de levas en cada culata, inyección directa por conducto común, admisión y geometría variables, turbo e intercooler para desarrollar una potencia total de 130 CV (96 kW) a 4.000 vueltas y 320 Nm de par motor a partir de 1.750 rpm.
El bloque 1.5 dCi de 110 CV (81 kW) ofrece la potencia máxima a 4.000 rpm y un par de 260 Nm entre las 1.750 y las 2.500 vueltas. Resulta enérgico cuando van una o dos personas en el coche, pero si lo cargamos en un viaje esta mecánica se queda algo justa… Acelera de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos y alcanza los 182 km/h.
He notado que, al igual que ocurría con el Nissan X-Trail asociado a esta motorización, cumple de forma aceptable con su cometido, aunque no hablamos de un motor vigoroso, y menos si llevamos el coche cargado. Lógicamente, los 100 kilos de peso que diferencian a ambos modelos se notan ligeramente en las cifras de rendimiento, pero la diferencia no es abismal.
Por otra parte, su cifra de par es de 320 Nm que arrancan en las 1.750 rpm, pero su baja cilindrada impide que tengamos una buena dosis de par hasta que entra en acción la turboalimentación en torno a las 1.900 vueltas. A causa de ello, a bajas vueltas, ya sea en recuperaciones, salidas o fuera del asfalto, el Qashqai puede llegar a mostrarse algo remolón si dejamos caer en exceso la aguja del cuentavueltas, requiriendo que piquemos embrague en algunas situaciones para evitar calarlo.
Esto no ocurre en carretera con los adelantamientos, pues aunque me ha dado la impresión de que el máximo rendimiento lo sacaremos entre las 1.900 y las 3.600 vueltas, el motor gira en el entorno de las 2.200 rpm cuando circulamos a 120 km/h (2.100 rpm en el caso del propulsor 1.5 dCi de 110 CV), por lo que en la gran mayoría de los casos su empuje es suficiente para completar la maniobra en unas cifras adecuadas. Por otra parte, cubre el 80-120 km/h sobre los 8,3 segundos.
Llegados a este punto, voy a hacer mención a la sonoridad del motor y su aislamiento acústico. En líneas generales no hablamos de una mecánica ruidosa (aunque sí más que el gasolina) y el habitáculo está muy bien insonorizado, lo que nos lleva a poder disfrutar de su conducción. Sin embargo, en frío o cuando nos vemos obligados a forzar el rendimiento del motor en carretera para, por ejemplo, adelantar, es cuando sale a relucir un ruido más elevado de lo normal que, en ningún caso, podríamos definir como molesto.
En cuanto a consumos, la marca homologa 4,4 litros a los 100, una cifra que te resultará imposible igualar en una conducción real, elevándose el mismo hasta los 5,7 litros a los 100 km (5,5 l/100 km en el 1.5 dCi de 110 CV) -una cifra bastante buena teniendo en cuenta que abusé de los tramos urbanos-. En autopista, circulando a velocidad legal puedes rebajar el consumo fácilmente hasta los 5,0 litros -frente a los 4,1 litros que homologa Nissan-; mientras que en ciudad los 5,1 litros que declara la marca nipona ascienden a 6,2 litros a los 100. El depósito de combustible tiene una capacidad de 55 litros.
Por último y, respecto al cambio manual de 6 relaciones, os diré que este cuenta con un escalonamiento del cambio más que correcto que se adecua perfectamente a la mecánica, con un guiado cómodo para tratarse de un SUV. Lo mismo ocurre con los recorridos del mismo (salvo la quinta, que me ha parecido un poco más largo), aunque el tacto puede que te resulte algo blando en conjunto.
