Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.3
Notable
Tras la renovación del Opel Mokka X y el lanzamiento del crossover urbano Opel Crossland X, la firma alemana ahora perteneciente a PSA ha reforzado su apuesta SUV con un nuevo modelo para el segmento C, el Opel Grandland X. Basado en el también recién estrenado Peugeot 3008, es algo más conservador que este en términos de diseño y calidad, pero cuenta con un equipamiento y un precio imbatibles, grandes dosis de espacio y una puesta a punto muy equilibrada.
El pasado verano Opel lanzó al mercado el nuevo Grandland X, un crossover de tamaño compacto que presume de un diseño muy atractivo capaz de combinar un buen equilibrio entre dinamismo y elegancia. Sin embargo, hablamos de un segmento muy saturado en el que lidera el Nissan Qashqai, todo un veterano del mercado que se sigue resistiendo a que le quiten su trozo del pastel.
Pensemos que el Grandland X está destinado a competir contra grandes modelos como el Ford Kuga, el BMW X3, el Toyota RAV4, el Honda CR-V, el Mazda CX-5, el Renault Kadjar, el Kia Sportage, el SEAT Ateca, Volkswagen Tiguan, el Peugeot 3008, el Škoda Karoq o el Hyundai Tucson, por lo que hay que tener muy en cuenta que estamos ante un segmento realmente concurrido de buenos y nuevos competidores que no se lo van a poner nada fácil a la opción alemana.
Derivado del Peugeot 3008, ambos cuentan con numerosas similitudes, tal y como podréis leer en la comparativa entre estos modelos que os estoy preparando, aunque los chicos de la compañía gala han querido apostar con mayor contundencia por el diseño y las sensaciones, así que realmente estamos ante productos claramente diferenciados. En este sentido, el Grandland X es algo más sencillo tanto en su exterior como en su interior, aunque también cuenta con un precio inferior y la peculiaridad de venderse en Amazon.
Entre las novedades más interesantes que veremos este 2018, año en el que se continuará completando poco a poco la gama, cabe destacar la llegada de un bloque gasolina de 1.6 litros con 180 CV en la segunda mitad del año, la adición de la transmisión automática al motor gasolina de 130 CV en esta misma fecha y la sustitución en el mes de julio del bloque 1.6 diésel de 120 CV por el de 1.5 litros y 130 CV que ya equipa el Peugeot 308 (de momento conviven ambos). Más adelante veremos una variante híbrida-enchufable con tecnología PSA y tracción total de la que poco sabemos aún.
Diseño exterior
Como ya os he comentado, el Opel Grandland X no es ninguna revolución en diseño, pero tampoco podríamos hablar de un coche ni mucho menos feo, simplemente de una opción más de entre todas en el mercado. Resulta atractivo porque sigue la última línea de diseño de Opel, pero en un segmento C-SUV en el que uno de los principales motivos de compra es el atractivo visual, considero que la firma alemana debería haber apostado un poco más en este sentido.
A pesar de ello, el Opel Grandland X llega con algunas novedades estéticas respecto a sus hermanos de gama, esencialmente en el apartado de personalización, donde se ofrecen hasta 10 tonalidades para la carrocería (en este caso tenemos el tono Oro Maya -525€-) y una opción bitono -en el acabado Ultimate- para los pilares A, el techo, las carcasas de los retrovisores y el spoiler trasero. En total, se pueden ver múltiples combinaciones posibles, las cuales se complementan con varios ambientes interiores y tapicerías en tela o tela y símil de cuero.
Todo el conjunto se muestra visualmente agradable y desenfadado, con un frontal presidido por una parrilla con doble ala cromada que nos recuerda inevitablemente a la del Opel Insignia Grand Sport. A ambos lados de la misma se ubican las ópticas, que en este caso resultan muy similares a las del Opel Mokka X y cuentan con iluminación diurna LED en su extremo superior. Por el contrario, para la iluminación principal se ha optado por los faros halógenos, aunque en los acabados más altos de la gama u, opcionalmente en el caso de los más sencillos, está disponible la tecnología Full LED AFL3 adaptativa -1.000€- que monta esta unidad.
En el tercio inferior encontramos una generosa entrada de aire, justo por debajo de la matrícula. Esta cuenta con una protección inferior cromada, los sensores de los sistemas de asistencia en posición central -Pack Excellence Plus- y a ambos lados se extiende un paragolpes plástico. En posición intermedia se ubican dos falsas entradas de aire con detalle cromado y la tira de sensores de aparcamiento delanteros. Los detalles plásticos y los protectores inferiores le dan ese toque campero que tanto gusta a los usuarios hoy en día.
