Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
El nuevo Renault Espace bien podríamos definirlo como un cruce ingenioso entre un SUV y un monovolumen basado en el éxito del modelo, cuya historia se remonta más de 30 años atrás. Luminosidad, modularidad y confort son los términos con los que la marca nos está vendiendo este nuevo diseño, apostando a su vez por prestar mucha atención a los detalles, el equipamiento y la tecnología.
Después de tres décadas cosechando éxitos y más de 1.250.000 unidades vendidas, el Renault Espace alcanza ya su quinta generación. Una generación que no ha pasado desapercibida y que está en boca de todos por su diseño revolucionario y los niveles de innovación que ha mostrado al mundo. El modelo que en 1984 fuese pionero en el segmento de los monovolúmenes grandes decidió optar por un cambio radical en 2015, cuando se dio a conocer bajo un aspecto elegante y robusto propio de un diseño crossover.
Con más de 30 años de historia, la Espace se presentó en el Salón del Automóvil de Paris de 2014 con un diseño fluido, un habitáculo acogedor y una novedosa consola central “en suspensión”. Junto a ello, el fabricante quiso acercar los acabados al toque premium de algunas de las marcas germanas, algo que se ha extendido a otros modelos como el Renault Talisman del que también os hablé hace algún tiempo.
Lo cierto es que su modularidad en las versiones tanto de cinco como de siete plazas se ha replanteado de manera ingeniosa, y el modelo ha sido tratado con cuidado hasta en el menor detalle en términos de diseño y de fabricación, aunque sigue encasillado en el segmento generalista le pese a quien le pese. Eso sí, el placer de conducción se ha visto reforzado por una agilidad y un dinamismo sorprendentes en un vehículo de estas dimensiones.
Eso se ha conseguido gracias a un peso considerablemente rebajado -hasta 250 kilos menos con respecto al Espace anterior–, esta poderosa mecánica de 225 caballos -que ya os adelanto que es muy tragona- y el nuevo sistema Renault Multi-Sense, un dispositivo que coordina el conjunto de las tecnologías para ofrecer un mayor placer de conducción y un bienestar superior a bordo: sistema 4control, suspensión pilotada y ambiente luminoso y sonoro.
¿Te he convencido para que me acompañes a conocerlo?
Diseño exterior
Como ya os he comentado, el Renault Espace ha dejado de ser un monovolumen al uso para pasar a convertirse en una especie de SUV de grandes dimensiones que, sin lugar a duda, ha ganado en atractivo y personalidad. A la gente le cautiva la estética crossover en los modelos actuales y la receta del éxito no es otra que dotar a los productos de ese aire campero que busca la demanda, sin prejuicio de que las aptitudes off road del vehículo sean prácticamente nulas.
El frontal es quizá uno de los puntos más característicos de este monovolumen, con una parrilla de generosas dimensiones en la que el contorno y las lamas cromadas horizontales aportan un gran toque de elegancia. Lo mismo ocurre con la banda superior en negro brillante que alberga en su punto central el enorme logo de la marca y une las ópticas delanteras, las cuales cuentan con tecnología Full LED de serie en este acabado en lo que la firma gala denomina LED Pure Vision. Ofrecen una luz bastante blanca y un haz generoso, lo que repercute en una vista menos cansada cuando circulamos de noche.
En el tercio inferior y, bajo la tira de sensores de aparcamiento delanteros, encontramos una segunda entrada de aire que se extiende por todo el frontal, ubicándose en sus extremos los intermitentes delanteros -demasiado bajos en mi opinión-, insertados en unos embellecedores en los que, una vez más, vuelven a aparecer los elementos cromados para conseguir una mayor fuerza visual.
El Renault Espace mide 4,86 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,68 metros de alto. La batalla asciende a 2.884 milímetros y los anchos de vía miden 1.630 mm en el eje delantero y 1.621 mm en el trasero. El coeficiente aerodinámico es de 0,30.
La vista lateral del Espace también cuenta con gran presencia, especialmente si centramos nuestra atención en la amplia superficie acristalada que favorece la visibilidad en todos los ángulos. Los detalles cromados vuelven a aparecer aquí, en el marco de las ventanillas, la base de los retrovisores o el extremo inferior de las puertas.
Llama la atención que, salvo por el contorno plástico inferior, toda la superficie queda limpia de elementos que puedan proteger la carrocería, lo que nos obliga a tener especial cuidado a la hora de abrir o cerrar las grandes puertas. En los retrovisores encontramos integrados los intermitentes LED. Las ruedas cuentan con unas llantas de 19 pulgadas y estas están calzadas con unos neumáticos Dunlop Sport Maxx RT de medidas 235/55 R19 101W.