Ficha técnica
Version | 1.6 dCi - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.598 cm³ |
Potencia | 96 kW (130 CV) @ 4.000 rpm |
Par | 320 Nm @ 1.750 rpm |
Peso | 1.504 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.394 / 1.806 / 1.590 mm |
Volumen Maletero | 430 (1.598) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,9 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,3 segundos (en cuarta) |
Velocidad máxima | 190 km/h |
Consumo homologado | 5,1 / 4,1 / 4,4 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 116 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 33.600 euros (este acabado y motor sin descuentos) |
Comportamiento
Si el Nissan Qashqai es el lider del segmento no lo es únicamente por tener un diseño atractivo, sino por el gran equilibrio que ofrece en su conjunto. Puede que a primera vista sus dimensiones exteriores te parezcan notables, pero lo cierto es que tras circular durante una semana con él por Madrid, no he notado excesivas diferencias respecto a llevar un turismo. La mayor parte de las unidades vendidas pasarán la mayor parte de su ciclo de vida en la ciudad, y es por ello que este SUV nipón cuenta con una postura al volante elevada que favorece la visibilidad.
No es difícil callejear con él o maniobrar para aparcar, pero la visibilidad hacia los tres cuartos traseros es deficiente, por lo que nunca está de más contar adicionalmente con la visión 360º para aquellas situaciones en las que dar marcha atrás y pasar con un coche de más de cuatro metros pueda resultar una aventura -o para moverse por fuera del asfalto, que nunca está de más-. Además, su radio de giro es bastante bueno, deteniéndose en 10,72 metros entre bordillos.
Sin embargo, es en autopista donde más disfrutarás del Qashqai, tanto si eres el conductor como si vas de pasajero. Aquí hay que señalar que el modelo está dotado de Chassis Control, el cual incluye además el control activo de la calzada y de trazada. Este sistema -que entra en funcionamiento a partir de los 40 km/h- se encarga de evitar el balanceo excesivo de la carrocería cuando la situación así lo requiere. Además, su centro de gravedad no es excesivamente elevado, por lo que la sensación de llevar una «barcaza» únicamente puede aparecer en tramos revirados si circulamos deprisa.
Su aplomo es notable, su insonorización aprueba con nota y el esquema de suspensiones -McPherson delantera y rueda tirada con elemento torsional detrás- sostiene bastante bien la carrocería incluso cuando circulamos algo ligeros.
Por otra parte, hay que señalar que tras la actualización del modelo, este ha recibido algunas novedades en las suspensiones, contando con una barra estabilizadora delantera más gruesa y un esquema menos rígido. Personalmente no he sido capaz de encontrar diferencias respecto a su predecesor, pues siguen resultando muy cómodas al pasar por zonas bacheadas, firmes irregulares, terrenos rotos o tramos de badenes en ciudad, al tiempo que su firmeza es adecuada para circular por autopista sin notar balanceos en las curvas.
Hay que hablar también de la dirección, la cual es suave y cumple con su cometido de forma aceptable en los diversos entornos, pero se me antoja excesivamente poco comunicativa y lenta en tramos revirados. Nissan ha mejorado la precisión y la tendencia al autocentrado, pero has de ser consciente de que no es un coche ágil, sino más bien equilibrado, es decir, abarca un poco de todo pero se centra especialmente en la urbe y los largos viajes. Buena prueba de ello son sus reacciones a la hora de buscarle las cosquillas, pues son lentas, al tiempo que las ayudas electrónicas saldrán rápida y tajantemente en tu ayuda.
Por último, quiero hacer mención a las cualidades camperas del Nissan Qashqai. A la hora de avanzar por firmes ligeramente irregulares con ascensos y trazadas fáciles, la mayor ventaja con la que juega este SUV es su elevada altura libre -200 mm- y sus razonables cotas -ángulo de entrada de 25º, de salida de 35º y ventral de 165º-. La profundidad de vadeo asciende a 400 mm. En este caso, la unidad de pruebas contaba con tracción 4×2, por lo que no llevar un vehículo de tracción total te limita bastante y el modelo se va a quedar atascado en aquellas zonas en las que se quedaría cualquier otro vehículo con tracción delantera (barro, arena…).
Equipamiento y precio
La oferta en nuestro país se estructura en cinco niveles de acabado denominados Visia, Acenta, N-Connecta, Tekna y Tekna+. Desde el más sencillo incluyen seis airbags, controles de tracción y estabilidad, ABS, EBD, TPMS, dirección asistida, cuatro elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando, limitador de velocidad, luces diurnas por LEDs, retrovisores eléctricos, volante ajustable en altura y profundidad o encendido automático de luces, entre otros.
