Hace unos días os hablábamos levemente del Range Rover Sport SVR, el SUV más rápido en Nürburgring y alguno de vosotros dijisteis que era un SUV y que era inútil al igual que la gran mayoría de esta clase de vehículos sin embargo, hoy os vamos a hablar más en profundidad del modelo que más que un SUV podríamos catalogarlo como un deportivo, ahora veréis cuales son los motivos…
El Motor del Range Rover Sport SVR
Para empezar, el modelo monta bajo el capó un motor V8 de 5.0 litros sobrealimentado realizado completamente en aluminio y cuyas camisas de los cilindros, en hierro fundido, y tapas de los cojinetes principales, de pernos cruzados, proporcionan una combinación de robustez, rendimiento y refinamiento sin igual.
Este motor desarrolla 550 cv y 680 Nm de par y va asociado a una transmisión automática de 8 velocidades ZF 8HP70 que transfiere la potencia al sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Gracias a este bloque el modelo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 4,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 260 km/h limitada electrónicamente.
Los ingenieros de Special Vehicle Operations de Land Rover han optimizado minuciosamente el sistema de gestión electrónica de Bosch y recalibrado la válvula electrónica del compresor para aumentar la presión de alimentación máxima cuando se solicita el máximo rendimiento del propulsor, manteniendo al mismo tiempo la excepcional flexibilidad del motor V8 que proporciona una asombrosa versatilidad todoterreno y una aceleración sin esfuerzo en cualquier circunstancia.
Unas entradas de aire en el parachoques frontal de mayor tamaño aumentan el flujo de aire a los dos intercambiadores de calor, lo que reduce la temperatura del aire presurizado generado por el compresor antes de su acceso al motor para mantener un excelente rendimiento incluso en condiciones extremas.
El consumo de combustible y las emisiones de CO2 del SVR no se ven afectados: 12,8 l/100 km y 325 g/km.
Una caja de cambios a la altura
La transmisión automática ZF 8HP70 de 8 velocidades del Range Rover Sport SVR ha sido optimizada para ofrecer un mayor rendimiento. Junto a los neumáticos opcionales de 22″ Continental SportContact, la configuración revisada del chasis y un sólido sistema de tracción a las cuatro ruedas, la transmisión recibe además un incremento de la entrega de par en sus relaciones más cortas para conseguir un impresionante tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 4,7 segundos.
Los tiempos de cambio de marcha se han reducido hasta en un 50% gracias a una interrupción del suministro del combustible extremadamente rápida y precisa al cambiar a una marcha superior, lo que permite que los cambios sean más rápidos.
La gestión de la transmisión supervisa la conducción y monitoriza las fases de aceleración y frenada, las fuerzas laterales en curva, las solicitudes del conductor e incluso el grado de inclinación del terreno antes de elegir uno de los 25 programas predeterminados para adaptarse a la perfección al comportamiento del conductor y las condiciones de la carretera.
Para garantizar que el Range Rover Sport SVR no sufra ninguna pérdida de estabilidad, el sistema de gestión electrónica aumenta el régimen del propulsor automáticamente en las reducciones de marcha más contundentes con el fin de suavizar la transición entre ellas.
Cuando el sistema detecta que el vehículo se halla trazando una curva, la transmisión mantiene la misma relación de cambio a lo largo de todo el viraje para garantizar una excelente estabilidad al tiempo que también garantiza una respuesta óptima cuando el conductor acelera de nuevo a la salida de la curva.
Del mismo modo, la transmisión reconoce cuando se trata de una maniobra de adelantamiento y mantiene la relación más corta posible para asegurar una aceleración instantánea que garantice la máxima seguridad y emoción en la conducción.
Esta respuesta dinámica no disminuye el refinamiento del Range Rover Sport, líder en su clase: el convertidor de par de la transmisión ZF de ocho velocidades garantiza la máxima suavidad en la primera marcha, mientras a partir de la segunda un embrague bloquea el mecanismo para conseguir un vínculo directo entre la transmisión y las ruedas motrices y proporcionar una sensación de conducción mucho más activa para el conductor.
La transmisión se puede controlar bien desde las levas situadas en el volante o desde la palanca de cambios.
El modelo está equipado con tracción a las cuatro ruedas permanente, una caja transfer de dos relaciones y un reparto de par motor entre ambos ejes al 50%.
Con la ayuda de un embrague multidisco alojado en el diferencial central que distribuye el par entre los ejes delantero y trasero de manera electrónica, se asegura la tracción más adecuada sin importar la superficie sobre la que se circule. Los sofisticados sistemas de control electrónico contribuyen a mejorar aún más la característica capacidad de Land Rover y en condiciones extremas puede canalizar hasta el 100% del par a cualquiera de los ejes.
