Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8
Notable+
En Tesla continúan dándolo todo para hacer que sus coches sigan siendo tan impresionantes como de costumbre. El Model S es el modelo más famoso y vendido, por lo que el pasado año recibió una ligera actualización estética para mantenerse fresco frente a la competencia. Por otra parte, recientemente la firma de Palo Alto también ha mejorado algunas funciones como el 'Autopilot', todo ello para convertir a este coche en una alternativa real frente a las grandes berlinas 'premium'.
Los que me leéis habitualmente ya sabéis que soy gran defensor de las energías alternativas. Me gusta curiosear acerca del futuro que nos espera y acostumbro a hablaros tanto de peculiaridades sobre motores tradicionales como de nuevas formas de propulsión, pero tampoco es ningún secreto que soy algo escéptico con el tema de la electricidad pura y dura. Os he comentado en varias ocasiones que todas las etapas de la historia del automóvil han tenido algo en común: la carrera tecnológica hacia la rentabilidad y la eficiencia. En épocas pasadas, cuando el petróleo no era un problema y el consumo un simple dato, eran otros los motivos de competencia entre las marcas, tales como la potencia, el diseño, la durabilidad…
Sin embargo, en pleno 2017, con la obsesión por el consumo y la contaminación provocada por la Unión Europea y los temerosos usuarios, la búsqueda de nuevas fuentes de energía se ha convertido en el mayor desafío del transporte. Las marcas gastan millones en I+D, realizan planes estratégicos a corto, medio y largo plazo; adquieren las patentes potencialmente más beneficiosas… y esto hace aparecer todas las alternativas a la gasolina y el diésel que conocemos hoy en día. Entre ellas destaca especialmente el vehículo eléctrico, y que mejor representante de este tipo de modelos que nuestra gran conocida Tesla.
Puede que últimamente la compañía estadounidense haya tenido algunos tropiezos con la fabricación del Model 3, pero en realidad no podía haber mejor semana para hablar del fabricante de Palo Alto, capitaneado por el visionario Elon Musk que estos días nos ha sorprendido tanto con el nuevo camión 100% eléctrico de la marca como con el retorno del mítico Tesla Roadster, el cual promete ser incluso más rápido que el propio Bugatti Chiron. Pero centrémonos en el modelo que hoy tenemos entre manos, el Tesla Model S 75D, la versión de acceso a la gama de la berlina que tiene la dura labor de convencerme de que cumple con lo que promete, ¿lo conseguirá?
Sí, has leído bien, “dura labor”. He de reconocer que nunca he sido muy fan de Tesla, y esa es precisamente la razón por la cual tenía tantas ganas de ponerme al volante de uno de sus modelos. Probamos muchos coches al cabo del año, pero esta prueba es especial y la he hecho con el mimo que se merece, porque una berlina de 4,98 metros 100% eléctrica, con una autonomía NEDC de 490 km, esa enorme pantalla en el salpicadero y una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4,4 segundos no se prueba todos los días. Si en su día fui anti-Apple y desde que tuve mi primer iPhone no me he separado de la manzanita, ¿me convencerá el Model S de que es difícil superarle?
¡Vamos a descubrirlo!
Diseño exterior
Ya desde el exterior, el Tesla Model S resulta prometedor. Buena prueba de ello son las cabezas que gira a su paso, llamando la atención de mayores y pequeños allí donde lo lleves. Es simple estéticamente, tecnológico y muy atractivo. Sus líneas son tan minimalistas como su interior, con un diseño limpio y libre de ornamentaciones innecesarias para mejorar la aerodinámica (Cx de sólo 0,24). A nivel estético, desde luego no se puede tener queja de él.
En la vista frontal destaca el logo en posición central, localizado sobre una tira cromada que le aporta cierta elegancia. A ambos lados se encuentran las ópticas delanteras, que presumen de iluminación Full LED adaptativa y una iluminación diurna característica con esta misma tecnología que las bordea casi al completo. Concretamente, 14 luces LED de tres posiciones en curva mejoran la visibilidad en la noche. El capó tiene forma de ‘V’ y se prolonga hasta la inmensa luna, la cual continúa hasta la zaga con un gran techo panorámico que, opcionalmente, puede ser practicable, como en este caso. En el tercio inferior del marcado paragolpes, se pueden apreciar tres entradas de aire divididas en cuyos extremos se integran las luces antiniebla.
