Puede acabar con el deportivo de tus sueños en la primera recta y su aspecto pasa ridículamente desapercibido

Si te digo que te gastes 39.757 euros en un coche de 28 años seguro que me dices que estoy loco, sin embargo, ¿y si te digo que este pequeño vehículo que fácilmente podría pasar desapercibido en la calle, puede batir a deportivos de millones de euros?

Sobre la económica base de un Chevrolet Sprint (basado en un Suzuki Cultus) a alguien se le ocurrió la idea de sustituir la mecánica gasolina tricilíndrica de 1.0 litros por un motor V8 con dos turbos asociado a una caja de cambios GM TH350 que convierte a este urbanita en un bicho realmente rápido.

Con nada menos que 954 CV registrados en banco de potencia, este pequeñajo es difícil de pilotar en carreteras reviradas pero es un auténtico misil en línea recta. No nos han sido facilitadas las cifras de aceleración pero todo apunta a cifras 0 a 100 km/h por debajo de los 2.4 segundos.

Para poder transferir tanta potencia al asfalto, la modificación cuenta con un nuevo eje trasero hecho a medida, y como no, unas impresionantes ruedas que calzan neumáticos de drag.

El modelo ha sido modificado completamente en el interior. Nuevo reparto de masas, el montaje de la mecánica en las plazas posteriores tras la supresión de las mismas y como, el completo “afeitado” de lo “no necesario”.

Como puedes ver, este Sprint de 1988 fue reconstruido profesionalmente desde cero en 2007. Como curiosidad, aunque respecta la estética retro, en la reconstrucción utilizaron de todo. Una nueva suspensión delantera MacPherson y frenos de camionetas Nissan, un diferencial de Ford, un motor de aluminio con lubricación por cárter seco y ojo, porque todo esto ha sido modificado, transformado o adaptado y el coche sigue siendo legal para circular por las calles de Estados Unidos.

Vía | Carscoops