Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.3
Notable
El C-HR es un automóvil muy personal y exótico que solo por estética ya tiene un público muy definido. El sistema híbrido y sus ventajas en las grandes ciudades facilitan su venta mientras que la comodidad del cambio automático es incuestionable frente a un manual por más que las CVT no sean perfectas. Se echa de menos un habitáculo más amplio y un precio algo más ajustado aunque a cambio va muy equipado y llama la atención
El Toyota C-HR es uno de los modelos de la firma japonesa más originales de los últimos tiempos. Su particular diseño ha conseguido encajar en los gustos de un público que está cada vez más interesado en productos personales y diferenciados.
Aunque en otros países es posible adquirirlo con motores gasolina, en España (Península y Baleares) solo está disponible en combinación con el motor híbrido HSD que destaca por sus prestaciones correctas y consumos ajustados aunque es justo reconocer que no va sobrado.
Hay que dejar claro que en las Islas Canarias se ofrece el C-HR también asociado a un bloque de gasolina de 1,2 litros con turbo y 115 CV, una alternativa que no se ofrece en el resto del país (tienen un importador diferente que toma sus propias decisiones sobre los modelos que ponen a la venta en el archipiélago).
Durante una semana he tenido la oportunidad de probar un Toyota C-HR HSD Advance 2018 y debo reconocer que me ha convencido en el día a día por su confort general y unos consumos aquilatados. La peor parte se la lleva el factor precio pero viendo las ventas está claro que no es un problema.
DISEÑO
Sin duda alguna el Toyota C-HR no pasa desapercibido para muchos usuarios gracias a unas formas personales y exageradas. El frontal no parece arriesgar en exceso si se compara con el resto del vehículo pero no por ello está exento de personalidad y mucho atractivo.
Para muchos la zaga recuerda bastante al Honda Civic de anterior generación por las formas que tienen los pilotos. En cierto modo sí se parecen pero Toyota ha jugado con otros elementos para marcar las distancias, entre ellas el paragolpes o el portón posterior con una generosa superficie de chapa.
INTERIOR
Al pasar al habitáculo el diseño futurista y exótico se mantiene presente en la mayoría de elementos aunque me ha sorprendido que sea tan intuitivo a los pocos segundos. Es justo reconocer que al primer vistazo puede abrumar pero en cinco segundos se reconocen todos los elementos y es muy fácil de entender.
En la consola central queda situada como principal protagonista la pantalla multifunción del sistema de sonido y navegación. Tiene ocho pulgadas, el manejo es táctil (no perfecto pero va bastante bien) y los menús no me han parecido complicados. La calidad de audio es buena, algo extensible a la recepción de la radio.
La instrumentación es completa y centra la atención en el sistema híbrido. No es digital configurable como ocurre en otros modelos pero los gráficos elegidos para la pantalla LCD y la disposición general de la información la hacen bastante llamativa y atractiva.
La calidad de los acabados está muy por encima de lo habitual en los pequeños y compactos de Toyota, haciendo uso de materiales acolchados en las zonas superiores muy agradables al tacto. Están presenten en el salpicadero, consola central y zona alta de las puertas mientras que en las inferiores el material es rígido pero transmite solidez.
Me ha gustado que los marcos de las puertas vayan recubiertos con un plástico negro para que el color de la carrocería no pueda verse desde el interior. Es un detalle que poco a poco están abandonando los fabricantes y modelos como el Volkswagen Golf ya no lo tienen (dejando a la vista el metal y afeando el conjunto, especialmente si el color es blanco o llamativo).
Por el habitáculo hay diversos huecos para dejar objetos que resultan útiles, con capacidad bastante aceptable. Debajo del apoyabrazos central delantero hay un cajón de buen volumen y en la consola dos prácticos posa-latas y un práctico lugar para dejar el teléfono móvil.
HABITABILIDAD
Las concesiones que ha realizado Toyota al diseño del C-HR han provocado que tenga ciertas carencias en cuanto a habitabilidad y comodidad, siendo algo claustrofóbico en las plazas posteriores debido a unas ventanillas muy pequeñas. Que no haya un tercer cristal lateral obviamente no ayuda en absoluto, dejando una segunda fila demasiado oscura.
Sí se puede decir que el espacio para las piernas en la fila posterior es correcto y personas de 1,8 metros no deberían rozar con los respaldos delanteros salvo que el conductor sea muy alto. La altura libre para las cabezas es normal mientras que la anchura disponible muy justa para tres adultos.
En las plazas delanteras la situación es bastante más positiva. Me ha gustado el puesto de conducción con todos los mandos muy a mano, un asiento cómodo y la posición sobre-elevada. La anchura es correcta y pasajero queda lo suficientemente alejado para que los codos no rocen accidentalmente si están apoyados en el descansa-brazos.
La capacidad de maletero tampoco es para tirar cohetes. Arranca en los 377 litros, una cifra correcta si se considera un B-SUV, y muy escasa si se trata de un C-SUV. Toyota España quiere situar al C-HR en una posición superior respecto a lo que ocurre en otros mercados así que, tomando como base de partida los crossovers compactos, es de los menos habitables.
EQUIPAMIENTO
Toyota ha cuidado mucho el equipamiento incluido de serie en todos los C-HR, algo lógico para justificar el elevado precio de todas las variantes. De manera estándar contemplan control de crucero adaptativo, lector de señales tráfico, alerta de cambio de carril, llantas de aleación, SmartBeam, ordenador de viaje, climatizador automático, etc.
