Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.6
Notable
El Clio 1.3 TCe 130 CV EDC es una propuesta muy interesante para aquellos usuarios que hagan una conducción habitual por carretera, siendo cómodo, eficiente y rápido. En ciudad la caja de doble embrague no resulta tan agradable como debiera, con una lentitud quizás excesiva. La calidad de los acabados, el equipo disponible y el comportamiento dinámico están a gran nivel.
La última generación del Renault Clio se ha convertido en una de las compras más sensatas de su segmento. Lanzado hace apenas unos meses, disfruta de una relación valor-precio muy interesante, una calidad de producción elevada y una dotación estándar sensacional. Está gustando tanto que en algunos mercados hay listas de espera bastante largas.
Hace unos meses pude probar un Clio 1.0 TCe 100 CV Zen y debo reconocer que me logró convencer en prácticamente todo, siendo una opción muy recomendable por su equilibrio general. Dado que muchos lectores habéis pedido la prueba de la versión 1.3 TCe 130 CV, hemos pedido a la firma francesa una unidad con acabado RS-Line.
Durante una semana he podido conducirlo por todo tipo de vías y aunque no he realizado un viaje largo, este motor tiene suficiente potencia para no defraudar a nadie. La transmisión de doble embrague es quizás el elemento a mejorar de todo el conjunto pero de nuevo el Clio V saca a relucir su excelente compromiso general.
DISEÑO
El Clio V tiene un diseño bastante tradicional y discreto. Continuista y para algunos casi calcado al anterior, no logra el impacto visual del nuevo Peugeot 208 sin ir más lejos. Esto en principio es algo también bueno pues podrá cautivar a los clientes más tradicionales que quieren olvidarse de los diseños arriesgados.
Con el acabado RS-Line se añaden ciertos detalles que tratan de enfatizar la deportividad. Son específicas las llantas de aleación de 17 pulgadas, los detalles cromados, paragolpes deportivos, el difusor inferior trasero y los detalles en negro brillante que están presentes en los retrovisores, manetas posteriores o parrilla frontal.
La unidad testada en color blanco quizás resulte excesivamente discreta pero la paleta de colores para este Clio incluye otros tonos más vivos y llamativos, como el «Naranja Valencia», el «Rojo Deseo», el «Azul Rayo» o el «Azul Celadon». De serie se incluyen los cristales tintados, un equipamiento muy demandado en estos tiempos.
INTERIOR
Las percepciones generales ya mencionadas en la anterior prueba del Renault Clio –que puedes leer aquí– no han variado. La mejora en calidad de terminación y presentación respecto a la cuarta generación son más que evidentes al primer vistazo, luciendo un empaque propio de segmentos superiores.
Los materiales elegidos son agradables tanto a la vista como al tacto, con superficies blandas en las zonas superiores y rígidas en las más escondidas. Los detalles decorativos de este acabado RS-Line incluyen la banda de color rojo, volante deportivo RS, tapizado con costuras en rojo, pedales de aluminio e inserciones en negro brillante.
El sistema de iluminación interior LED opcional logra un efecto muy positivo y permite modificar los colores, pudiendo crear diferentes ambientes. La instrumentación cuenta con pantalla configurable de siete pulgadas, correcta en su función informativa pero menos vistosa que la de 10 pulgadas disponible en otros países.
El sistema multimedia sí es el mejor que pueden equipar los Clio, con 9,3 pulgadas y todas las posibilidades de conectividad. Se ofrece de manera opcional por solo 300 € y añade también el sistema de sonido de alta calidad Bose así que es un extra que no deberías dejarte fuera del pedido. El freno de eléctrico, también opcional, deja la consola inferior con más huecos para dejar objetos.
HABITABILIDAD
No hay cambios en relativos al espacio entre los niveles de terminación Zen y RS-Line, y por tanto este Clio presume de un interior suficientemente espacioso para cuatro pasajeros adultos no demasiado altos, y bastante justo si queremos llevar a tres personas en las plazas posteriores.
La anchura disponible a la altura de los hombros no es nada generosa, cosa común con todos los modelos del segmento salvo el Dacia Sandero. Tampoco el hueco para las rodillas permite demasiadas alegrías, siendo la altura libre al techo la cota que sale mejor parada y podrá acomodar a personas altas sin problemas.
El maletero arranca con una capacidad mínima de 340 litros, un dato excelente dentro del segmento B aunque no alcance las cifras de los SEAT ibiza, VW Polo y Suzuki Baleno. Si se desea aumentar la capacidad es posible retirar la bandeja y abatir los respaldos. No queda una superficie completamente plana pero si aumenta considerablemente el volumen.
EQUIPAMIENTO
El nivel de acabado RS-Line es muy completo y ofrece una relación valor-precio sensacional. En seguridad incluyen los faros y pilotos LED, faros antiniebla con iluminación en curva, alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, frenada automática en ciudad, sensor de lluvia, encendido automático de luces y lector de señales de tráficos.
Otros elementos de serie son el climatizador automático, control de crucero con limitador, cuatro elevalunas eléctricos, acceso y arranque sin llave, sistema multimedia, bluetooth, puerto USB, cámara posterior, Apple CarPlay, Android Auto, sensores de parking delanteros y traseros, selector de modos de conducción, asientos deportivos, etc.
