Reducir o acabar con los excesos de velocidad es una de las materias pendientes de la DGT. Campaña tras campaña y año tras año nos insiste una y otra a vez en que es una de las principales causas de accidentes a la par de uno de los factores que más eleva la mortalidad en caso de accidente.
Primero llegaron los radares fijos, luego los móviles y a continuación los helicópteros, los radares de tramo y mucho más, sin embargo, la picaresca siempre ha hecho que muchos conductores se escapen de ser sancionados y sigan conduciendo por encima de los límites máximos permitidos por la ley.
Ahora, llegan lo que se ha bautizado como «radares en cascada«, una iniciativa que empezó a usarse en Navarra la pasada Semana Santa y que dio buen resultado tanto a nivel concienciación como a nivel recaudación. Al parecer, en la Comunidad Foral tuvieron la idea de colocar radares móviles justo unos kilómetros después de los radares fijos.
Con esto pretendía cazar a los cientos de conductores que vemos a diario en las carreteras frenando en los pórticos o ante los radares fijos o de tramo y que justo después, tras pasar este punto fijo de verificación de la velocidad, vuelven a pisar el acelerador y a circular por encima del límite preestablecido.
Este mismo sistema también ha debutado con varios radares móviles asociados a varios dispositivos de notificación. La idea es que los infractores sientan que hay un control efectivo de la velocidad, no se confíen y reciban la notificación de la sanción en el acto y de esta forma haya una acción y una repercusión en un corto periodo de tiempo.
En Navarra también han experimentado con un sistema de radares en cascada compuesto por un radar móvil oculto, una patrulla de notificación a escasos metros y pocos kilómetros después, otro radar móvil con otra patrulla de notificación ubicada a escasos metros.
Esta idea parece que ha calado hondo en la DGT que ya ha anunciado que la aplicará en las próximas festividades, cuando se produzca un mayor índice de desplazamientos.
Fuente | Navarra.com