En la vista lateral, llaman especialmente la atención los tiradores retráctiles cromados, los cuales quedan integrados en las generosas puertas hasta que no abrimos el vehículo. Dicho toque cromado se complementa con un embellecedor en la parte inferior, la base de los espejos retrovisores, un pequeño detalle en la aleta que, curiosamente, no es el intermitente, sino una de las cuatro cámaras del Autopilot mejorado, y un marco que rodea toda la superficie acristalada, creando un contraste elegante muy llamativo en aquellos modelos que tienen una pintura oscura como esta.
Dos de las cámaras del Autopilot mejorado se encuentran en el pilar B, convenientemente disimuladas. La cámara trasera del vehículo genera una imagen de alta definición en la enorme pantalla del salpicadero.
Los pasos de rueda quedan especialmente marcados en este modelo, los cuales se llenan con unas llantas de 19 pulgadas de serie (hay disponible también un diseño oscurecido -1.600€- y otras llantas con tamaño de 21 pulgadas -4.800€-) que calzan neumáticos Michelin Primacy 3 en medidas 245/45 R19 102 Y. Por cierto, hablando de medidas, el Tesla Model S no es ni mucho menos una berlina de medidas contenidas, pues luce unas cotas de 4,98 metros de largo, 1,96 metros de ancho y 1,45 metros de alto. La batalla es de 2.960 mm y los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.662 y 1.700 mm, respectivamente.
Es quizás la zaga la parte más imponente del diseño exterior, ya que hace gala de una gran anchura y una potente fuerza visual en la que la horizontalidad queda patente en todos los ángulos. Tiene unos hombros altos y musculosos que se unen entre sí por una tapa del maletero arqueda que sutilmente actúa de spoiler. El portón trasero abarca la luna posterior (demasiado inclinada para mi gusto, lo que repercute en una peor visibilidad) y divide las enormes ópticas en dos partes. Estas, como no podía ser de otra manera, también incorporan tecnología LED en sus funciones.
Une los faros traseros una línea cromada con la denominación ‘Tesla’, dejando en su extremo superior el logo del fabricante y, en el inferior, la matrícula, donde también se esconde otra de las cámaras del vehículo. Bajo los faros, al final del portón y justo antes del paragolpes, vemos de qué modelo y versión se trata. Ya en el parachoques podemos apreciar los sensores de aparcamiento traseros y un difusor negro que alberga dos catadriópticos. Lógicamente, no hay salida de escape, al igual que sobre el techo también echaremos en falta la presencia de una antena.
Diseño interior
Si el exterior del Tesla Model S te resulta cautivador, tecnológico y minimalista, el habitáculo tampoco te defraudará, ya que presenta los mismos adjetivos y, adicionalmente, unos acabados dignos de las berlinas premium. Sin embargo, también es en el interior donde he encontrado los principales ‘peros’ del modelo respecto a la competencia, especialmente en términos de espacio en la parte posterior. Además, es curioso que en Tesla no les guste mencionar que Mercedes-Benz ha colaborado en el desarrollo del Model S, porque numerosos mandos son de la marca alemana, tales como como la palanca de cambios, el control del regulador de velocidad o los interruptores de los elevalunas.
De la calidad de los materiales y el tacto de los mismos no podemos tener ningún reproche, al igual que ocurre con la calidad y el esmero de los ajustes. Está claro que en este sentido el equipo de la marca ha hecho un buen trabajo y los materiales blandos presiden prácticamente la totalidad del habitáculo, encontrándonos únicamente con algún plástico menos agradable al tacto y a la vista en la consola central (los que cubren los dos huecos portaobjetos).
