En el túnel de transmisión se monta la palanca del sistema de cambio (La particularidad de esta palanca es que su funcionamiento es de tipo joystick, es decir, vuelve a su posición inicial una vez hemos engranado la marcha.), varios huecos portaobjetos, la toma de 12V, la ranura para introducir el mando, el botón de desconexión de la apertura eléctrica del portón, el botón de conexión de la tracción 4WD, el botón CHARG y el botón SAVE.
Modo ahorro de batería o SAVE: Seleccionado por el conductor para ahorrar electricidad, permitiendo acceder más tarde a centros urbanos con restricciones de CO2 o zonas residenciales tranquilas, o simplemente para disfrutar de la naturaleza en total silencio EV.
A la izquierda del volante multifunción nos encontramos con los botones del FCM, del LDW (Sistema de Advertencia de salida de carril), la desconexión del sonido con el que se alerta a los peatones cuando circulamos en modo eléctrico 100% y la apertura del maletero.
FCM: El sistema FCM puede ayudar a evitar una colisión cuando el automóvil circula a menos de 30km/h y el sistema detecta un objeto estacionario. Respecto a otros vehículos en movimiento, el FCM puede ayudar también a evitar una colisión cuando la diferencia de velocidad entre el vehículo detectado y el Outlander es inferior a 30 km/h. Cuando la diferencia de velocidad es superior a 30 km/h, el FCM no puede ayudar a evitar la colisión, pero puede ayudar a reducir la gravedad de la misma.
El panel de instrumentos está compuesto por dos esferas (Izquierda: indicador, power, charge y eco. Derecha: velocímetro) En la zona central nos encontramos con una pantalla a color que cumple la función del ordenador de viaje.
El acceso al vehículo es cómodo debido a la altura y al ángulo de apertura de las puertas. Las plazas traseras son cómodas (sobre todo las dos exteriores) La plaza central presenta las mismas deficiencias de siempre, eso sí, con un túnel de trasmisión casi inapreciable, lo que hace que el espacio para las piernas del ocupante de la plaza central sea más generoso.
En esta ocasión el “Mitsu” ha perdido un poco de practicidad para el uso diario, ya que en esta ocasión no contamos con la tercera fila de asientos que sí que monta el modelo convencional. Esta ausencia se debe al tamaño de los motores eléctricos implantados en el eje trasero.
En cuanto al volumen de carga podemos deciros que disminuye de los 519 litros a los 498 litros, si tenemos los asientos sin abatir, y de los 1.625 a 934 con los asientos abatidos.
El suelo del maletero es más alto, unos imperceptibles 19 mm y el suelo de los asientos traseros es únicamente 45 mm más alto. El volumen de la caja de almacenamiento bajo el suelo también se ha reducido de 73 l a 35 l. Este hueco lo emplearemos para albergar el cable del cargador que por cierto cuenta con un enchufe convencional.
Motorización y sistema Plug-in Hybrid
Este apartado es el que más cambios aporta con respecto al modelo convencional. El Outlander añade a su gama una nueva motorización denominada PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle) o lo que es lo mismo, vehículo híbrido enchufable. Como ya sabreis, no es la primera vez que probamos esta tecnología en una marca [Ver prueba Volvo V60 Plug-in Hybrid]
Mitsubishi ha unido dos motores eléctricos con uno de gasolina. Los motores eléctricos están colocados en cada eje. Estos motores tienen una potencia de 60 kW, pasando a caballos de vapor son 82 cv, y un par máximo desde cero revoluciones de 195 Nm. Por su parte, el motor de gasolina, es un 4 cilindros en línea y 16 válvulas con tecnología MIVEC de control variable de válvulas, con una cilindrada de 2.0L que genera 121cv y 190 Nm de par.
La combinación de ambos motores nos ofrece una potencia de 203 cv, que permiten que el modelo pase de 0 a 100 km/h en 11 segundos y alcance una velocidad máxima de 170 km/h. Todos estos números nos generan unos consumos de catálogo de sólo 1,9 l/ 100 km en ciclo combinado y unas emisiones de 44 gr/km de CO2. Durante la prueba hemos logrado unos consumos realmente contenidos pero lejos de lo homologado. En nuestras manos el consumo medio se ha fijado entorno a los 4.3 litros a los 100 km lo que supone una excelente cifra.
Las baterías del Outlander nos proporcionan una autonomía de 52 km a una velocidad máxima de funcionamiento de 120km/h. Con estas cifras podemos rodar sin ningún problema si nos movemos por ciudad o incluso si hacemos salidas interurbanas. De todos modos, si somos cautelosos con el acelerador y jugamos con las frenadas regenerativas podremos ampliar la autonomía de las mismas.
Hablando de baterías, Mitsubishi ha pensado varias formas para cargarlas, de formas diferentes. Dos de ellas son claras; mientras conducimos podemos jugar con la frenada regenerativa, tanto si pisamos el pedal del freno como si dejamos que el coche frene con el motor. Otra forma es a través del enchufe de nuestra casa, ya que en el equipamiento tenemos los dos tipos de cable, el de conexión convencional de 230V o el de carga rápida de 380V.
La tercera forma de recargarlas, desde mi opinión, creo que ha sido bien pensada, es la de un botón llamado Battery Charge, tal y como os hemos comentado más arriba. Ésta función hace que se utilice el motor de gasolina al ralentí para su carga. En este modo sólo gastamos 3 litros de gasolina y en 40 minutos aproximadamente nos encontramos con el 80% de energía en ellas. De modo que si nos encontramos en una retención, de las muchas que tenemos en las grandes urbes, podemos cargarlas si vamos muy apurados.
Gracias a esta combinación, los 1.810 kg (distribución de pesos delante/atrás (55% – 45%) del modelo son capaces de acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 170 km/h.