En Renault han estado moviéndose sobre aguas turbulentas en las últimas semanas y es además entendible. Las sansaciones impuestas a Rusia requerían de una acción más fuerte por parte de la marca para evitar ser vista negativamente pero al tiempo ese mismo mercado supone un 10% de su facturación mundial. Todo muy complicado.
Con la invasión de Rusia a Ucrania el sector del automóvil vuelve a vivir malos momentos tanto por lo que supone perder o paralizar instalaciones en un país con 1,5 millones de unidades vendidas –más datos– más las que se puedan rascar en países de la región (hasta ahora dado que muy posiblemente esa cifra se divida en cuatro o cinco veces) como por la falta de componentes producidos en esos dos países.
En Renault han ido dando bandazos las últimas semanas, produciendo aquellas cosas que podían en Rusia con las piezas disponibles pero al final han tenido que tomar decisiones más importantes y la marca ha optado por paralizar sus instalaciones de Moscú desde la que salen los Kaptur, Arkana, Duster y Terrano.
Además de parar en Moscú, la planta de Togliatti que se encarga de producir los Granta, Vesta, XRay, Sandero y Logan entre otros también terminará apagando las maquinarias para cumplir con las sanciones. En Lada ya habían anunciado un nuevo paro debido a la falta de piezas tan habituales como el sistema de frenado ABS que suministra Bosch y que ya ha indicado no podrá suministrar por las sanciones.
Renault ha movido ficha después de que el Presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, entrase en directo en el Parlamento de Francia y solicitase la salida de grandes marcas francesas como Renault, Auchan (Alcampo) o Leroy Merlin. Todas ellas parecen estar dispuestas a paralizar su actividad.
De todos modos en Renault son conscientes de que los ciudadanos rusos no tienen la culpa de todo esto, anunciando que cumplirán con los más de 45.000 empleados que poseen en el país. Renault también ha asumido que tendrá que rehacer los números previstos para 2022 y todo parece indicar que perderán un buen pellizco aunque lo asumen.
Tanto las plantas de Togliatti como la de Izhevsk han ido cerrando y abriendo en función de las piezas. Ya sabemos que el comité de empresa ha emplazado a tres semanas de vacaciones a todos los trabajadores el próximo mes de abril para poder recuperar en ese tiempo parte del material necesario para reactivar la producción.
¿Y Lada? Pues corre peligro en estos momentos y podría ser vendida por parte de Renault que actualmente posee el 67,6% de las acciones. El problema está en que una venta al Gobierno de Rusia no interesa si el pago se hace en rublos y, de no hacer las cosas, ya había amenaza de nacionalización que les dejaría sin nada. Eso sí, Lada vive actualmente de las entrañas de Renauly tendría que reinventarse en tiempo récord para no perder su liderazgo.
Por todas estas cosas, son Hyundai y Kia las que ganan sin problemas de ningún tipo (pueden producir y vender aunque a precios mucho más altos que antes) y esquivando las sanciones gracias a los acuerdos obtenidos entre Corea del Sur y Estados Unidos.