Habitabilidad
Si hay algo en lo que destaca el Fabia Combi es en el buen aprovechamiento de su interior. Lógicamente la recortada anchura pasa factura tanto en las plazas delanteras como en las posteriores, no siendo equiparable a cualquier compacto pero, dentro del segmento B, es de los mejores.
En las plazas posteriores el espacio para las piernas es suficiente para que adultos de 1,80 metros no rocen con las rodillas en los respaldos de los asientos delanteros. El ancho disponible es justo para tres ocupantes, siendo más apropiado que sean dos los pasajeros que viajen ellas (y lo harán cómodamente). La baja línea de cintura permite una sensación de desahogo elevada a lo que habría que sumar el techo de cristal opcional que aporta mucha luminosidad al interior.
El maletero con 530 litros mínimos es el mejor de la categoría e incluso supera al de coches mucho más grandes. Además tiene la ventaja de tener unas formas muy regulares que permiten su máximo aprovechamiento. El borde de carga, muy bajo, facilita las cosas cuando hay que introducir objetos pesados y la cortinilla tiene unos raíles que evitar posibles arañazos en los guarnecidos laterales.
En opción por 130 € se ofrece un doble fondo muy práctico que permite esconder algunos objetos o distribuir la carga. Además si se abaten los respaldos posteriores deja una superficie de carga prácticamente plana, ideal para introducir objetos largos. Algunas argollas para sujetar la carga y una toma de corriente de 12v son otras de las virtudes de este modelo.
Mecánica
El Fabia Combi se comercializa en España con mecánicas gasolina y diésel con potencias entre los 60 y 110 CV. No habrá a corto plazo una variante más prestacional dado que Skoda ha preferido centrar la atención en los motores que mayor demanda poseen. Esta decisión, aunque acertada, seguro que no gustará a los anteriores usuarios del rápido RS con 180 CV.
La opción probada con el 1.4 TDI de 105 CV se sitúa como la más prestacional de las tres diésel (que tienen 75 y 90 CV). Esta variante sólo se puede pedir con una caja de cambios manual con cinco velocidades por lo que si estás pensando en la interesante secuencial de doble embrague DSG deberás elegir el 1.4 TDI de 90 CV.
Con tres cilindros, turbo variable e inyección directa, este motor no destaca por su refinamiento. Suena mucho en frío y una vez toma temperatura tampoco te dejará olvidar su ciclo, algo a lo que deberás sumar el elevado nivel de vibraciones que se transmiten al volante, palanca de cambios y pedales. No son exageradas pero en esto queda muy alejado de los mejores diésel del mercado y, por supuesto, de los 1.2 TSI que son a todas luces más agradables.
Respecto al anterior 1.6 TDI con 105 CV, el nuevo 1.4 TDI es algo más rápido y gasta menos pero no me parece que tenga un funcionamiento mejor. Ahora la suavidad alcanzada en el anterior se ha perdido, siendo más brusco en su respuesta y tosco en sus maneras. Por así decirlo parece un diésel “de los de antes”. Aunque ya hubo un 1.4 TDI en anteriores generaciones del Fabia, no tiene nada que ver con el bloque actual (el viejo era cuatro cilindros).
Para que te hagas a la idea de lo que anda, durante la prueba la aceleración de 0 a 100 km/h la realizó en sólo 9,9 segundos mientras que la maniobra de recuperación entre 80 y 120 km/h en cuarta la solventa en 8,8 segundos, datos más que buenos para poder realizar adelantamientos con total seguridad.
El mayor problema del 1.4 TDI está en su pobre respuesta a bajas vueltas. Por debajo de las 2.000 rpm no hay “vida” y es probable que durante los primeros días incluso se cale. Es precisamente a partir de ahí cuando tiene un tirón que te deja pegado al asiento y hace que “ande que se las pela”.
En lo relativo a los consumos, esta versión no defrauda. Durante la prueba la media total obtenida fue de 5,0 L/100, con datos excelentes en autovía a ritmos de 120/130 km/h de marcador coqueteando con los 4,5 L/100. En carreteras secundarias realizando una conducción tranquila apenas necesitó 4,0 L/100 y si te esmeras puedes quedarte por debajo. Ya en ciudad, gracias al Stop&Start (de funcionamiento algo brusco), el consumo se quedó en unos comedidos 5,5 L/100. Con un depósito de 45 litros podrás recorrer unos 1.000 km, más si la conducción es tranquila o suave.