Desde que Opel forma parte del Grupo PSA, estamos viendo toda una serie de cambios e influencias en la marca alemana que no están precisamente gustando a todos. Las últimas noticias que nos trae la compra de la compañía es que el conjunto galo pretende reducir considerablemente la red comercial de Opel, una noticia que el fabricante ya a comunicado a sus concesionarios en España. Concretamente, Opel ha mandado un preaviso de dos años en el que les comunica que va a cancelar su contrato de distribución.
A pesar de que las empresas que se dedican a la venta y posventa de los vehículos de la firma germana han recibido sólo un comunicado para anunciarles la decisión, las cartas de cancelación ya están en el horno y comenzarán a enviarse en los próximos días como consecuencia del plan estratégico PACE! de PSA, el cual busca mejorar la eficiencia en todas las áreas, entre ellas la comercial. Para ello se pretende implantar nuevos programas armonizados dentro del conjunto, mejorando así el rendimiento del área de ventas y la atención al cliente.
Pero lejos de ser una mala noticia para las empresas distribuidoras, desde la dirección de la compañía insisten en que sus concesionarios europeos seguirán siendo socios importantes para la marca y lo definen como un beneficioso plan para las mismas, ya que les permitirá manejar herramientas menos complejas y soportarán menores cargas administrativas, simplificando su sistema de trabajo para centrarse en las ventas y la atención al cliente.
PSA busca hacer algo parecido a lo que hizo Nissan hace unos años, relacionar el sistema de bonificaciones y premios a los distribuidores con los resultados en las operaciones de venta y de las investigaciones sobre la satisfacción de los clientes.
A fin de cerrar los acuerdos y discutir los términos, Opel invita a sus concesionarios a reunirse en un plazo de tres o cuatro meses para esclarecer sus necesidades y objetivos de futuro. En caso de llegar a un acuerdo, se les ofrecerá un nuevo contrato que entrará en vigor en 2020, tras finalizar el preaviso. Según dicen las malas lenguas, la intención real de PSA pasa por reducir en un tercio las concesiones de la Unión Europea -unas 1.500/1.600 empresas-, optando por crear superconcesionarios que tengan territorios más grandes y se hagan menos competencia entre ellos para ganar más y obtener unos márgenes superiores.