Entre las opciones más interesantes están el sistema de navegación con pantalla de 9,3 pulgadas, equipo de sonido Bose, sistema de visión 360º, control de crucero adaptativo, detector de objetos en ángulo muerto, asientos térmicos, freno de mano eléctrico, cargador de móviles sin cables, pack iluminación LED, etc.
El precio recomendado incluyendo algunas promociones del Clio V 1.3 TCe 130 CV EDC RS-Line se ha fijado en los 18.407 €. Si lo quieres tal y cómo aparece en las imágenes, deberás sumar algunos opcionales y el precio se irá hasta los 19.627 €.
Es un coste inferior al de los rivales más directos con una dotación similar, siendo mucho más barato que un VW Polo 1.0 TSI 115 CV DSG R-Line o un SEAT Ibiza 1.0 TSI 115 CV DSG FR Plus. El Peugeot 208 1.2 e-THP 130 CV GT 8AT también sale más caro.
MOTOR
La mecánica empleada en esta unidad de prensa posee cuatro cilindros y 1,3 litros de cilindrada, siendo por ahora la alternativa más potente de la gama con sus 130 CV. Solo se puede comprar con cambio de doble embrague EDC con siete velocidades, algo que podría restar bastantes clientes al elevar innecesariamente el precio final.
El motor desarrollado en colaboración con Daimler-Benz ya lo había probado anteriormente en varios modelos de la alianza Renault-Nissan y en Mercedes, y debo reconocer que cumple muy bien por prestaciones y agrado de uso, además de no ser demasiado gastón. Curiosamente el Mercedes A200 Sedán con 163 CV obtuvo mejores consumos durante la prueba, y esto sorprende al ser más pesado y grande.
Lo que no me ha terminado de convencer es el tacto de la caja de cambios de doble embrague EDC con siete velocidades. Al iniciar la marcha es algo lenta, algo que también sucede cuando salta el Stop&Start. En maniobras de aparcamiento cuesta bastante dosificar la potencia y mantiene esa lentitud, haciendo que cada estacionamiento se demore un poco más de lo normal.
En aceleraciones fuertes, la gestión de la caja de cambios tampoco mantiene la brillantez de otras transmisiones similares, y se le atraganta la llegada de par dudando qué velocidad insertar. En el Mercedes A200 Sedán probado la transmisión automática tenía un funcionamiento mucho más suave, preciso, rápido y eficaz.
Los consumos registrados durante la prueba han rodando los 6,0 L/100, un buen dato que seguro te hará olvidarte de los diésel (en el Clio el dCi 115 CV gasta menos pero tiene cambio manual y cuesta lo mismo). En ciudad no sube demasiado y solo realizando una conducción deportiva las cifras suben más allá de los 8,0 L/100.
Ficha técnica
Version | 1.3 TCE |
---|---|
Cilindrada | 1.333cc |
Potencia | 130 CV a 5.000 rpm |
Par | 240 Nm a 1.600 rpm |
Peso | 1.233 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4050 / 1798 / 1440 |
Volumen Maletero | 340 / 1.060 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,0 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,6 seg en D |
Velocidad máxima | 200 km/h |
Consumo homologado | 5,8 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 130 gr |
Precio de partida | Desde 18.407 € (1.3 TCe 130 CV RS-Line) |
COMPORTAMIENTO
El Renault Clio tiene un andar excelente en cualquiera de sus versiones. Presenta una pisada solida y una capacidad de reacción lo suficiente ágil en vías con muchas curvas, y todo esto en un formato muy compacto que lo convierte en un modelo interesante para ciudad.
La calidad de rodadura está a muy buen nivel incluso en esta unidad con los neumáticos más anchos. Tan solo en ciertos asfaltos se cuela algo más de lo deseable el sonido que emiten las ruedas, siendo el viento bastante discreto. El motor tampoco se percibe en exceso incluso elevando el régimen.
El tacto de la dirección me ha parecido correcto, con una asistencia suficiente para facilitar el guiado sin necesidad de constantes correcciones. Es cierto que tiene un tacto «eléctrico» un tanto extraño pero pronto se hace uno a sus maneras. Con el selector de modos de conducción se puede conseguir mayor dureza, algo ideal si se circula a velocidades elevadas.
En ciudad no me ha gustado demasiado su conducción debido a la lentitud del cambio. La única manera de tener unas reacciones algo vivas es utilizando el modo Sport. Aquí se mejora el arranque pero hace uso de las marchas cortas, elevando el consumo y la rumorosidad. Por suerte para el usuario hay una opción que permite personalizar los modos al gusto.
Estacionar el Renault Clio es muy sencillo gracias a unas formas muy predecibles. Además esta unidad contaba con el sistema de visión 360 grados y los sensores de aparcamiento tanto delanteros como traseros, facilitando mucho las cosas. Ambas opciones merecen la pena al ser asequibles (en aquellos acabados que no los incluyen de serie).
Las ópticas con tecnología LED tienen un haz excelente y permiten una conducción nocturna relajada. El sensor de encendido me ha parecido que funciona bien, algo extensible al de lluvia. La tarjeta manos libres sin embargo da algunos problemas en zonas con un inhibidor de señal instalado, haciendo imposible parar/arrancar/cerrar/abrir el vehículo. En otros modelos el sistema está más logrado y no sufre tanto las consecuencias de eso aparatos.
Capacidad de maletero
Relación valor-precio
Anchura en plazas traseras
Tarjeta Manos Libres problemática