Hay disponibles un total de 10 colores para la carrocería, entre los que podemos encontrar diversos acabados: metalizado, perlado y sólido. En este caso, el Renault Espace luce un tono Gris Casiopea metalizado.
En la zaga, la firma lumínica LED es realmente característica, además de ser otra de las señas de identidad del nuevo ADN de Renault -en general- y del Espace -en particular-. Las ópticas se extienden desde parte del lateral hacia el centro del portón trasero, donde se encuentra el logo de grandes dimensiones de la marca y la denominación del modelo bajo esta. Sobre el mismo, encontramos la generosa luneta trasera y el equipo de diseño ha conseguido un buen remate del conjunto al integrar un sutil spoiler que acoge la tercera luz de freno.
El portón cuenta con unas dimensiones soberbias y podemos equiparlo con acceso manos libres. Donde acaba el portón encontramos los sensores de aparcamiento traseros y comienza el paragolpes, escoltado en sus extremos por dos catadióptricos. En él se ubica también un protector plástico que remata los aires SUV del modelo.
Diseño interior
Si el exterior del Espace supone una revolución en diseño, el habitáculo no iba a ser menos, con una atmósfera muy agradable y acogedora en este acabado y un salto inicial de calidad percibida notable respecto a sus predecesores. La firma gala ha querido dar un gran paso hacia delante en términos de calidad, empleando nuevos materiales y ajustes, algo que se nota especialmente en las zonas más altas del habitáculo donde predominan los plásticos blandos y el símil de cuero y madera.
Sin embargo, en ningún caso podemos decir que se hayan alcanzado los niveles del segmento premium, ya que las partes bajas del interior siguen manteniendo los plásticos duros y algunos ajustes de las puertas o la consola central no terminan de encajar con un vehículo de su precio y características. En este sentido, lo que otras marcas tratan de esconder, Renault lo ha dejado demasiado visible.
A pesar de ello, en líneas generales hablamos de un interior bastante agradable a la vista y al tacto, al menos en este acabado superior y en las partes más vistosas. Destaca por encima de todo, la gran pantalla de 8,7 pulgadas del sistema multimedia que preside el salpicadero, muy al estilo ‘Tesla’.
Lo que no resulta especialmente práctico del salpicadero flotante es que los huecos portaobjetos y los posavasos quedan muy escondidos y fuera del alcance de la mano mientras conducimos. Solo queda un pequeño hueco en la parte superior para dejar cosas.
Ya sabéis que no soy especialmente fan de este tipo de pantallas que ahora están integrando los modelos de Renault y de PSA, y es que las marcas francesas están apostando por limpiar todo el salpicadero de botones, lo cual para algunos es todo un alivio, pero introducir algunas funcionalidades en una pantalla pensada para el infoentretenimiento no lo termino de ver del todo práctico.
Es el caso del climatizador, y lo es esencialmente por dos motivos. Lo primero, porque cambiar la temperatura te obliga a cambiar la pantalla que lleves puesta en ese caso -subir o bajar la temperatura un solo grado te obliga a pulsar, como mínimo, tres veces la pantalla (en otros modelos con pantalla, el Espace tiene dos botones para ello)- y, si es el navegador, ya estás perdido.
Por otra parte, se aglutinan muchos controles en una pantalla cuando con una ruedecita y tres botones seríamos tan felices… Y lo mismo ocurre con aquello de esconder los botones, como el selector del limitador y regulador de velocidad, ubicados en plena consola central en lugar del volante, casi al llegar al reposabrazos y más atrás del freno de mano eléctrico.
Adicionalmente y, aunque el funcionamiento de la pantalla es bastante rápido, no lo es tanto la percepción táctil de la misma, lo que te puede llevar a peligrosas distracciones en la conducción si tienes que andar buscando en la pantalla el menú adecuado y pulsar un botón concreto de entre varios que se encuentran juntos. Esto del minimalismo está muy bien, todo queda limpito de botones y da una gran sensación tecnológica, pero con algún botón extra todo sería más sencillo y menos peligroso.
Respecto al sistema multimedia, hay que señalar que el navegador funciona adecuadamente, redirigiendo con rapidez en caso de perdernos durante la ruta e indicaciones claras.