Una vez accedemos al habitáculo, rápidamente podemos apreciar la comodidad que presentan los asientos, con ajustes eléctricos, calefacción y memoria en el caso de las plazas delanteras. Es fácil encontrar la postura óptima y el mullido es muy confortable, pero el agarre lateral es insuficiente a la hora de enfrentarnos a tramos con algo más de curvas y el tapizado de cuero resulta bastante deslizante.
Gracias a la enorme pantalla del salpicadero todo queda al alcance de la mano. Esta cuenta con un tamaño de 17 pulgadas y controla la mayoría de las funciones del vehículo. Ya sabéis que este tipo de pantallas nunca me ha resultado muy cómoda en otros modelos, pero en este caso, las funciones más habituales como la apertura del techo panorámico completamente de vidrio, la personalización de los controles de climatización automática y el cambio de las emisoras de radio se realizan con solo deslizar o pulsar.
En el Tesla Model S, la pantalla táctil, el tablero de instrumentos digital y los controles del volante multifunción combinan de forma perfecta las funciones de reproductor multimedia, navegación, comunicaciones, controles del habitáculo y datos del vehículo. Además, el mencionado volante cuenta con un tacto y un grosor muy agradables, contribuyendo a que disfrutemos de la conducción de esta berlina. Tras el nos encontramos con un cuadro de instrumentos de excelentes gráficos que permite personalizarse, mostrándonos toda la información necesaria en cada momento y con una lectura clara.
Lo que no me ha resultado tan convincente es el tema de la navegación, la cual se basa en Google Maps y funciona por conexión 4G. Cuando la conexión a la red no es tan buena, la navegación y las búsquedas son algo más lentas, lo que me lleva a pensar: «si estoy en un pueblo perdido y no tengo cobertura, ¿cómo meto la dirección en el GPS?«. Según la marca funciona utilizando la señal del GPS, pero lo cierto es que me quedé con ganas de comprobarlo en profundidad…
Desde la pantalla controlamos el sistema multimedia, los controles de conducción, de climatización y del habitáculo; la cámara, el calendario, los mapas, la navegación, el consumo de energía y la estimación de la autonomía en tiempo real, así como el teléfono. Hay que recalcar que Tesla te regala la suscripción premium a Spotify, algo que se agradece.
Gracias a esta enorme pantalla, los botones son prácticamente inexistentes y todo queda mucho más limpio en el habitáculo, pero eso también tiene sus contras. A pesar de que algunas funciones se controlan con una simple pulsación y el sistema es tan rápido como intuitivo, la pantalla nos obliga a desviar bastante la vista de la carretera, con las consecuencias negativas que eso tiene en la seguridad. No dudo que alguien que adquiera un Model S se acostumbrará a esta interfaz y rápidamente localizará la función deseada sin distraerse, pero familiarizarse con el sistema y la ubicación de cada control lleva su tiempo y siempre nos gusta ver dónde plantamos el dedo en una pantalla… Para que os hagáis una idea de su funcionamiento, os hemos preparado un pequeño vídeo en el que podéis ver incluso los ‘Huevos de Pascua’ de esta unidad.
Es en términos de habitabilidad donde podríamos sacarle las principales quejas a esta berlina, pero antes de hablar del espacio interior retomaré brevemente el tema de los huecos portaobjetos. El primero de ellos se ubica bajo la gran pantalla y ofrece un espacio razonable para dejar objetos pequeños como, por ejemplo, el teléfono móvil. Más abajo hay otro considerable, pero queda muy abajo y es muy profundo, lo que hace que dejar cosas en el mismo sea bastante incómodo si estas no son de un tamaño generoso. Justo detrás encontramos un tercer hueco, algo más pequeño y con enganche para cargar el smartphone. Bueno, quizás debería decir el iPhone, porque en Tesla no han pensado excesivamente en aquellos usuarios con sistema Android.