La vista lateral no es menos llamativa que el frontal, con varios signos de identidad propios. En primer lugar, encontramos unos voladizos realmente cortos, unas llantas de 18 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin Primacy 3 en medidas 225/55 R18, una generosa superficie acristalada con marcos en negro y detalle cromado con posibilidad de oscurecer las ventanillas traseras, así como unos raíles de techo cromados bastante discretos. La superficie de las puertas cuenta con marcados nervios y una protección plástica inferior que bordea la carrocería.
Inevitablemente, nuestros ojos tampoco pasarán por alto las líneas ascendentes del lateral para aumentar la sensación de dinamismo y la sutil caída del pilar C. Los intermitentes se ubican en la aleta delantera, no en los espejos retrovisores. El Opel Grandland X mide 4,48 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,61 metros de alto, unas medidas en la línea de sus competidores. La batalla alcanza los 2.675 mm y las vías delantera y trasera miden 1.595 y 1.610 mm respectivamente.
Visto desde detrás, el Grandland X es claramente reconocible. Sus ópticas LED con efecto tridimensional le otorgan una firma lumínica muy característica, al igual que las marcadas líneas horizontales que incrementan la sensación de anchura o el sutil spoiler localizado sobre la luna posterior con la tercera luz de freno integrada. Los faros quedan divididos en dos partes por el portón de grandes dimensiones, el cual culmina en su extremo inferior con el hueco portamatrículas.
Bajo este, vemos la cámara de marcha atrás -300€-, un paragolpes plástico que alberga los catadriópticos y un protector cromado similar al del frontal. En él están los sensores de aparcamiento traseros. En este caso, la salida de escape queda camuflada, a pesar de que parezca poseer dos salidas en la ya mencionada protección cromada.
Diseño interior
El habitáculo del nuevo Opel Grandland X es quizás uno de sus puntos fuertes. Para tratarse de un C-SUV las cotas son generosas y en términos de diseño resulta bastante práctico, recordándome en múltiples controles al Opel Insignia del que os hablé en su día. Como cabría esperar, en términos de calidades está ligeramente por debajo de este, pero realmente la sensación visual de empaque se mantiene gracias al agradable tacto de la mayoría de los materiales y a la ausencia de vibraciones o crujidos.
Aunque los plásticos duros y rígidos están presentes en gran parte del interior -algo más que en un 3008-, no transmiten esa sensación tan fría que encontramos en algunos rivales. A pesar de ello, se le podría haber restado algo de sobriedad incorporando materiales más vistosos, ambientes de tonalidades claras o colores algo más alegres a contraste.
En este caso y, a pesar de que el equipamiento es de lo más completo, con generosos elementos de serie y algunos opcionales, no contamos con los excelentes asientos ergonómicos probados y certificados por AGR (la Asociación Médica Alemana dirigida por expertos independientes en salud de la espalda), que son únicos en el segmento. Por suerte, sí que están disponibles opcionalmente para el Grandland X, aunque en cualquier caso los de serie también son muy cómodos tanto para ciudad como para largos viajes, pecando únicamente en algo de agarre lateral.
El volante multifunción cuenta con diversos botones para que todo quede al alcance de la mano, pero estos no son excesivos y su tacto es agradable. Tras el mismo, encontramos un sencillo y clásico cuadro de instrumentos, siendo semi-configurable la pantalla central del mismo. Tampoco faltan en este caso la luneta térmica -200€- y el sistema OnStar -800€-. Lo cierto es que la ergonomía está bastante lograda en conjunto y la postura de conducción resulta cómoda, aunque queda algo más vertical que en sus rivales.
En la consola central nos encontramos con la pantalla de ocho pulgadas del sistema multimedia opcional Navi 5.0 IntelliLink -850€-, cuya interfaz es igual que la de PSA. El menú central puede parecer algo sobrio, pero lo cierto es que su manejo es sencillo e intuitivo, aunque no es todo lo rápido que nos gustaría y su percepción táctil se queda algo justa. Además, los gráficos del navegador pueden parecer algo anticuados respecto a otros sistemas actuales.
A su favor hay que señalar que la climatización calienta realmente rápido, antes de que esté caliente el circuito y que cuenta, al igual que el 3008, con la chapa exterior de la puerta que abraza la parte inferior de la carrocería, evitando que nos manchemos al acceder al habitáculo. En su contra, que ni la guantera ni los cajones de las puertas están tapizados.