Diversos elementos decoran el habitáculo para tratar de conseguir mayor empaque. Al sistema de iluminación por LEDs, muy llamativo, se suman los apliques en negro lacado, otros en símil de madera y el tapizado de cuero de los asientos. En conjunto la impresión es positiva y no sale mal parado frente a sus rivales. En el nivel de acabado Zen, ahora Limited, es de serie la instrumentación digital configurable, mucho más vistosa que la empleada en los niveles inferiores.
Reseñable es, sin duda alguna, el confort de los asientos. No ofrecen un agarre espectacular, pero sí una comodidad sobresaliente, contando con regulación eléctrica y memoria, calefacción, ventilación e incluso función de masaje. Todas las versiones de nuevo Renault Espace disponen de la opción 7 plazas con modularidad “One Touch”, que permite abatirlos con un simple toque o, mediante palancas situadas en los asientos.
Por el habitáculo hay repartidos diversos huecos portaobjetos, pero la gran mayoría de ellos, como he comentado, no están tan accesibles como nos gustaría. Eso sí, las guanteras son gigantes, tanto la central como la del lado del pasajero, aunque esta sale hacia fuera y, si tu acompañante está despistado le dará en las rodillas, no es muy práctico.
El espacio en las plazas delanteras es soberbio, mientras que en las plazas traseras podrán ir tres adultos con comodidad gracias a las plazas individuales -con ajuste longitudinal (15 cm) y de respaldo- y las razonables cotas de altura y anchura. No hay túnel de transmisión, por lo que este no es nada intrusivo, ubicándose las salidas de ventilación posteriores en los pilares de las puertas y bajo los asientos delanteros.
Para los pasajeros de las plazas traseras podemos encontrar una toma de corriente de 12V y otras dos de tipo USB. Las ventanas traseras, además, ofrecen un generoso grado de apertura y las ventanas tienen cortinillas manuales.
Me ha sorprendido especial y gratamente la tercera fila de asientos y el acceso a la misma, el cual resulta mucho más amplio y cómodo que en la mayoría de sus rivales. Además, el espacio en estos dos asientos adicionales es adecuado para una persona de mi estatura (1,75 metros), no sólo para niños, pues no te das ni con las rodillas ni con el techo, aunque el respaldo es algo vertical y tendrás que llevar las piernas flexionadas. Cuentan con luces de lectura, dos salidas de aire y reposabrazos mullidos.
Motorización
En 2018 el Renault Espace estrena novedades que afectan al equipamiento disponible, la oferta de colores y las motorizaciones, añadiendo el interesante bloque 1.8 TCe de 225 CV desarrollado por Renault Sport y que deriva del usado en los nuevos Alpine A110. Con la introducción de la nueva mecánica, deja de comercializarse el 1.6 TCe con 200 CV de potencia que tenía unas prestaciones inferiores.
Común en ambos es la caja de cambios de doble embrague con siete relaciones que permite el manejo secuencial a través de la palanca. El resto de motores disponibles en España son el 1.6 dCi con 130 CV asociado en exclusiva a la caja de cambios manual de seis velocidades, y el diésel 1.6 dCi Twin Turbo con 160 CV que sólo se comercializa con la caja de doble embrague con seis velocidades. En todos los casos el sistema Stop&Start es de serie.
Como ya os he comentado, para la prueba me he decantado por el nuevo bloque 1.8 TCe, la variante más potente dentro de la gama, un bloque de aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa e intercooler que, con 1.798 cm3 y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 225 CV (165 kW) a partir de las 5.600 rpm, todo ello asociado a un par máximo de 300 Nm a partir de las 1.750 vueltas y hasta las 5.000 rpm.
Para el peso del modelo, no es un par excesivamente generoso y su empuje no es soberbio en un rango amplio de revoluciones, pero asociado a la transmisión automática EDC es bastante aprovechable, subiendo de marcha en condiciones normales en el entorno de las 2.000 – 2.200 rpm. Así, la Espace nos ofrece una entrega de potencia contundente, moviéndonos enérgicamente en todas las situaciones, aunque es cierto que no resulta una mecánica explosiva dado el peso y dimensiones.
Para la mayoría de usuarios, las cifras de esta versión serán exageradas para un uso urbano y tranquilo del vehículo. Durante la prueba, he tenido la oportunidad de recorrer tanto autopistas como tramos revirados, todo ello sin olvidar la ciudad, y salvo que seas un amante de los largos viajes y acostumbres a llevar el coche muy cargado, cualquier motor de menor potencia será suficiente, sin perjuicio de que a muchos nos guste llevar unas dosis extra de potencia bajo el pie derecho por lo que pueda pasar. A nadie le amarga un dulcecito.