En el reposabrazos central, a diferencia de lo que cabría esperar, no encontraremos una guantera, sino solamente dos posavasos extraíbles. Este separa las dos grandes plazas delanteras, en las que hay espacio de sobra para viajar con comodidad. Algo peores son las plazas traseras, ya que a pesar de estar homologadas para tres adultos, estas no ofrecen gran anchura para que tres personas de estatura y complexión normales viajen cómodamente durante medias o largas distancias, lo cual es una pena ya que no hay túnel de transmisión que nos moleste en la plaza central. Igualmente, tampoco encontraremos un reposabrazos central que sí es habitual en las berlinas de este tamaño.
Por otra parte, la altura de las plazas traseras tampoco es abrumadora. Una persona de más de 1,70 metros estará cerca de darse con el techo de cristal y, este, no ofrece una cortina parasol, aunque es cierto que su tintado es capaz de bloquear el 98% de luz visible y el 81% del calor de la radiación solar. Adicionalmente, en la parte trasera el suelo del vehículo queda bastante alto y la banqueta muy abajo para ganar altura al techo, por lo que las piernas quedan bastante flexionadas y el Model S no resulta muy cómodo atrás para tratarse de una berlina de casi cinco metros.
Respecto a la capacidad del maletero, este cubica un total de 745 litros (812 litros con el doble fondo), con un generoso portón de accionamiento eléctrico y unas formas bastante regulares que permiten aprovecharlo al máximo. La capacidad de maletero al abatir los asientos (60:40) es de 1.869 litros contando con el hueco que se ubica bajo el piso – donde podemos meter el cable del cargador y otros pequeños objetos.
De manera adicional, cuenta con un espacio libre de 150 litros bajo el capó, alcanzando un total de 962 litros útiles. Como ya he comentado, hay disponible una tercera fila de asientos para el maletero, los cuales van en sentido contrario a la marcha. El problema es que son para niños y resultan incómodas tanto por la falta de aireadores como por la luz que entra por la luna posterior.
Motorización
El Tesla Model S está actualmente disponible en España con dos opciones de batería. Por una parte encontramos la versión de acceso, el Model S 75D, con una batería de 75 kWh que permite alcanzar los 225 km/h de velocidad máxima, acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y homologar una autonomía de 490 km según ciclo NEDC. Equivale a 333 CV (245 kW) de potencia y 525 Nm de par motor. Un escalón por encima están los Model S 100D y Model S P100D. Ambos cuentan con una batería de 100 kWh, pero el segundo de ellos está enfocado a ofrecer el máximo rendimiento. Equivalen a 612 CV (450 kW) y 967 Nm de par máximo.
El Model S 100D es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 4,3 segundos, llegando hasta una velocidad máxima de 250 km/h y declarando una autonomía en ciclo NEDC de nada menos que 632 kilómetros. El Model S P100D es bastante más salvaje, pues gracias a la batería de 100 kWh de alto rendimiento y el modo Ludicrous Speed puede acelerar hasta los 100 km/h en solo 2,7 segundos, recuperar de 73 a 105 km/h en 1,2 segundos y alcanzar una velocidad punta de 250 km/h. En este caso la autonomía es algo menor, de 613 kilómetros.
Los motores eléctricos son trifásicos de inducción AC con rotor de cobre y tienen cuatro polos. En este caso, motor e inversor forman un conjunto cilíndrico compacto, lo que permite su ubicación en el eje trasero sin penalizar la capacidad del maletero. Giran hasta 15.000 rpm y el rotor está refrigerado por agua, sin imanes permanentes. Como sabrás, la transmisión es de una única relación fija y no tiene embrague. Presenta una reducción de 9,73:1 y la marcha atrás lo que hace es simplemente girar los motores en sentido inverso.
El paquete de baterías tiene una estructura que le proporciona una enorme rigidez frente a la torsión, el cual se multiplica por 3 cuando se une al chasis. Para evitar los estados de carga muy altos o muy bajos, el sistema de control no permite superar el 95% de la carga máxima ni bajar del 2%.
