Review Overview
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.6
Notable
Un coche para la familia, versátil y con un diseño que le distingue de sus rivales. Menos eficiente de lo esperado.
Comienza la semana en Autonocion como casi siempre con una nueva prueba. En este caso hemos disfrutado durante nueve días del nuevo Mazda5 1.6 CRTD Iruka, un vehículo familiar que no es excesivamente grande por fuera pero que ofrece múltiples posibilidades por dentro. Actualizado en el año 2010 con una serie modificaciones que le equiparan en imagen a sus hermanos de marca, pretende destacar por encima de sus rivales gracias a una reducción en consumo y emisiones, diseño moderno, y una gran modularidad interior.
Diseño Exterior:
Como decimos, el último lavado de cara del Mazda5 está encaminado a introducirlo en la nueva imagen de familia Mazda. Con un frontal especialmente característico, muy en la línea del Mazda3, pero con un cuerpo distinto, en versión familiar. Es curioso porque a diferencia de otros monovolúmenes, el Mazda5 no es especialmente alto desde el morro. De hecho, si no conociéramos el coche y viésemos algunas de las fotos que hay en este artículo (hechas desde delante), podríamos pensar que se trata de una berlina o un compacto.
Su diseño no sólo le permite distinguirse de sus rivales directos, sino que contribuye a un comportamiento aerodinámico inusualmente bueno para su segmento. Un nuevo spoiler frontal con forma de labio, un nuevo carenado inferior plano del motor y grandes deflectores en los neumáticos delanteros contribuyen a canalizar el aire bajo el vehículo de manera más eficiente. Esto tiene su consecuencia en una disminución del consumo de combustible gracias a un coeficiente aerodinámico de 0,30.
Desde una vista lateral ya no plantea dudas acerca de su carácter familiar. Tres líneas de diseño onduladas a media altura de la puerta y otra más en la parte inferior, dotan al Mazda5 de un aspecto muy dinámico y de constante movimiento. Ahora bien, el chapista que tenga que arreglarlo se acordará de la familia Nagare (nombre que recibe este diseño). Sumado a las lunas traseras tintadas ocultando el pilar D del vehículo, la dan incluso un aire deportivo. El carril de las puertas traseras se prolonga hasta las ópticas, lugar al que llegan también las líneas que dibujan tanto el paragolpes como el portón trasero.
Por detrás, el Mazda5 se ha renovado también. Los grupos ópticos traseros han pasado de ser verticales y estar ubicados en la parte superior a ser horizontales y colocarse en la línea media del vehículo, lo que hace que el aspecto del coche varíe significativamente. El cristal en esta parte hace una forma similar a la del propio logo de Mazda.
Las dimensiones del Mazda5 son las siguientes: longitud de 4585 mm, anchura de 1750 mm y altura de 1615 mm sin barras portaequipajes. La unidad de prueba montaba unas llantas de aleación de 17”, de serie con el acabado Iruka.
En definitiva, podemos decir que el diseño exterior del Mazda5 es llamativo y decanta la balanza a su favor en caso de dudas entre algunos potenciales clientes. Entre sus bazas mejor jugadas, la apertura corredera de las puertas traseras y la imagen de marca llevada a un monovolumen. Como contrapunto, debemos decir que todo esto no supone una renovación total, pues el modelo anterior, estrenado en 2008, ya lo aportaba. Desde un punto de vista puramente subjetivo, me gustaría añadir que me parecía más bonita la trasera antes que ahora, con el cambio de posición de las ópticas.
Diseño interior:
El interior del Mazda5 es interesante. No llega al tamaño de otros monovolúmenes tipo C4 Picasso, pero el espacio de que dispone está muy bien aprovechado. El salpicadero, junto con la instrumentación, ha sido completamente cambiado, y ahora es más moderno y atractivo. Dos esferas paralelas en el cuadro nos muestran a un lado las revoluciones y al otro la velocidad, quedando el hueco entre ellas para la información de los distintos chivatos.
El salpicadero al que hacíamos referencia combina acabados en cuero con otros en plástico. El plástico no es nada “guarrete” y el cuero, por su parte, es blandito y agradable al tacto. La palanca del cambio está algo más elevada que en un turismo convencional, pero no es la típica de furgoneta, es más corta.
Un panel luminoso integrado en la parte central del salpicadero nos informa de algunos datos de interés como temperatura ambiente, consumo, combustible restante, hora y temperatura interior. La unidad probada incorporaba navegador. Una pantalla táctil de fácil manejo permite configurarlo con sencillez, al igual que cambiar los ajustes de la radio.
El volante en cuero transmite muy buenas sensaciones, aunque evidentemente no es consecuencia únicamente de su buen tacto, sino del gran comportamiento del Mazda5 en marcha, como veremos más adelante.
Pasemos ahora a hablar de la habitabilidad del Mazda5. Como os comentaba antes, si lo comparamos únicamente en tamaño a otros vehículos de su segmento, claramente saldrá perdiendo. Por eso lo tiene que compensar con algunos detalles que en la práctica resultan muy interesantes. La configuración de asientos del Mazda5 es de 2+3+2, siendo los dos últimos abatibles en función de las necesidades de cada uno y dependiendo del momento. La parte delantera del reposabrazos central que separa las plazas del conductor y del acompañante es 15 mm más ancha.
La clave de la funcionalidad de los asientos Karakuri reside en el asiento central de la segunda fila. En condiciones normales, por así decirlo, llevaremos el coche configurado con cinco plazas, dos delante, tres detrás y el resto maletero. Sin embargo, en el Mazda5 podemos optar por ocultar ese asiento central y ocupar su lugar con un cajón para portar objetos y dos posavasos, o bien directamente quitarlo por completo y dejar el espacio vacío. Bueno, en realidad no se quita, se esconde debajo del asiento de su derecha.
Un poco caro en mi opinión… gracias por la prueba, muy completa. Saludos.
Si te vas a una versión que sea interesante por así decirlo, la verdad que el precio sube bastante si…