Renault tiene un completo plan de expansión que está llevando muy al día y muy al céntimo.
Hoy hemos sabido que el Grupo Renault a través de Ampere, ampliará su gama de baterías para incluir la tecnología LFP (litio-ferrofosfato) junto a la NMC (níquel, manganeso y cobalto).
Desde la marca nos comentan que han trabajado codo con codo con sus proveedores LG Energy Solution y CATL para establecer una cadena de valor integrada en el continente europeo.
Estos dos socios suministrarán baterías LFP para varios modelos de las gamas Renault y Alpine, cubriendo así las necesidades de baterías hasta 2030.
En el caso de LG Energy Solution se ha trabajado duro para desarrollar una tecnología «Cell-to-pack». Esta importante innovación, una primicia mundial para las baterías de tipo pouch, permite aumentar la autonomía de los vehículos equipados con LFP al integrar más celdas, y por tanto más energía en un espacio determinado. La tecnología «Cell-to-pack» también reduce el coste de la batería.
La integración de las tecnologías LFP y “Cell-to-pack” permitirá reducir el coste de las baterías de sus vehículos en torno a un 20% a partir de principios de 2026.
Los progresos de la tecnología LFP en los últimos años y el desarrollo de la cadena de valor en Europa la convierten en una alternativa real al NMC. Al consumir menos energía que la NCM, se adapta perfectamente a determinadas aplicaciones, en particular a los coches pequeños y medianos. Al ser menos costosa, se está convirtiendo en una parte importante de la ecuación económica para los vehículos eléctricos asequibles y su democratización en Europa.
Baterías LFP en modelos Renault a partir de 2026
Estas tecnologías se instalarán en los vehículos en un tiempo récord: los primeros modelos Renault estarán equipados con baterías LFP a partir de principios de 2026.
Los fabricantes de automóviles también están reelaborando algunas de sus estrategias eléctricas debido a la lentísima penetración de esta tecnología en el mercado..
Esto abarca desde el acuerdo de Volkswagen con Rivian, que otorga acceso a tecnología avanzada de software y baterías, hasta el cambio de rumbo en los proyectos de baterías.
Las empresas están considerando dar un giro para fabricar baterías mucho más baratas a la luz de la desaceleración de la demanda. A esto hay que sumar las alianzas estratégicas en materia de desarrollo de producto y software.