Respecto a las baterías de iones de litio, estas son unas Panasonic 18650 planas, se ubican en el piso del vehículo y cuentan con una autonomía bastante mayor de la habitual en otros modelos eléctricos, proporcionando 400 Voltios en corriente continua (DC). Lógicamente, tienen un tamaño superior e incrementan notablemente el peso del Model S, en torno a los 540 kilogramos, pero necesitan menos ciclos de carga y descarga para los mismos kilómetros y son capaces de ofrecer una mayor potencia sin degradar las celdas. Están refrigeradas por líquido para evitar su sobrecalentamiento y para optimizar su funcionamiento, manteniéndose siempre en su temperatura óptima (en torno a los 25 ºC de media, siempre por debajo de 35º C).
Los tiempos de recarga de la batería varían dependiendo del estado de carga, su capacidad total, el voltaje disponible y el amperaje de la corriente de recarga, pero el conector es compatible con un amplio rango de corrientes y tensiones, lo que nos permite recargar el Model S en cualquier enchufe. Esta se lleva a cabo a través de un puerto estándar Tipo 2 que, como podéis ver en las imágenes, permanece oculto en un lateral del piloto izquierdo.
Respecto a la experiencia de usuario del conjunto, sólo os puedo decir que estamos ante un coche adictivo. Adictivo por el silencio con el que rueda, por la ausencia de vibraciones, por la tranquilidad que transmite hasta en los atascos y, sobretodo, por su sorprendente aceleración, dejando atrás incluso a las motos en los semáforos. Lo más curioso es su forma de arrancarlo (únicamente pisando el freno) y pararlo (poniendo la ‘P’ de aparcamiento en la palanca y saliendo del vehículo), ya que carece de botón o llave de arranque. Por último, en carretera es fácil mantener el consumo en torno a los 23,5 kWh circulando a velocidad legal, pudiendo aprovechar muy bien la frenada regenerativa una vez nos acostumbramos a ella, pero lógicamente si abusamos del acelerador la autonomía bajará rápidamente.
Ficha técnica
Version | Dos motores eléctricos de corriente alterna, uno en cada eje. |
---|---|
Cilindrada | N.D. |
Potencia | 245 kW (333 CV) |
Par | 430 Nm |
Peso | 2.183 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.979 / 1.964 mm / 1.435 mm |
Volumen Maletero | 962 (1.869) litros en total (con doble fondo y maletero delantero (150 litros) |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | N.D. |
Velocidad máxima | 225 km/h |
Consumo homologado | N.D. |
Emisiones CO2 por km | 0 g/km de CO₂ |
Precio de partida | 86.000 euros |
Comportamiento
Lo primero que te llamará la atención nada más ponerte al volante del Tesla Model S es su amplio espacio en las plazas delanteras y su comodidad, atributos que se complementan con una mecánica silenciosa, un excelente aislamiento del exterior y una calidad de rodadura digna de una berlina premium. Como ya os he comentado, la mecánica eléctrica de acceso a la gama empuja con brío al modelo para que viajar a bordo de este Model S sea un auténtico lujo, pudiendo presumir de una gran comodidad a la hora de circular por carretera y de un dinamismo más que aceptable a la hora de afrontar algunas curvas.
Es cierto que sus medidas pueden ser un inconveniente en ciudad, pero la visibilidad, salvo por la luna trasera, es bastante buena, resultando más manejable de lo que parece, y buena prueba de ello es el servicio público que ofrece en empresas como UBER. Es más, si tenéis la oportunidad de subiros en uno, es algo que os podrá confirmar cualquier conductor de esta compañía, y pasan muchas horas a bordo del Model S… Adicionalmente, cuenta con diversas asistencias como la cámara de marcha atrás o los sensores de aparcamiento delanteros y traseros para que maniobrar resulte sencillo, por lo que no tendrás mayor inconveniente en la jungla urbana.