La unidad probada Advance posee los cristales tintados, llantas de aleación de 18 pulgadas, tapizado específico, acceso y arranque sin llave, detector de objetos en ángulo muerto y en maniobras de marcha atrás, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, asientos delanteros térmicos, ajuste lumbar eléctrico, etc.
Entre las opciones incluidas en la unidad que ves en las fotos hay que señalar el Pack Advance Plus + Piel que añade los faros, pilotos y antinieblas por LEDs, tapizado en piel, sistema de sonido JBL y pintura bicolor), navegador y las llantas de aleación de diseño exclusivo. El precio recomendado arranca en los 28.990 € pero con descuentos se queda en los 25.600 € de partida. Si lo quieres como en las fotos habrá que abonar 31.270 €, un coste muy superior al de los posibles rivales.
MOTOR
La mecánica híbrida que utilizan los C-HR es la misma que emplean los últimos Prius. Combina un bloque de 1,8 litros en gasolina de ciclo Atkinson con 98 CV con otro eléctrico que desarrolla 72 CV, si bien la potencia total del conjunto se queda en los 122 CV. Los híbridos solo tienen tracción al eje delantero y la transmisión es automática de tipo CVT.
En general las prestaciones del C-HR son correctas para una mayoría de usuarios y desplazamientos pero se nota bastante que no va sobrado cuando el coche va cargado o no hay batería, resultando algo perezoso. Lo bueno es que la recarga se consigue de manera rápida y no se eterniza en el intento. En cualquier caso si te quedas sin batería subiendo un puerto las prestaciones disminuirán considerablemente.
La caja de cambios automática de tipo CVT tampoco ayuda para que la conducción sea de lo más agradable. Es cierto que Toyota ha conseguido mejorar mucho su funcionamiento (hay un mundo respecto a la del Yaris) pero sigue siendo molesta en algunas situaciones en las que el vehículo se revoluciona en exceso sin que la ganancia en velocidad sea proporcional.
Precisamente la sonoridad es una de las cosas buenas y malas del C-HR- Es un coche que puede ser realmente silencioso y agradable (circulando en modo eléctrico o con el motor de gasolina girando a un régimen bajo) o también puede ser molesto y un incordio (en situaciones que requieren potencia sube mucho de revoluciones).
Los consumos obtenidos durante la prueba me han parecido contenidos. Lo normal es rondar entre los 5,0 y 6,0 L/100 en situación normal, algo más si se utiliza cargado. En ciudad el gasto se reduce al aprovechar al máximo el modo eléctrico mientras que en vías rápidas puede gastar unos 7,0 L/100 dependiendo del trazado. En general es un coche que gasta poco.
Ficha técnica
Version | 1.8 HSD |
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Cilindrada | 1.798cc |
Potencia | 122 CV en conjunto |
Par | 142 Nm /163 Nm (combustión/eléctrico) |
Peso | 1.455 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4360 / 1795 / 1555 |
Volumen Maletero | 377 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,0 seh |
Recuperación 80 a 120 km/h | 9,8 seg en D |
Velocidad máxima | 170 km/h |
Consumo homologado | 3,8 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 86 gr |
Precio de partida | Desde 25.600 € (Advance con descuentos) |
COMPORTAMIENTO
Para conductores tranquilos y que valoran el confort, el Toyota C-HR es un producto interesante. Gracias a una suspensión bien calibrada aísla bien de los baches y otras irregularidades sin que por ello la carrocería quede demasiado suelta al llegar las curvas o rotondas.
Lógicamente las llantas de aleación de 18 pulgadas montadas en la unidad de pruebas no ayudan a mejorar la filtración de ciertas irregularidades pero no responde en ningún caso con sequedad. En las plazas posteriores el confort es correcto, siendo la sensación de “agobio” por culpa de las ventanas pequeñas la única pega.
El tacto de la dirección me ha parecido bueno. Se nota a la perfección que es eléctrica pero permite un guiado claro y correcto en cualquier circunstancia, no pesando cuando toca realizar maniobras de estacionamiento. Y dicho esto, se agradecen los sensores y la cámara trasera cuando toca aparcar debido a unas formas de la carrocería complicadas.
En autovía el C-HR muestra un buen aplomo y transmite sensación de seguridad a velocidades legales e incluso un poco superiores. Si se quiere realizar una conducción deportiva pronto se verás las limitaciones del motor, con unas prestaciones que no darán para mucho más. Es recomendable controlar el nivel de carga para estimar la potencia disponible dado que no siempre responde igual.
El conductor tiene la opción de cambiar la forma de entrega del motor a través del selector de modos de conducción. En el Sport resulta todo más inmediato, da la sensación de tener más potencia y la dirección es algo más dura. En modo AUTO busca la eficiencia y en la medida de lo posible hace uso del bloque eléctrico exclusivamente. Para aumentar la carga en retenciones es posible situar la palanca en modo B, algo que casi te permite olvidarte de los frenos.
Me ha gustado mucho el sistema de iluminación del C-HR. Los faros Full LED opcionales tienen potencia y el sistema SmartBeam es cómodo, está bien calibrado y no comete demasiados errores. Esto es algo extensible al sensor de encendido de las luces, uno de los mejores que he probado. La alerta de cambio de carril me parece prescindible y el detector de objetos en ángulo muerto, muy interesante.
Consumos ajustados
Comportamiento noble
Plazas traseras oscuras
Precio algo elevado
Muy bien review. Gracias