El aceite del motor es el fluido encargado de mantener refrigeradas todas las piezas móviles que intervienen en el proceso de combustión y funcionamiento del motor de nuestro vehículo, de forma que, si falta aceite en el motor, el bloque se fundiría inevitablemente a los pocos segundos -se griparía- por falta de lubricación dadas las altas temperaturas de funcionamiento y los altos niveles de fricción entre piezas que se producen.
El aceite es el encargado de mantener el motor correctamente lubricado y en un rango de temperaturas óptimo para su funcionamiento. Por esta razón, es fundamental llevar a cabo un correcto mantenimiento y cambiar el aceite tras un kilometraje marcado por el fabricante del coche o, en su defecto, tras un año uso.
Igualmente, también es recomendable comprobar periódicamente el nivel de aceite en el motor y elegir el mejor aceite para nuestro coche. Esto debe complementarse con un correcto mantenimiento del filtro del aceite, que es el encargado de filtrar el lubricante y retirar de la circulación las partículas metálicas y las impurezas que se producen durante el funcionamiento de la mecánica.
Lo recomendable es cambiar el filtro del aceite a la vez que se cambia el aceite. Lo recomendable es hacerlo cada 10.000 o 15.000 kilómetros, dependiendo del tipo de aceite que utilicemos. Esto también depende en gran medida de los tipos de filtros de aceite, ya que unos aguantarán más kilómetros y resultarán más o menos efectivos.
En este otro vídeo Jason Fenske nos muestra las diferencias entre un aceite convencional y otro sintético después de un uso intensivo.
Hay veces que, por descuido o mero pasotismo, no cambiamos el aceite del motor cuando debemos, lo que puede tener graves consecuencias para la mecánica de nuestro coche y, por consiguiente, para nuestro bolsillo. Hoy Jason Fenske, de Engineering Explained, nos muestra exactamente lo que le sucede al aceite si lo dejamos en el motor durante demasiado tiempo.
La gran mayoría de los problemas que surgen por un uso prolongado del aceite del motor están relacionados con los aditivos que lleva el aceite, más que con el aceite en sí (recordemos que cada tipo de aceite tiene unas características específicas). Concretamente, Fenske hace referencia a siete aditivos que se van agotando con el tiempo y el uso:
- Los antioxidantes en el aceite reducen la oxidación, la principal causa de la degradación del aceite. Dejar el aceite en nuestro automóvil durante mucho tiempo implica que estos antioxidantes se descompongan y pierdan su efectividad.
- Los aditivos antidesgaste, como el zinc, que reaccionan con superficies rugosas para alisar el metal y reducir la fricción. Cuando el zinc se agota y se descompone con el paso del tiempo, el motor consume más aceite.
- Los detergentes están presentes en el aceite para evitar que se acumulen lodos. A medida que el aceite envejece, estos detergentes pierden su efectividad, permitiendo que se acumulen depósitos que bloquean los conductos del aceite dentro del motor.
- Los dispersantes son aditivos inteligentes que evitan que los depósitos se adhieran y causen bloqueos. Cuando cambiamos el aceite, lo oscuro que sale son los dispersantes. Cuando los dispersantes dejan de funcionar, se generan más depósitos y bloqueos.
- Los modificadores de viscosidad permiten que el aceite cambie su viscosidad a medida que cambia su temperatura. Con el uso, los modificadores comenzarán a separarse y fallar, de forma que el aceite no podrá cambiar la viscosidad a medida que se calienta y no es bueno para los puntos de contacto en el motor.
- Los depresores del punto de fluidez permiten que el aceite mantenga su capacidad de fluir en situaciones de baja temperatura, como el arranque del motor, donde ocurre la mayor parte del desgaste de la mecánica. Estos se descomponen a medida que el aceite envejece y, si el aceite no puede fluir cuando el motor arranca, hay contacto metal con metal, lo cual no es nada bueno.
- Los inhibidores deespuma evitan que se forme espuma en el cárter, causada por salpicaduras de componentes debajo del cilindro. Estos inhibidores pierden su efectividad con el tiempo, lo que significa que la espuma, si no se controla, puede acumularse y reducir la presión del aceite.
Y ahora bien, ¿en qué se traduce materialmente el desgaste y la desaparición de todos estos aditivos? Pues las principales consecuencias de no cambiar el aceite son:
- Un desgaste prematuro del motor. Le estás quitando años de vida al motor de tu coche.
- Aparición de ruidos debido a la falta de lubricación del motor, como sonidos metálicos de los taqués y de otras piezas de metal.
- El filtro del aceite se acabará taponando debido a la acumulación de suciedad
- Roturas de los casquillos de biela, que necesitan el aceite para disminuir al máximo su rozamiento.
- Arqueos de levas (y es algo bastante grave).
- El gripado o rotura del motor.
Como puedes ver, todas las averías mencionadas son bastante graves y costosas, así que si has estado posponiendo el cambio de aceite en tu coche, te sugerimos hacerlo lo antes posible. Salvo que tengas que cambiarle el aceite a un Bugatti Veyron, te saldrá más barato el cambio de aceite que la avería (aunque el mantenimiento de un Veyron tampoco es que sea barato).