Con sus cifras de potencia es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en torno a los 5,7 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 224 km/h. Ha nacido, indudablemente, para plantar cara a los Ford S-MAX/Galaxy 2.0 EcoBoost (240 CV), SEAT Alhambra 2.0 TSI (220 CV) y Volkswagen Sharan Sport 2.0 TSI (220 CV).
La única pega es que más potencia implica un mayor consumo, y de eso esta mecánica sabe mucho. La marca homologa un consumo urbano de 8,7 l/100 km, un extraurbano de 5,6 l/100 km y un consumo combinado de 6,8 l/100 km, datos que he podido comprobar que se alejan considerablemente de los consumos reales. Durante la prueba, el consumo medio se detuvo en los 8,8 litros, ascendiendo a los 12 litros en ciudad y bajando hasta los 7,5 litros en carretera. El depósito es de 58 litros.
En resumen, estamos ante una motorización recomendable únicamente para los grandes ruteros (gira en torno a las 2.200 vueltas a 120 km/h) o para aquellos que quieren tener mucha potencia bajo el pie derecho sin importarles los consumos. Se trata de una mecánica enfocada a ofrecer unas prestaciones más que suficientes para mover al modelo con energía, con un enfoque ligeramente deportivo gracias a la puesta a punto de Renault Sport.
Por último y, respecto a la transmisión automática EDC de siete relaciones con doble embrague, he de reconocer que esta tiene un funcionamiento meramente aceptable, resultando muy suave en los cambios, pero insuficientemente rápida para exprimir la potencia del Espace en un momento dado. No encontrarás levas tras el volante, pero la elegante palanca de cambios cuenta con un modo secuencial. Además, tiene un funcionamiento bastante brusco a baja velocidad, no permitiéndote maniobrar cómodamente.
Ficha técnica
Version | 1.8 Energy TCe - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.798 cm³ |
Potencia | 225 CV (165 kW) @ 5.600 rpm |
Par | 300 Nm @ 1.750 - 5.500 rpm |
Peso | 1.700 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.857 / 1.888 / 1.677 mm |
Volumen Maletero | 614 (2.035) [247 - 7 plazas] litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,6 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 5,7 segundos |
Velocidad máxima | 224 km/h |
Consumo homologado | 8,7 / 5,6 / 6,8 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 152 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 38.088 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
El habitáculo del Renault Espace es tan agradable como confortable y su aislamiento del exterior es bastante bueno -el ruido aerodinámico comienza a hacerse notar a partir de los 100 km/h-. La postura de conducción resulta elevada, pero me ha recordado bastante a la que podríamos encontrar en una furgoneta, algo más vertical de lo que podemos encontrar en un SUV o un turismo.
La disposición de los botones, el mullido y agarre suficiente de los asientos, así como los ajustes eléctricos de los mismos, logran una excelente ergonomía que te permitirá recorrer cientos de kilómetros sin apenas fatigarte. Además, la visibilidad en todos los ángulos es muy buena (algo menos a través de la luneta trasera), contando adicionalmente con algunas ayudas para maniobrar en ciudad como la cámara de marcha atrás o los sensores de aparcamiento.
Es, al igual que el Talisman ST del que ya te hablé, un gran viajero. En los acabados más altos se unen a su generoso y cómodo habitáculo dos opcionales que, en mi humilde opinión, son imprescindibles si lo que te gusta es viajar. Hablo de la amortiguación pilotada y el sistema 4Control (cuatro ruedas directrices que incluyen la amortiguación pilotada), dos grandes aliados para todos los entornos. Os hablaré de ellos de manera específica en este apartado.
Junto a estas encontramos otro elemento importante, la tecnología Multi-Sense que ofrece cuatro programas de conducción predefinidos y un modo Personal configurable a tu gusto. Estos afectan a diversos parámetros del chasis, la conducción e incluso la comodidad, como la función de masaje de los asientos o la iluminación interior. Son los modos Comfort, Sport, Eco y Neutral y, en combinación con el sistema 4Control y la amortiguación pilotada, hacen que las curvas desaparezcan.
Es como si el Renault Espace siempre fuera en línea recta, minimizando al máximo el balanceo de la carrocería en cada curva, aumentando la agilidad y ofreciendo un confort de referencia en el segmento a todos los pasajeros, aunque la física es la física y notarás que llevas un vehículo grande. Es en tramos de curvas más complejos donde la suspensión sí se muestra algo más blanda y los movimientos de la carrocería se vuelven más acusados, pero en todo caso se mantiene la percepción de control y seguridad.