Inmediatamente debajo del sistema de infoentretenimiento encontramos una ligera botonería y, en la parte inferior, el climatizador bizona. Le siguen un hueco portaobjetos con las tomas USB y de 12V, una tira de botones, la palanca del cambio manual de seis velocidades, el botón del freno de mano eléctrico, dos posavasos y el reposabrazos central bajo el que encontramos una guantera que puede incluir cargador inalámbrico del smartphone.
Respecto a la habitabilidad, el Opel Grandland X está homologado para cinco ocupantes, con generosas cotas para que cuatro personas viajen con gran comodidad, pero sí que es cierto que se queda algo justo para cinco pasajeros por anchura. Destaca, por el contrario, en altura, ya que personas de incluso más de 1,90 metros viajarán con comodidad en los extremos. En trayectos cortos la plaza central es perfectamente aprovechable, pero la presencia de la guantera entre los asientos delanteros nos obliga a separar las piernas, lo que acaba resultando incómodo en largos trayectos.
Algo que no termino de entender es la ausencia de la banqueta posterior con ajuste longitudinal, un opcional que sí incorpora su hermano pequeño, el Opel Crossland X.
Por último y, respecto a la capacidad de carga, el nuevo Grandland X destaca en el segmento junto a 3008, Tiguan y Ateca, con unas formas muy aprovechables y una boca de carga de dimensiones generosas cuyo portón de accionamiento eléctrico funciona de maravilla al pasar el pie por debajo -mejor que en muchas otras marcas-. Hablamos de un total de 514 litros y, si abatimos los asientos posteriores (60:40), la cifra asciende hasta los 1.652 litros.
Motorización
Aunque inicialmente el Opel Grandland X sólo se podía adquirir con el motor de gasolina 1.2 Turbo de 130 CV en combinación con una caja de cambios manual de seis velocidades y con el diésel 1.6 CDTI de 120 CV con esa misma transmisión o bien una caja automática con seis relaciones, recientemente se sumaron a la gama nuevas variantes diésel. El primero de ellos es el 2.0 BlueHDI con 177 CV en combinación con la caja automática de ocho velocidades. Alcanza los 214 km/h de velocidad máxima, acelera de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos y homologa un consumo medio de 4,9 l/100 km, con unas emisiones de 127 g/km de CO2.
También está disponible el motor 1.5 BlueHDI recién estrenado en PSA que sustituirá al 1.6 en julio de 2018 (de momento conviven ambos). Se comercializará en versión con 130 CV y asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática de ocho. Alcanza los 195 km/h de velocidad máxima y declara un gasto medio de 4,2 l/100 km, con unas emisiones de 109 g/km de CO2. Más adelante llegarán un bloque de 180 CV gasolina, la transmisión automática al bloque de gasolina 130 CV y una versión híbrida-enchufable.
Para la prueba me he decantado por el motor de gasolina 1.2 Turbo en combinación con la caja de cambios manual de seis velocidades, un bloque tricilíndrico de aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa e intercooler que, con 1.199 cm3 y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 130 CV (96 kW) a 5.500 rpm, todo ello asociado a un par máximo de 230 Nm a partir de las 1.750 rpm. Para contribuir a la reducción de los consumos en ciudad, cuenta con sistema Start/Stop.
Con sus cifras de potencia es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 11,1 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en torno a los 7,3 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 188 km/h. En carretera, el motor gira a 2.600 rpm a 120 km/h.
Como ya sabéis, es la misma motorización que Peugeot monta en el 3008, un propulsor que goza de gran elasticidad y un empuje aceptable desde bajas vueltas (sin apenas vibraciones cuando dejamos caer en exceso la aguja), aunque no es hasta las 2.500 rpm cuando verdaderamente notas su energía. Es un coche ágil para el día a día, ofreciendo gran equilibrio, aunque las aceleraciones son bastante progresivas y lineales, sin una “patada” notable salvo que queramos estirar el cuentavueltas.
Para la mayoría de usuarios resultará una potencia más que satisfactoria, aunque quizás se quede algo justa para aquellos que viajan con el coche cargado de pasajeros y equipaje -o que les gusta sentir un empuje más enérgico al pisar el acelerador-. Para que os hagáis una idea, con el coche a media carga, este mantiene sin grandes esfuerzos la velocidad en autopista en sexta velocidad, pero en pendientes medianamente pronunciadas requiere reducir de marcha. Lo mismo ocurre si queremos llevar a cabo un adelantamiento de manera rápida con el coche cargado.
