Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.6
Notable
Como punto de partida el motor 1.0 TSI de 115 CV encaja a la perfección, especialmente asociado a la caja DSG pero no hay que olvidar los 1.300 € de diferencia con el 1.4 TSI de 150 CV DSG, una cantidad razonable para muchas familias. Si se carga el coche habitualmente es mejor optar por el más potente aunque para aquellos que conducen de manera tranquila por autovías, el tres cilindros es más que solvente.
El Skoda Octavia es desde su reaparición ya dentro del grupo Volkswagen un éxito de ventas de la firma checa. Según han ido pasando los años ha evolucionado muy positivamente hasta convertirse en uno de los productos más vendidos en Europa por su excelente relación calidad-precio.
La cuarta generación, tercera si solo contamos los años más recientes, presume de una estética atractiva, una calidad de acabados razonable, un comportamiento satisfactorio y una oferta mecánica muy amplia que se adapta perfectamente a las necesidades de una inmensa mayoría de los usuarios.
A medio camino entre los compactos y las berlinas medias, el Octavia no es ajeno a las modas actuales como el downsizing y desde hace algo más de un año es posible adquirirlo con un pequeño motor de un litro y solo tres cilindros. ¿Es una locura comercializar una combinación tan extraña?
Durante una semana he tenido la oportunidad de compartir muchas experiencias a los mandos de un Octavia 1.0 TSI 115 CV Ambition en combinación con la caja de doble embrague DSG y debo decir que si eres de los que tiene prejuicios, debería ir olvidándolos. El conjunto se mueve… y muy bien además.
DISEÑO
La última generación del Octavia lleva ya unos añitos en el mercado pero gracias al rediseño realizado hace ya doce meses mantiene el tipo sin problemas. No hay que olvidar que se trata de un producto de corte clásico con un público muy tradicional que prefiere las líneas conservadoras y sencillas.
A pesar de tener un tipo de cliente no demasiado exigente en el plano estético, Skoda sí ha tratado de añadir un toque más divertido y diferente realizando cambios importantes en el frontal (con las ópticas principales partidas) y la parrilla principal. Es la modificación más importante del lavado de cara y también la que más opiniones contradictorias levanta.
Si echamos un vistazo al perfil o la zaga, los cambios son menores aunque se mantiene atractivo. En el caso concreto de la unidad probada con las llantas de aleación de 17 pulgadas y la vistosa pintura azul, el Octavia tiene una presencia muy buena, gustando bastante al público en general.
INTERIOR
Nada más pasar al interior lo más llamativo es la sobria pero acertada presentación del salpicadero. Muy “Volkswagen” y por tanto alemán de aspecto, transmite una primera sensación de calidad muy buena gracias al empleo de materiales agradables en las zonas superiores y aquella sensibles al tacto.
Esa buena sensación de calidad se percibe en detalles como las guanteras de las puertas tapizadas, los huecos porta-objetos con suelo de goma o la buena iluminación interior. Sin embargo no todo es bueno y deja zonas de chapa a la vista en los marcos de las puertas, algo razonable en las delanteras pero inaceptable en las traseras (se deja un buen “trozo” sin cubrir), afeando mucho el conjunto.
Si tiras de elementos opcionales, la presentación lógicamente sube unos enteros. Por ejemplo la unidad probada incluye el sistema de navegación Columbus con pantalla de 9,2 pulgadas que añade porte a la consola central aunque no tiene un manejo tan intuitivo y rápido como la de ocho. Salvo que seas muy exigente con las prestaciones totales, el sistema de ocho me parece más recomendable (hay otra inferior de 6,5 pulgadas).
La instrumentación sigue las pautas de estilo ya conocidas en la marca, con la serigrafía “curva” y la pantalla MaxiDot en posición central con un completo ordenador de viaje que puede ser a color. El manejo se realiza desde el propio volante, es fácil recorrer los menús y tiene mucha información importante.
El Skoda Octavia es el único modelo compacto de la gama actual de VAG que no puede tener freno de mano eléctrico dado que con la última actualización el SEAT León ya lo puede incorporar a partir del nivel de acabado Style. No sabemos si el checo lo recibirá en breve aunque sí te confirmamos que la instrumentación digital será opcional en primavera.
Muchos de los mandos y botones que se usan en el Octavia son conocidos en otros modelos de VAG, como el climatizador automático (de dos zonas), las palancas tras el volante (muy útiles y sencillas de utilizar), el mando giratorio de las luces o la botonera de los elevalunas eléctricos en la puerta del conductor.
