¡Qué ocurrencia! O mejor dicho: ¡Qué carrusel para semejante altura! Cualquiera de las dos sentencias valen, que el
amante y devoto de la Fórmula 1 asentará con la cabeza. Si pensaste que un motor V10 de Fórmula 1 no podía tener
cabida en un monovolumen, ya te avanzamos que la tuvo, y la tuvo en 1994 cuando Renault Motorsport, alto
protagonista en la escena mediática, se unió con Matra y creo el Renault Espace F1. No se comercializó, no peinéis los buscadores: esta versión es un “concept car”.
Como si de casualidad se tratara, el Salón de París de 1994 fue la ocasión perfecta para presentarlo. La marca concibió
este proyecto para celebrar el décimo cumpleaños del Espace, que por aquel entonces andaba por su segunda
generación y había sumado ya muy buenas cifras de ventas.
Su enorme alerón trasero, su ínfima altura al suelo y su carrocería bicolor es lo que, en términos generales, más habrá
llamado tu atención. Sus características constructivas se basan en un bastidor de aluminio en forma de panal, envuelto
con una carrocería de fibra de carbono con sinuosas formas dinámicas. Y es que este prototipo vino al mundo no solo
para impresionar sino para mostrar de qué son capaces los franceses.
Una suerte de kit de carrocería completaba su aspecto exterior: parachoques deportivos, retrovisores aerodinámicos y dos enormes salidas de aire en ambos costados, ideal para marcar una silueta robusta y musculosa.
Su tren de rodaje equipa unas llantas semicarenadas de 18’’ con neumáticos “slick”, cual fórmula 1, y un equipo de
frenos carbocerámicos eran capaces de reducir el coche de 300km/h a 70km/h con tan solo 80m. Un sistema de
suspensión, más duro que el de serie, como es de esperar, se conjugaba con innumerables refuerzos de chasis para un
mayor aplomo en curva.
En su parte interior, el Espace F1 brinda cuatro selectos baquet constituidos con fibra de carbono, eliminando
obviamente la tercera fila de asientos. Dos para el conductor y acompañante y dos más para las plazas traseras, que
custodiaban además, a un palmo del ocupante, la joya de la corona: un motor V10 de Fórmula 1 montado también en el
Williams-Renault FW15C del 93.
El V10 de este prototipo, situado en la zona central, cubicaba 3,5l de cilindra y daba vida y tracción a las ruedas
traseras. Sus 800 CV y 705 Nm de par eran sintetizados por una caja secuencial de seis relaciones, logrando así un 0 a
100 km/h con 2,85s y una velocidad máxima de 312 km/h. ¿Sabes quién hizo su puesta a punto? Nada más y nada
menos que los pilotos Alain Prost y Eric Bernard, hoy día ya retirados.
Del Espace F1 hoy se conservan las únicas dos unidades producidas: una de ellas se alberga en el museo Matra, en
Romorantín, mientras que la segunda la puedes encontrar en Flins, en la colección de Renault, aunque con ligeros
cambios con respeto a la otra ¿Habrá otro Espace F1 entre los planes de Renault? Las voces expertas apuntan que no,
aunque si te quedas con ganas puedes dar rienda suelta a tu imaginación.
Artículo de Joan Bassa Moragues