En los últimos años estamos viviendo una auténtica batalla que enfrenta a los coches diésel y gasolina, un conflicto rodeado de polémica en el que los diésel han salido perdiendo. Mientras tanto el Gobierno ya los ha condenado, y además, planea prohibir la venta de cualquier vehículo de combustión para el año 2040. Ciudades como Madrid han diseñado nuevos protocolos y zonas de baja contaminación como Madrid Central, mientras que muchos se siguen preguntando… ¿Qué contamina más, un diésel o un gasolina?
Como consecuencia de la demonización del diésel se ha producido un efecto contrario al buscado, y es que tal y como demuestran los últimos estudios las emisiones de CO2 están aumentando en Europa después de años. Ya os hemos contado qué pasará si volvemos a la gasolina y dejamos de lado al diésel, además también de explicar por qué aún le queda mucha vida a este tipo de combustible, pero hoy vamos a resolver una de las cuestiones de mayor controversia.
¿Qué contamina más?
Para comenzar, antes de responder a esta pregunta dejar algo claro, los diésel antiguos no tienen nada que ver con los diésel modernos, que son tan limpios o más que un gasolina. Partiendo de esta base, hay que tener en cuenta que los actuales motores diésel que cumplen la normativa Euro 6 son más eficientes y no están lejos de los gasolina en partículas de NOx, rebajando en mucho las de CO2 que desde luego no hacen ningún bien al medio ambiente.
Un vehículo de combustión emite diferentes tipos de gases y partículas, aunque las más conocidas son las emisiones de CO2, que no afectan a nuestra salud pero sí al medio ambiente. Desde la Unión Europea acaban de fijar una reducción del 37,5% en las emisiones de CO2 en los coches nuevos para el 2030 y por primera vez los camiones también se verán afectados, con una reducción de hasta el 30% para el mismo año. Unos objetivos que los fabricantes ven «demasiado exigentes».
Según el estudio ‘Calidad del aire urbano, salud y tráfico rodado’ elaborado por el Institut de Ciènces de la Terra Jaume Almera del CSIC, «cuatro coches de gasolina emiten tantas partículas en suspensión como uno diésel«.
Además de CO2, los motores de combustión también producen emisiones de óxidos nitrosos, de partículas no quemadas, monóxido de carbono y de hidrocarburos, así como otros gases en pequeñas cantidades. Estamos hablando solo de los diésel más antiguos, ya que los modernos son mucho más eficientes gracias a un avanzado filtro de partículas que es capaz de eliminar hasta el 100% de las partículas no quemadas durante la combustión.
Cualquier motor de combustión genera algún tipo de emisiones, por eso, resulta interesante comparar las características de cada uno en relación a las emisiones de CO2, NOx (óxidos de nitrógeno) y PM o partículas en suspensión. Lo más importante a tener en cuenta son los gases contaminantes que no pueden eliminarse, como es el CO2.
- Un vehículo diésel actual genera una cantidad de 2/5 de CO2, frente a los 4/5 de un motor gasolina. El problema es que no existe ninguna tecnología de tratamiento que acabe con este gas de efecto invernadero, por lo que acaba siendo expulsado a la atmósfera y favoreciendo el calentamiento global.
- Los NOx (óxidos de nitrógeno) se producen como resultado de una combustión a alta temperatura y en una atmósfera rica en oxígeno. Aquí los diésel salen perdiendo, ya que generar hasta 4/5 de NOx frente a los 2/5 de un coche gasolina, los motores GNC y GLP también lo generan pero en cantidades mucho más pequeñas. A diferencia del CO2 estos sí pueden eliminarse, principalmente gracias a filtros de partículas y tecnologías como el AdBlue.
- Por último están las partículas o PM que surgen como resultado de un proceso de combustión en el que el combustible no tiene tiempo suficiente para mezclarse bien con el aire. No se trata de ninguna sustancia en concreto, sino un conjunto de partículas de todo tipo, sólidas o líquidas. Un vehículo diésel genera una cantidad de 4/5 de partículas, mientras que un gasolina tan solo 2/5. En los motores actuales ya existen filtros capaces de eliminarlas por completo.
Es evidente que todos los motores, sean diésel y gasolina, emiten gases contaminantes en mayor o en menor proporción, por eso la clave radica en la capacidad de cada motor de eliminarlos recurriendo a otras tecnologías. Sin embargo, las emisiones de CO2 no pueden eliminarse, al menos hoy en día no existe ningún sistema capaz de ello. Los motores que menos consumen emiten menos CO2, y por eso, los diésel son menos contaminantes en este aspecto.
Teniendo esto en cuenta podemos decir que un vehículo diésel moderno contamina menos que uno de gasolina moderno. El problema ha sido meter a todos los diésel en el mismo saco, y es que numerosas instituciones, ayuntamientos y medios de comunicación no han sabido diferenciar entre un coche diésel antiguo y uno moderno. Ahora la consecuencia que tendremos que pagar es un aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Aunque si llegados a este punto estás buscando otras alternativas al diésel y a la gasolina, también tienes un enorme abanico de posibilidades….
¿Qué alternativas hay a los diésel o gasolina?
Actualmente tienes multitud de opciones para decir adiós para siempre al diésel y la gasolina, desde vehículos eléctricos, de pila de hidrógeno, vehículos PZEV, híbridos, híbridos enchufables, GLP y GNC… Lo primero que debes hacer es plantearte cuáles son tus necesidades y hábitos de movilidad: desde los kilómetros que recorres cada año, la facilidad para instalar un punto de recarga de eléctrico y por supuesto, si realmente le compensa a tu bolsillo.
Puede resultar interesante que eches un vistazo a la comparativa que hemos realizado recientemente entre un vehículo gasolina, diésel y uno eléctrico. Si recorres grandes distancias al año, no hay ninguna duda de que el coche eléctrico no es la mejor opción, pero si eres un auténtico urbanita y buscas la pegatina CERO puedes echar un vistazo a la lista de los 7 vehículos eléctricos más asequibles y los 7 eléctricos de mayor autonomía del mercado.
Si viajas a menudo y estás buscando la pegatina ECO o unos consumos más ajustados siempre puedes apostar por un vehículo GLP o GNC, recientemente hemos puesto a prueba el nuevo Volkswagen Caddy de GNC y el resultado ha sido sorprendente. Opel también destaca por una completa gama de GLP formada por los ADAM, Corsa y Mokka, que junto con el compromiso de la red de AutoGas de Repsol resulta una opción a tener en cuenta.
Otra posibilidad es la de convertir tu coche a GNC/GLP para beneficiarte de la pegatina ECO, un proceso que puede costarnos entre los 1.800 y 3.000 euros en un taller autorizado. Además, si sigues teniendo dudas acerca del GLP y GNC puedes consultar nuestra guía en la que te contamos paso a paso todo lo que debes saber, sus ventajas e inconvenientes. Pero si después de todo decides olvidarte del coche en propiedad puedes apostar por el carsharing, el motosharing o incluso el popular patinete eléctrico.