HABITABILIDAD
Una de las principales razones del éxito del Octavia es el espacio interior y la generosa capacidad de maletero. Sin ser un vehículo demasiado grande, consigue aprovechar muy bien el interior garantizando que los ocupantes viajen con buenas cotas y además puedan transportar todo el equipaje.
En las plazas delanteras la sensación de amplitud es generosa hacia todas las cotas incluso en esta unidad equipada con techo solar que normalmente reduce el espacio libre para las cabezas. La anchura me ha parecido suficiente para no “pelear” con el acompañante y la postura al volante es cómoda, en parte por unos asientos que recogen muy bien el cuerpo.
En las plazas traseras la mejor nota se la lleva la cota longitudinal, dejando el respaldo de los asientos delanteros muy lejos. La altura libre tampoco es mala y personas altas pueden acomodarse sin problemas, siendo el ancho disponible el mayor de los problemas al no permitir que tres adultos viajen especialmente cómodos.
En cuanto al maletero, pocas críticas se pueden poner. Arranca en los 590 litros de capacidad que pueden ampliarse retirando los respaldos de los asientos traseros y la bandeja, apoyado además por una boca de carga enorme gracias al gran portón posterior, un elemento que sin perder la silueta exterior de tres volúmenes (o dos y medio), mejora notablemente la practicidad e introducción de objetos voluminosos.
Optando por el paquete Simply Clever se pueden disponer de ciertas soluciones que facilitan la vida a bordo aunque en la lista de opciones también hay prácticos objetos pensados para la distribución/colocación/sujeción de la carga. Aquí sin duda alguna Skoda no tiene rival en el mercado.
EQUIPAMIENTO
La gama actual del Skoda Octavia está formada por los niveles de acabado Active, Ambition/Like, Style, Laurin&Klement y los deportivos RS. Si se opta por el motor pequeño de un litro y tres cilindros solo es posible su combinación con los Active y Ambition/Like por lo que en principio podrían quedarse fuera interesantes opciones.
De serie el Ambition incluye el climatizador de dos zonas, control de crucero, ordenador de viaje, faros antiniebla, cuatro elevalunas eléctricos, llantas de aleación, sistema de sonido con pantalla de 6,5 pulgadas, bluetooth, USB, retrovisores eléctricos, asiento posterior abatible, volante en piel, alfombrillas, etc.
La unidad probada además incluía el techo solar deslizante, faros LED, sistema de navegación Columbus con pantalla de 9,2 pulgadas, detector de objetos en ángulo muerto, llantas de aleación de 17 pulgadas, cámara posterior, sensores de parking delanteros y traseros, acceso y arranque sin llave, aviso pre-colisión, Wi-Fi, DAB, SmartBeam, asientos delanteros y traseros calefactables, toma 230v, etc.
El precio recomendado del Octavia 1.0 TSI 115 CV DSG Ambition es de 23.920 € sin contar con descuentos ni promociones. Con todos los elementos opciones sube hasta los 33.000 € que terminan siendo algo más de 28 mil si se aplican todos las ofertas vigentes en el momento de escribir estas líneas. Está claro que es mucho dinero para un 1.0 de 115 CV pero eso sí, te lo llevas a tope.
MOTOR
El Skoda Octavia en Autonoción lo hemos probado muchas veces y con varias mecánicas por lo que no tendría sentido “echarle el guante” una vez más a una alternativa ya testada… pero claro, si te ofrecen una unidad con el motor 1.0 TSI de 115 CV al final las dudas de cómo irán surgen de inmediato.
Tengo claro que escriba lo que escriba, críticas caerán y muchas. La razón principal viene dada por los prejuicios que muchos tienen y/o tenemos según qué configuraciones. En el caso de un pequeño motor 1.0 TSI con tres cilindros en combinación con una carrocería de 4,67 metros de longitud, está claro que a todas luces parece escaso…
…aunque, ¿qué ocurriría si te comentase que he probado un Skoda Octavia con 115 CV en lugar de mencionar la cilindrada? Hasta hace no mucho esa potencia se alcanzaba con motores de dos litros o en el mejor de los 1,6 y nadie se echaría las manos a la cabeza
Estoy convencido que la única cosa posible para hacerte cambiar de opinión será que lo pruebes tú mismo. El 1.0 TSI en combinación con el cambio DSG mueve muy bien al Octavia hasta el punto de ser una alternativa sensacional si eres una persona que no practica una conducción exigente (es decir, si eres del 80% de los usuarios).
