En Autonocion nos hemos puesto al volante del nuevo Subaru Trezia, un pequeño monovolumen (mide algo menos de cuatro metros) desarrollado sobre la base del Toyota Verso-S, pero que presenta rasgos característicos de la marca de Ota. No es la primera vez que Subaru lleva a cabo una gestión similar, pues ya anteriormente hemos visto colaboraciones con otras marcas como por ejemplo Suzuki, Daihatsu o Isuzu, y más recientemente con la propia Toyota. En el caso del Trezia concretamente, al no comercializarse el Verso-S en España, Subaru se presenta como la única marca que ofrece este vehículo en nuestro país.
La unidad probada se trata del Subaru Trezia1.4D S color Black Mica, con un motor diésel de 90 CV que está disponible por un precio de 19.500€. El precio es ligeramente superior al de sus competidores pero las calidades y acabados también están por encima de la mayoría de competidores del segmento B. No presenta grandes lujos, ni se puede configurar el coche a gusto del consumidor a través de la introducción de cientos de extras, pero lo cierto es que el coche incorpora de serie un elenco de accesorios que lo convierten en un vehículo tremendamente completo. Como algo especial, señalar que el acabado 1.4D S trae montado de fábrica la cámara trasera para facilitar el aparcamiento. Es muy útil a la hora de “pegar” lo máximo posible nuestro coche a paredes u otros vehículos que se encuentren cerca, sin llegar a dar el típico “besito”.
La apariencia del Subaru Trezia según nos acercamos, es la de un coche más pequeño de lo que luego resulta en la práctica una vez que nos metemos en él. Dentro de la línea redondeada que presenta, como todos los monovolúmenes, lo cierto es que, especialmente en la parte delantera, las formas de la carrocería lo distinguen con un toque muy peculiar que hace su aspecto algo más agresivo. Me refiero, por ejemplo, al detalle en pico bajo los antinieblas delanteros (tipo Alfa Mito), pero sin llegar a ser tan prominentes como los de aquél, evitando así desconchones constantes. En cuanto a las medidas, el Trezia tiene un tamaño de 3,995 metros de largo por 1,695 metros de ancho, con una altura total de 1,595 metros y una distancia entre ejes alrededor de los dos metros y medio. El diseño, como decimos, no va más allá de lo que habíamos visto hasta ahora en el segmento, pero sí aporta la típica parrilla Subaru, para diferenciarse de su hermano de Toyota. Monta de serie unos neumáticos 185/60R16, con unas llantas 16 x 5,5» J.
Una vez en el interior, como ya he dicho, lo primero que percibimos es la sensación de encontrarnos en un coche bastante más grande de lo que es éste. La calidad de los materiales es buena, siendo el salpicadero de un plástico suave, agradable al tacto, y decorado en los vértices de los mandos con molduras plateadas que le dan un aspecto más elegante. La consola central está formada por una pantalla táctil, muy intuitiva en su manejo, desde la que podremos establecer la configuración para radio, teléfono, navegador (nuestra unidad no lo montaba), un histórico de consumo, así como ver la cámara de marcha atrás. Debajo de la pantalla, los mandos del climatizador, y por último, la palanca de cambios que está sobreelevada. Es cuestión de gustos decir si esta ubicación para el cambio es cómoda o no. Lo que si puedo decir, es que dentro de que a mi no me gusta especialmente, me resultó más ergonómico de lo que a priori pensé que iba a ser.
Los asientos son cómodos, tanto los delanteros como los traseros, si bien hay que tener en cuenta que en este tipo de vehículo la posición de conducción es más erguida que en un turismo. Un fino reposabrazos unido al asiento del conductor y otro central trasero, harán más cómodos los viajes a piloto y pasajeros traseros, no así al copiloto. Como crítica, aunque no especialmente relevante, diré que la posición del freno de mano es tan sumamente baja que una persona que ronde el metro ochenta y cinco se tendrá que inclinar para darle alcance. Precisamente, junto al freno de mano, unas amplias bandejas permiten dejar llaves, cartera, móvil y casi cualquier cosa que habitualmente ocupe nuestros bolsillos. Menos espaciosa es la guantera, en la que apenas cabe la documentación del coche y algunos papeles más. Sin embargo, justo encima, insertada en el salpicadero, hay una bandeja en la que se pueden depositar objetos, aunque a riesgo de que sufran desplazamientos mientras circulamos.
En las plazas traseras pueden viajar de forma holgada dos personas y además lo harán cómodamente gracias a unos asientos bien mullidos. El quinto pasajero, sin embargo, pese a que toda la zona del suelo es plana, posiblemente tenga más problemas para acoplarse, siendo muy poco recomendable un viaje verdaderamente largo con tres pasajeros en las plazas traseras. Por último, el maletero permite, gracias a sus iniciales 336 litros de carga, llevar compra y maletas con facilidad, a lo que hay que añadir la posibilidad de habilitar el doble fondo, aumentando su capacidad hasta los 429 litros.
Una vez descritas las cuestiones meramente estéticas, el próximo día os hablaremos del comportamiento del Subaru Trezia sobre el asfalto.