Entre la dotación disponible, el renovado Qashqai podrá incluir las ópticas Full LED, detector de objetos en ángulo muerto, navegador, asistente de parking, sistema de visión 360º, alerta de cambio de carril, detector de fatiga, aviso pre-colisión, frenada de emergencia, lector de señales de tráfico, asientos térmicos, SmartBeam, etc.
Una de las principales novedades tras el lavado de cara es la versión de corte lujoso denominada Tekna+, que incluye un completo equipamiento y un llamativo tapizado en piel nappa con diseño acolchado.
A lo largo del año que viene también se sumará el dispositivo ProPilot que anticipa la conducción autónoma. Funciona activando la alerta de cambio de carril, el radar delantero, el control de crucero adaptativo y el asistente en atascos. Desde luego no tiene mala pinta, pero tendremos que esperar unos meses para probar su funcionamiento.
El precio de esta unidad, un Nissan Qashqai Tekna+ 1.6 dCi de 130 CV con todos los opcionales que os he ido comentando a lo largo de la prueba, alcanza los 34.200 euros, aunque con todos los descuentos de la marca el precio final puede descender hasta los 30.050 euros.
Los precios de toda la gama para España sin descuentos son los siguientes:
Motor | Visia | Acenta | N-Connecta | Tekna | Tekna+ |
1.2 DIG-T 115 CV | 22.000 € | 23.500 € | 25.800 € | 28.200 € | 30.250 € |
1.2 DIG-T 115 CV Xtronic | 23.700 € | 25.200 € | 27.500 € | 29.900 € | 31.950 € |
1.6 DIG-T 163 CV | 23.750 € | 25.250 € | 27.550 € | 29.950 € | 32.000 € |
1.5 dCi 110 CV | 23.600 € | 25.100 € | 27.400 € | 29.800 € | 31.850 € |
1.6 dCi 130 CV | 25.350 € | 26.850 € | 29.150 € | 31.550 € | 33.600 € |
1.6 dCi 130 CV 4×4 | 27.850 € | 29.350 € | 31.650 € | 34.050 € | 36.100 € |
1.6 dCi 130 CV Xtronic | 27.050 € | 28.550 € | 30.850 € | 33.250 € | 35.300 € |
- Es uno de los modelos más polivalentes del segmento SUV-C, ya que es bueno en todos los entornos a pesar de no destacar especialmente en ninguno. En cualquier caso su enfoque es la ciudad y las autopistas.
- Ligero aumento de calidad y empaque tras el lavado de cara. Además, ahora es mucho más vistoso, especialmente en este color Azul Vivid.
- La mecánica presenta un gran equilibrio en prestaciones-consumos, aunque quizás una opción algo más potente para aquellos a los que les gusta sentirse poderosos no estaría mal.
- Completo equipamiento y amplia oferta de acabados para todos los gustos.
- El tamaño del parasol cuenta con unas dimensiones generosas, algo que, a pesar de parecer una tontería, se agradece mucho en la práctica.
- El equipo de sonido Bose es muy recomendable si eres gran aficionado a la música
- Su comportamiento en tramos lentos es algo peor que el de sus rivales y las ayudas electrónicas entran rápidamente en funcionamiento con una reacción brusca.
- El recorrido del embrague es demasiado corto y tendrás que acostumbrarte a él.
- La potencia no se entrega en un amplio rango de revoluciones, por lo que en algunas ocasiones podría darte la sensación de que le falta algo de empuje.
- Su maletero es de los más pequeños del segmento, aunque para muchos usuarios puede resultar más que suficiente.
- El tacto del cambio es agradable, pero la holgura de la palanca en punto muerto y con las marchas engranadas podía haberse ajustado mejor.
- El tamaño, el tacto y el funcionamiento del sistema multimedia no son todo lo convincentes que me gustaría, especialmente en un modelo de su segmento.