La gran ventaja es que presenta unos consumos contenidos, algo que suele caracterizar a los motores de PSA. Es más, en casa tenemos un 3008 con esta mecánica y los consumos son algo mayores en el mismo recorrido. La marca homologa un consumo urbano de 6,0 l/100 km, un extraurbano de 4,5 l/100 km y un consumo combinado de 5,1 l/100 km, datos que he podido comprobar que se alejan ligeramente de los consumos reales. Durante la prueba, el consumo medio se detuvo en los 6,5 litros, ascendiendo a los 7,3 litros en ciudad y bajando hasta los 6,1 litros en carretera. El depósito es de 53 litros.
Por último y, respecto al cambio manual, he de señalar que no me ha convencido en exceso el tacto blando del embrague que impide salir desde parado con naturalidad, pero sí el de la palanca de cambios, la cual carece de las holguras típicas de los últimos modelos de PSA. Tiene un guiado cómodo para su uso y unas relaciones muy largas para favorecer los consumos, con un escalonamiento acertado y sin grandes caídas de vueltas.
Ficha técnica
Version | 1.2 Turbo - 3 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.199 cm³ |
Potencia | 130 CV (96 kW) @ 5.500 rpm |
Par | 230 Nm @ 1.750 rpm |
Peso | 1.350 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.477 / 1.856 / 1.609 mm |
Volumen Maletero | 514 (1.652) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 7,3 segundos |
Velocidad máxima | 188 km/h |
Consumo homologado | 6,0 / 4,5 / 5,1 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 117 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 27.400 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
Al igual que ocurre en la gran mayoría de modelos del segmento C-SUV, moverse en el tráfico urbano con el Opel Grandland X no entraña ninguna complicación. Ofrece buena visibilidad en todos los ángulos -mejor incluso que en el caso del Peugeot 3008 que tiene las ventanillas algo más pequeñas-, un radio de giro de 11,05 metros entre paredes y la posibilidad de incorporar tanto sensores de aparcamiento delanteros y traseros como cámara de visión trasera. Como ya he comentado, la calidad de la cámara es bastante pobre, algo habitual en PSA, pero en cualquier caso siempre nos vale como referencia a la hora de llevar a cabo maniobras de aparcamiento.
En carretera, hablamos de un vehículo bastante cómodo, con unas suspensiones de dureza intermedia en el segmento. Hay modelos con las suspensiones más blandas, como pueda ser el Renault Kadjar, pero en el caso del Grandland X no son tan firmes como, por ejemplo, las del 3008, por seguir con la comparación. Es por ello que el modelo de Peugeot muestra un comportamiento algo más dinámico a la hora de afrontar curvas con cierta agilidad, ya sea en autopista o en carreteras de montaña, aunque en ningún caso el Opel muestra balanceos de la carrocería acusados.
Es en curvas algo más lentas donde sale a relucir el enfoque del Opel Grandland X. Está pensado para viajar cómodamente y llevar a los niños al colegio, no para irse de tramo, por lo que sus reacciones son tranquilas y sus sistemas de asistencia actúan con rapidez, manteniendo todo bajo control desde el primer momento en el que tratamos de buscarle las cosquillas al modelo. Como os decía, aquellos que busquen un plus de dinamismo, quizás deberían plantearse optar por el 3008 y con una mecánica algo menos frugal.
Aquellos que vayan a sacar su vehículo ocasionalmente fuera del asfalto siempre pueden optar por el Grip Control opcional, el cual se encarga de gestionar el control de tracción y estabilidad para movernos con más seguridad sobre diferentes tipos de suelos deslizantes, ya sea nieve, barro, arena o para desactivar el ESP. Viene asociado a unos neumáticos M+S, lo que nos salvará de un apuro, pero ya os adelanto que es mejor no arriesgar en exceso. Al igual que ocurre en PSA, muchos usuarios se han preguntado por qué la marca no había incluido la tracción integral en ninguno de sus acabados, y es que realmente muy pocos conductores que hoy en día se compran un SUV acaban aventurándose fuera del asfalto.
Equipamiento y precio
En España los niveles de terminación por ahora son los denominados Selective, Business -tiene como enfoque principal las empresas y autónomos-, Excellence y Ultimate. En seguridad todos incluyen ABS, EBD, TCS, ESP, TPMS, múltiples airbags, alerta de cambio de carril involuntario, lector de señales de tráfico, asistente al arranque en cuestas, sistema de llamada de emergencia OnStar, anclajes ISOFIX, etc.