Pero está claro que su hábitat natural son las autopistas y autovías, donde se mueve como pez en el agua aunando habitabilidad, confort y estabilidad, aunque aquí es donde también aparece el gran enemigo de los eléctricos: la autonomía. En líneas generales, la dinámica resulta apta para la potencia que ofrece y tanto sus medidas como su peso han sido excelentemente disimuladas por los ingenieros de la marca. A ello se une una suspensión bastante agradable y equilibrada -fabricada en aluminio, es de paralelogramo deformable en el eje delantero y multibrazo en el trasero- que contiene de forma eficaz la carrocería y supera las irregularidades del terreno sin transmitir apenas molestias a los pasajeros. Ahora la marca incluye la suspensión neumática inteligente desde la versión de acceso.
Si nos adentramos en tramos revirados, es donde realmente descubriremos que el Tesla Model S es más ligero de lo que parece y se mueve realmente bien por carreteras de montaña, mostrándose aplomado y permitiéndonos un paso ligero por curva gracias a un reparto de pesos de 48/52. Su bajo centro de gravedad (a 457 mm del suelo) gracias a las baterías localizadas bajo el piso del coche, la tracción total y la potencia instantánea del motor eléctrico nos aportan un gran control sobre el vehículo, transmitiéndonos seguridad, aunque hay que ser conscientes de que no es un terreno en el que sobresalga esta versión, para eso ya está el Model S P100D, la variante más deportiva de todas las que se venden.
La dirección, por su parte, es electromecánica y cuenta con el motor sobre la cremallera, siendo personalizable en asistencia y resultando realmente cómoda en ciudad, algo que se agradece a la hora de maniobrar con una berlina de estas dimensiones, pero a la hora de enlazar curvas es cuando muestra alguna carencia. Podríamos decir que es firme, rápida y precisa para un vehículo como este, respondiendo eficazmente a las órdenes que le demos, pero no es todo lo informativa que nos gustaría y su excesiva asistencia se hace palpable en cuanto enlacemos varias curvas seguidas, incluso a ritmo tranquilo.
En cualquier caso, tampoco podemos pedirle a una gran berlina el comportamiento dinámico de un compacto y lo cierto es que la contundencia del Model S en todas las situaciones es notable. Además, llama especialmente la atención el tacto del freno, idéntico al de un vehículo convencional (sólo actúa sobre el sistema hidráulico), no como ocurre en otros eléctricos. En este caso, la frenada regenerativa se dosifica con el acelerador (encendiéndose las luces de freno cuando levantamos mucho el pie), pudiendo ésta configurarse en dos modos o desactivarse desde la pantalla del salpicadero. En algunas ocasiones, concretamente cuando la batería está llena o cuando está demasiado fría, la frenada regenerativa se desactiva automáticamente.
Desde luego, por calidad de rodadura, refinamiento, tecnología y acabados, es una opción interesante para aquellos que buscan una gran berlina y quieren dar el salto a los eléctricos, ya que cumple con lo que promete y resulta una alternativa real en el ámbito de este tipo de vehículos, aunque el precio de partida de la gama Tesla es excesivo incluso hasta para lo que ofrece. Tendremos que ver si el Model 3 es tan prometedor como parece y su precio tan suculento como dicen porque, en ese caso, será la opción más demandada…
Equipamiento y precio
El Tesla Model S se ofrece en España en versiones 75D, 100D y P100D, todas ellas con un único acabado al que podemos ir añadiéndole diversos extras. Desde el menos potente ya ofrece un elenco de tecnologías bastante amplio, entre las que encontramos acceso automático sin llave y portón del maletero eléctricos, navegación y mapas con actualizaciones de tráfico, HomeLink con GPS, ópticas Full-LED dinámicas, anclajes ISOFIX, actualizaciones gratuitas, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, tracción total, asientos delanteros calefactables, múltiples asistentes de conducción (Front Assist, aviso de ángulo muerto, frenado de emergencia…) o espejos exteriores de plegado automático, entre otros.
El tope de gama, por su parte, incorpora una gran cantidad de elementos adicionales tales como la elección de un interior de primera categoría con múltiples opciones de tapicería y guarnecidos, el modo de defensa frente a armas biológicas, actualización de audio de primera categoría, paquete para climas helados, alerón de fibra de carbono opcional, base para teléfono instalado, 400 kWh de créditos gratuitos al año para el uso de supercargadores o suspensión neumática inteligente con memoria GPS.