He de mencionar también la dirección, excesivamente asistida y artificial en este caso, aunque con todo el cúmulo de tecnologías apenas podríamos sacarle pegas salvo por la falta de dinamismo en pro del confort, pues con las cuatro ruedas directrices circular rápido por carreteras reviradas o callejear se convierte en un juego de niños -el radio de giro es de 11,9 metros entre bordillos-.
Por el contrario, sí que eché en falta algo más de información y rapidez a la hora de enlazar curvas, aunque es un modelo ágil, dócil y predecible. Los frenos, por su parte, muestran un comportamiento eficaz desde el inicio del recorrido del pedal y resisten bien la fatiga, con una asistencia considerable. Es más, incluso podríamos afirmar que distan bastante poco a los de un turismo, contando con discos ventilados de 320 mm en el eje delantero y discos macizos de 290 mm en el trasero.
Equipamiento y precio
En cuanto a los niveles de terminación, se denominan Intens, Limited (anterior Zen) e Initiale Paris. El primero ya incluye el climatizador automático dual, sensores de parking delanteros y traseros, faros Full LED, sistema de navegación R-Link 2, USB, bluetooth, control por voz, sistema de sonido Arkamys, acceso y arranque sin llave y control de crucero con limitador, entre otros.
El nivel Limited añade a lo anterior los retrovisores abatibles, volante forrado en nappa, selector de modos de conducción, llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de frenada de emergencia, pack iluminación interior LED, detector de objetos en ángulo muerto, asiento del conductor con regulación eléctrica y función masaje o aviso pre-colisión, entre otros.
Por último, el Initiale Paris suma la dirección a las cuatro ruedas, el paquete Sun, SmartBeam, lector de señales de tráfico, alerta de cambio de carril, cámara posterior, sistema de sonido Bose, asientos eléctricos, térmicos y ventilados, llantas de aleación de 19 pulgadas, reposacabezas relax, parabrisas atérmico y tapizado en piel, entre otros.
Los precios recomendados quedan de la siguiente manera:
Motor | Intens | Limited | Initiale Paris |
1.8 TCe 225 CV EDC | – | 37.153€ | 44.748€ |
1.8 TCe 225 CV EDC 7 plazas | – | 38.088€ | 45.995€ |
1.6 dCi 130 CV 6MT | 30.195€ | 32.828€ | – |
1.6 dCi 130 CV 6MT 7 plazas | 31.096€ | 33.728€ | – |
1.6 dCi 160 CV EDC | – | 35.930€ | 43.525€ |
1.6 dCi 160 CV EDC 7 plazas | – | 36.830€ | 44.725€ |
- Diseño exterior logrado, quizá entre los más llamativos del segmento por su personalidad propia.
- Grandes dosis de espacio en todas las plazas -incluso en la tercera fila de asientos- y excelente versatilidad. Subir o bajar los asientos es un juego de niños y puede hacerse desde la pantalla del salpicadero (sólo bajarlos).
- Notable aumento de calidad, aunque no está a la altura de algunos premium.
- Fuerte carga tecnológica.
- Visibilidad de las luces LED.
- Sistema 4Control y amortiguación pilotada que incrementan la maniobrabilidad en ciudad y el confort, la estabilidad y la seguridad en carretera, aunque echo en falta esa sensación de ir flotando sobre la carretera que sí tienen otras suspensiones adaptativas.
- La mecánica es poderosa y tiene un empuje notable, pero es realmente tragona.
- Si se mejorará el tacto de algunos materiales y diversos ajustes, sería un producto casi redondo, ya que en el acabado más alto de la gama antes del lujoso Initiale Paris no deberían escucharse crujidos o verse malos ensambles.
- Aglutinar todos los controles del vehículo en una pantalla no termina de parecerme ni práctico ni seguro a la hora de ir conduciendo.
- Ofrece un gran confort, pero peca en dinamismo, algunos rivales logran un mayor equilibrio entre ambos.
- El depósito de combustible no es excesivamente grande y los consumos son bastante elevados, especialmente si viajas con el coche cargado, por lo que la autonomía se verá resentida y, en un viaje medianamente largo, tendrás que parar a repostar.
- La transmisión automática EDC de siete relaciones tiene un funcionamiento bastante brusco a baja velocidad, especialmente cuando maniobramos o estamos en un atasco. Es suave en los cambios, pero también bastante lenta.
- La forma en la que se abre la guantera del lado del acompañante no es nada práctica, eso sí, todas ellas son gigantes.