En una semana, del pasado 2 de junio al 8, los agentes de tráfico de la Guardia Civil han denunciado a casi 2.500 conductores por conducir bajo los efectos del alcohol y/o drogas.
Los agentes realizaron 1.059 pruebas salivales para la detección de drogas en el organismo, de las cuales 358 dieron positivo (un 34% de los conductores). A estos infractores se les abrió un expediente sancionador por vía administrativa y concretamente 3 de estos individuos fueron puestos a disposición judicial.
En esta pasada campaña se han multiplicado por cinco los test de saliva como bien anunció la DGT hace unas semanas. Este incremento de pruebas se debe al alto porcentaje de conductores que conducen tras consumir drogas y alcohol. Y las pruebas seguirán aumentando.
Si hablamos de consumo de alcohol, se han realizado 207.829 pruebas y de estas 2.078 conductores dieron positivo, de ellos, 1.870 detectados en controles preventivos, 177 tras haber cometido una infracción, otros 75 por estar implicado en un accidente y 16 más por presentar síntomas evidentes.
De los 2.078 conductores que dieron positivo, a 1.750 se les ha abierto expediente sancionador por vía administrativa, mientras que a los 328 restantes se les han instruido diligencias para su posterior traslado a la autoridad judicial por superar la tasa de 0,60 mg/l en aire espirado. Los 17 conductores que se negaron a realizar las pruebas fueron puestos a disposición judicial.
Si conduces tras haber bebido, la sanción será de 500 euros. La cifra cambia a 1.000 euros si el conductor es reincidente o si ha superado el doble de la tasa permitida.