Como viene siendo habitual en el acabado Bussiness, la dotación se centra en los elementos imprescindibles y aquellos que resultan prácticos. Por ejemplo, se incluyen el climatizador automático de zonas, control de crucero con limitador, alerta de cambio de carril y el útil Apple CarPlay/Android Auto en el sistema multimedia con pantalla de siete pulgadas, llantas de aleación de 17 pulgadas, freno de mano eléctrico, encendido automático de luces, faros antiniebla, espejo interior fotosensible, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, bluetooth, USB, sensor de lluvia, volante forrado en piel, apoyabrazos central delantero…
El nivel Selective contempla las llantas de aleación de 17 pulgadas, freno de mano eléctrico, ordenador de viaje, cuatro elevalunas y espejos eléctricos, cierre con mando, volante multifunción, sistema de audio con pantalla táctil de 7 pulgadas, Apple Car Play, Bluetooth, USB, control de velocidad, climatizador automático de dos zonas, etc.
El acabado Excellence añade el arranque por botón, acceso sin llave, llantas de aleación de 18 pulgadas, pack versatilidad, paquete iluminación interior, sensores de parking delanteros y traseros, retrovisores plegables, paquete cromado exterior, sensor de lluvia, encendido automático de luces, espejo interior fotosensible, detector de objetos en ángulo muerto, etc.
Por último, el acabado Ultimate incluye el tapizado en piel, los asientos delanteros y traseros calefactables, climatizador automático de dos zonas, control de crucero, sistema de navegación con pantalla de 8 pulgadas, bluetooth, control por voz y USB, sistema de visión 360º, asistente al aparcamiento, pedales de aluminio, sistema de sonido Denon con subwoofer y radio DAB, faros antiniebla, cargador de móvil sin cables, toma de 230v, llantas de 19 pulgadas, pintura bicolor o parabrisas atérmico.
Otros elementos estándar en el tope de gama son el acceso y arranque sin llave, carcasas de espejos pintadas en negro, faros Full LED Smartbeam, paquete cromado exterior, lector de señales de tráfico, alerta de cambio de carril involuntario, detector de fatiga, OnStar, detector de peatones, frenada automática en ciudad, alerta pre-colisión, detector de objetos en ángulo muerto y en maniobras de marcha atrás.
Con todas las novedades, la gama del Grandland X sin descuentos para España queda de la siguiente manera:
Motor | Selective | Bussiness | Excellence | Ultimate |
1.2T 130 CV | 25.100€ | – | 27.400€ | 32.581€ |
1.6 CDTI 120 CV | 26.800€ | 27.700€ | 29.100€ | – |
1.6 CDTI 120 CV 6AT | – | – | 31.000€ | – |
1.5 CDTI 130 CV | 28.000 | 28.900€ | 30.300€ | 35.593€ |
1.5 CDTI 130 CV 8AT | – | – | 31.900€ | – |
2.0 CDTI 177 CV 8AT | – | – | – | 39.800€ |
- El espacio de carga está entre los mejores del segmento y cuenta con dos alturas. Además, el funcionamiento del portón eléctrico es destacable.
- La chapa de la puerta protege los bajos en los laterales, por lo que no te mancharás al acceder o salir del habitáculo.
- El precio de las opciones diésel es de los mejores del segmento, las variantes de gasolina están más o menos en la media. Ofrece gran equipamiento de serie.
- Los faros adaptativos Full LED son de los mejores del mercado.
- Espacio interior adecuado con excelente cota de altura en todas las plazas.
- Gran equilibrio entre prestaciones y consumos, resultando una mecánica bastante suave y silenciosa para ser un tricilíndrico. Eso sí, no esperes grandes aceleraciones.
- Cuenta con soluciones prácticas, pero es curioso que no permite equipar una banqueta trasera deslizable longitudinalmente como sí se ofrece en el Opel Crossland X.
- Interior algo sobrio y con materiales adecuados, pero no destacables. Eso sí, es funcional, ergonómico y práctico.
- ¿Faros halógenos de serie? Qué menos que poner unos faros LED o al menos de xenón en el acabado intermedio de la gama.
- Algunos componentes serían de mayor calidad si fueran de Opel y no de PSA, especialmente el sistema de infoentretenimiento (los gráficos dejan mucho que desear).