Con la caja de cambios DSG el motor 1.0 TSI se exprime al máximo e incluso se permite el lujo de superar en ciertas mediciones al mismísimo 1.6 TDI de 110 CV (ahora 115) que desde hace mucho tiempo ha sido una de las versiones más demandadas del Octavia (y León, Golf…). Es cierto que no hace volar al Octavia pero va muy bien y no se siente justo ni inframotorizado.
Respecto al 1.2 TSI de 110 CV vendido anteriormente es quizás un poco menos refinado (se percibe que es un tres cilindros por el sonido y las vibraciones en frío) pero al desarrollar una cifra de par superior (200 Nm frente a 175), se desenvuelve mucho mejor en todo tipo de vías sin que el consumo se dispare o empeore.
Según declara Skoda, el Octavia TSI 115 DSG es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 10,0 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 202 km/h, datos muy buenos. En el mundo real es capaz de pasar de 80 a 120 km/h en D en ocho segundos, un dato más que correcto e interesante.
A pesar de los buenos resultados hay que dejar claro que si eres de los que viaja cargado habitualmente, será mejor optar por una mecánica más potente. Para un uso convencional cumple holgadamente pero si se realizan desplazamientos con la familia por vías de doble sentido, aire acondicionado y el maletero a tope, la capacidad de aceleración se reduce de forma importante (algo extensible a las recuperaciones). Para autovía no creo que se quede especialmente justo.
En cuanto a los consumos, son bastantes sensibles al tipo de conducción. Por norma general están entre los 6 y 7 litros a los 100 aunque esa cifra se puede superar holgadamente si no se tiene demasiado cuidado con el acelerador. Lo bueno de este modelo es que si eres cuidadoso o te lo propones, puedes gastar muy poco. Durante la prueba la media obtenida fue de 6,7 l/100, una cifra correcta pero no sobresaliente.
Ficha técnica
Version | 1.0 TSI DSG Ambition |
---|---|
Cilindrada | 999cc |
Potencia | 115 CV |
Par | 200 Nm |
Peso | 1.247 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4659 / 1814 / 1461 |
Volumen Maletero | 590 / 1.580 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 10,0 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,0 seg en D |
Velocidad máxima | 202 km/h |
Consumo homologado | 4,7 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 108 gr |
Precio de partida | Desde 23.920 € |
COMPORTAMIENTO
Ni una sola queja se le puede poner al comportamiento del Octavia. Como ya sabrás si has leído alguna prueba anterior del modelo checo, Skoda ha querido ofrecer un vehículo sencillo de conducir, estable, cómodo y apto para todos los públicos. No pretende enamorar enlazando curvas en tramos de montaña pero tampoco lo hace mal.
Con el Octavia se ha logrado un acertado compromiso entre confort y eficacia aunque siempre pensando más en lo primero que en lo segundo. Cierto que el aislamiento del habitáculo no alcanza los niveles del Golf (se cuela algo el sonido del viento y la rodadura circulando por autovía) pero no se pueden poner pegas.
La unidad concreto asociada al bloque 1.0 TSI parece llevarse bien con el tarado tirando a blando de la suspensión pero debo reconocer que en algunas rotondas o giros cerrados la carrocería ha tumbado más de la cuenta, resultando un poco incómodo a sus mandos. El asiento sujeta lo justo y si la oscilación es acusada, un pétalo algo más marcado sería de agradecer.
En ciudad no me ha parecido un vehículo aparatoso y se conduce con facilidad. La caja de cambios de doble embrague facilita mucho las cosas en este terreno, haciendo que los atascos sean mucho menos frustrantes. De todos modos quiero matizar que la caja no se ha comportado tan bien como en otros productos, resultando lenta en algunas transiciones (al pegar un pisotón al acelerador a veces no sabe que engranar).
Por autovía la conducción es placentera, logrando una sensación de control y seguridad elevados. Me ha gustado el andar suficiente del motor, no echando de menos unas prestaciones superiores. Si eres de los que suele utilizar las vías rápidas, no creo que eches de menos más potencia. En general es una opción muy interesante.
Quizás la peor parte se la lleve el precio. A pesar de ser la opción de entrada más asequible a la gama no es especialmente barato en cuanto se equipa un poco y la diferencia de precio con el 1.4 TSI de 150 CV DSG es de 1.300 €, cantidad totalmente asumible y recomendable si viajas habitualmente acompañado. El bloque de cuatro cilindros es sensacional por prestaciones y gasta incluso menos en ciertas circunstancias.