Para optimizar aún más la tracción y la estabilidad, se ha recalibrado el bloqueo del diferencial trasero activo del SVR. El diferencial ahora se bloquea antes y en mayor medida para obtener un mayor rendimiento y asegurar que el par se transfiera a la rueda trasera con la mayor tracción, aumentando la agilidad.
El SVR utiliza el sistema de frenos del vehículo para imitar el efecto de un diferencial de control de reparto del par en curva, equilibrando constantemente la distribución de par del motor entre las cuatro ruedas en las curvas para conseguir un mejor agarre y dirección y reducir el subviraje.
Melodía a cualquier régimen
El modelo está equipado con un sistema de escape activo de dos etapas con válvulas controladas electrónicamente. El sistema optimiza la calidad del sonido, el rendimiento y la estética del modelo.
El nuevo sistema de escape incorpora secciones con un mayor diámetro, 60 mm frente a los 55 mm del V8 sobrealimentado, para mejorar el flujo de los gases de escape.
Su sonido deriva del de la competición y se caracteriza por un pulso modulado y contundente en el inicio de la aceleración que se combina con un abrumador sonido que aumenta su frecuencia a medida que se desata la potencia.
A diferencia de las válvulas pasivas, las válvulas activas controladas electrónicamente realizan la función crucial de eliminar en gran medida el ruido del flujo de escape, permitiendo que el sonido del motor sea puro incluso al alcanzar las máximas revoluciones del motor.
A bajo régimen, las válvulas controladas electrónicamente cierran dos de los tubos de escape para un nivel de refinamiento extremo. A medida que aumenta la velocidad del motor y la carga, generalmente alrededor de 3.000 rpm, las válvulas se abren para permitir un mayor flujo a través de los cuatro tubos de escape y aumentar así el volumen y la calidad de la acústica sin introducir un cambio brusco de carácter. Un amplificador enriquece aún más la calidad de sonido, permitiendo el paso del sonido de la admisión al habitáculo.
El conductor puede seleccionar un modo silencioso independientemente de la velocidad del motor para mayor nivel de refinamiento.
El nuevo sistema de escape permite el vadeo de 850 mm
Mejorando las cualidades y la maniobrabilidad de un SUV
El SVR cuenta con un chasis que proporciona un mayor control de la carrocería, velocidades de paso por curva más elevadas y una mayor conexión con la carretera. De hecho, el pico de fuerza G en las curvas ha aumentado de 1,1G en el V8 sobrealimentado a 1,3G.
Los ingenieros han montado una suspensión totalmente independiente y neumática que cuenta con componentes de aluminio ligero e incorpora dos trapecios en la parte delantera con un amplio espacio de separación entre ambos y un avanzado diseño multibrazo en la parte trasera que permiten un elevado aislamiento de las irregularidades del terreno que será revisado 500 veces por segundo para ajustar la fuera de la amortiguación.
Los elementos elásticos de la subestructura de la suspensión trasera mejoran su rigidez en un 20%, mientras que la altura de la carrocería permanece inalterada, con un intervalo de ajuste de 185 milímetros entre el modo de acceso y la altura todoterreno. El recorrido de la suspensión también sigue siendo idéntico, con un movimiento, líder en su clase, de 260 mm en la parte delantera y 272 m en la parte trasera.
Control Antivuelco Activo para tomar las curvas de forma más rápida y segura
El Control Antivuelco Activo trabaja junto con los amortiguadores neumáticos mejorados y el sistema Active Dynamics que ajusta constantemente la amortiguación del vehículo.
En lugar de las barras antivuelco tradicionales, el Control Antivuelco Activo emplea actuadores accionados por una bomba hidráulica para mantener el balanceo de la carrocería en un punto óptimo, adaptándose a sus aceleraciones hasta 1.000 veces por segundo. En comparación con los sistemas que ofrecen un único actuador, el Control Antivuelco Activo utiliza dos actuadores para responder de forma independiente al balanceo lateral de cada eje, proporcionando una precisión aún mayor.
Cuando su sistema de gestión electrónica detecta el balanceo del vehículo, el Control Antivuelco Activo proporciona un par contrario que mantiene la estabilidad de la carrocería para un mayor disfrute y control del conductor.
El modelo se producirá de forma paralela a los actuales modelos y se venderá a través de la red oficial de concesionarios Land Rover.
Y la fiabilidad?