Tesla ofrece solo cuatro opcionales para el Model S (aparte de los colores, las llantas o el techo): el Paquete Premium (equipo de sonido de alta calidad, paquete para climas helados y modo de defensa de armas biológicas), el Autopilot mejorado, la capacidad de conducción autónoma total -3.200€- y una tercera fila de asientos para niños orientada hacia atrás que se ubica en el maletero -4.200€.
Hay una garantía de ocho años con kilometraje ilimitado de la batería y la unidad de tracción y una garantía limitada a cuatro años u 80.000 kilómetros.
En el caso de esta unidad, un Tesla Model S 75D, hablamos de un precio de partida de 86.000 euros, al que se le han añadido algunos opcionales como la pintura metálica ‘Azul Profundo’ -1,050€-, el techo solar practicable -2.100€- y el Autopilot mejorado -5.300€-, con lo que el precio final asciende hasta los 89.650 euros. Por su parte, el Model S 100D parte de los 109.050 euros y el Model S P100D de los 149.100 euros.
Conclusiones
Indudablemente, el Tesla Model S es una alternativa real a los vehículos de combustión interna, gozando de muy buenos acabados y un nivel tecnológico de primera. Su autonomía nos permite recorrer largas distancias sin tener que preocuparnos en exceso por la presencia de cargadores, pero es cierto que dependiendo de la zona en la que vivamos y de los lugares a los que viajemos podremos encontrarnos con una limitación más o menos importante, especialmente si no queremos perder excesivo tiempo. Si la red de supercargadores fuera más amplia, se solucionaría notablemente este principal hándicap.
Actualmente todo se centra en el coche eléctrico y los fabricantes están apostando muy en serio por la movilidad cero emisiones, tanto de automóviles, como Mercedes-Benz, Volvo o Toyota, como de componentes, lo que nos ha dejado inventos tan curiosos como autopistas para vehículos eléctricos y autónomos, paneles solares para el techo, drones que recargan vehículos eléctricos o neumáticos diseñados para este tipo de vehículos. Las normas anticontaminación son cada vez más estrictas en ciudades como Madrid y, a pesar de que las ventas de eléctricos no hacen otra cosa más que mejorar, todavía son muchos los cambios necesarios para que el parque móvil pueda ser 100% eléctrico.
Actualmente, el fabricante que no cuide su huella en el planeta estará fuera del panorama automovilístico en un futuro cercano. Vehículos híbridos, eléctricos, de pila de hidrógeno o de gas son la respuesta a las necesidades de un sector que en el fondo lo que busca es reducir el euro por kilómetro de su gama y tener así la ventaja competitiva que esto supone de cara a la administración pública (con “el jaleo este” de la contaminación) y al cliente final (consumo de combustible).
Está claro que modelos como el Model S que hoy nos atañe son toda una revolución, pero nos están vendiendo que el vehículo eléctrico es el futuro y, hoy por hoy, eso es una mentira como un templo. Por ejemplo, el GLP es el combustible ecológico más empleado en el mundo y con él se mueven 25 millones de coches en todo el planeta, prácticamente la mitad de ellos en Europa. La moda es hablar del coche eléctrico porque, entre otras cosas, la ignorancia acerca del autogás y de otros combustibles está muy extendida incluso entre los gobernantes, pero la realidad es que tenemos unas cuantas opciones viables en la actualidad por infraestructuras, autonomía y flexibilidad.
Es lógico que estemos muy verdes en este terreno, nos están vendiendo los eléctricos a bombo y platillo como en su día hicieron con los modelos diésel para, ahora, estar demonizándolos, pero también les llegará su turno a los eléctricos, tiempo al tiempo. No se trata de criticar por criticar ni mucho menos, sino de tener claro que hay unas cuantas alternativas, como los combustibles sintéticos o incluso vehículos de gasolina de cero emisiones parciales (PZEV) de los que probablemente nunca hayas oído hablar.
Fer Pudo