A menudo los fabricantes nos sorprenden con declaraciones o afirmaciones y aunque cuesta creerlo, recientemente Daimler ha hecho una que nos ha dejado un poco asombrados. Según Daimler, el primer camión de la historia lo construyeron ellos en 1896.
Según el fabricante, el pragmatismo estuvo detrás del diseño del primer camión del mundo, que parecía un carro con motor y sin barra de tracción. El motor, llamado «Phoenix», era un motor de dos cilindros y 1.06 litros que desarrollaba 4CV de potencia y los enviaba al eje trasero. Al ser un motor sensible a las vibraciones, Daimler instaló dos muelles helicoidales para proteger el motor y es que el vehículo rodaba sobre ruedas de hierro.
El conductor se sentaba en la parte frontal como si fuera un carruaje mientras que el motor estaba situado en la parte posterior. Esta mecánica movía al primitivo camión con un consumo medio de unos seis litros a los 100 km.
La transmisión por correa enviaba la potencia desde el motor a un eje montado transversalmente al eje longitudinal del vehículo, ambos extremos estaban equipados con un piñón. Cada diente de este piñón se engranó con los dientes internos de una corona dentada que estaba firmemente conectada con la rueda. Así han funcionado los ejes planetarios de los camiones Mercedes-Benz hasta la actual serie Arocs.
En 1898, Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach cambiaron el motor Phoenix de dos cilindros del vehículo que había estado ubicado en la parte trasera, a una posición debajo del asiento del conductor, con la transmisión por correa de cuatro velocidades también en funcionamiento.
Esta solución aún dejaba bastante que desear y ese mismo año, se le dio al camión la cara que lo distinguía claramente del automóvil y debía allanar el camino hacia una producción y carga útil cada vez mayores: el motor se colocó justo en la parte delantera, frente al eje delantero.
El comprador del primer camión vino llegaba desde Inglaterra, el país de la industrialización y el vapor.
La segunda generación de camiones Daimler fabricados entre 1899 y 1903 contaba con una nueva carta de presentación, con una carga útil de entre 1,25 y 5 toneladas y con motores de dos y cuatro cilindros que iban de los 4 los 12 CV de potencia.
En 1905 la gama comprendía furgonetas y camiones ligeros con tres clases de carga útil de 500 kg, 1000 kg y 1500 kg propulsados por motores de dos cilindros que iban de los 8 a los 16 CV. Los motores de cuatro cilindros contaban con potencias que iban de los 16 a los 35 CV.