El Jeep Willys empezó a mostrar su versatilidad y sus cualidades off road hace 80 años. La historia de Jeep se remonta a 1938, año en el que comienza a planificarse cómo sería esta nueva marca de automóviles. Sin embargo, no fue hasta 1941 cuando Ford y Willys-Overland comenzaron a fabricar vehículos Jeep en sus fábricas de Ohio, Estados Unidos.
A comienzos de la década de los años ’40, el Ejército de los Estados Unidos pidió a los fabricantes de vehículos estadounidenses que presentaran ofertas de vehículos que pudieran con todo, con unas características muy particulares y que pudieran materializarse en sólo 49 días.
Sólo la American Bantam Car Company y Willys-Overland fueron capaces de cumplir con la propuesta. El primer automóvil 4×4 producido en masa, el Jeep Willys, pondría la funcionalidad y la polivalencia por encima de todo. Era un vehículo descubierto de cinco plazas, sin puertas, con parabrisas abatible. Su motor de 2.197 cm3 con cuatro cilindros en línea desarrollaba 60 CV.
A modo anecdótico, hay que señalar que existen diversas teorías acerca de los orígenes de la denominación Jeep, siendo la más aceptada la procedente de las historietas de Popeye el marino de 1930, donde aparecía ‘Eugene the Jeep’, una especie de perro amarillo con poderes. Los soldados estadounidenses atribuían esos poderes al Jeep durante la II GM.
Del Jeep Willys al Wrangler
Tras jugar un poco sucio, Willys fue la ganadora del “concurso”. Nació así el MB en 1941, del que vieron la luz un total de 650.000 unidades durante la II Guerra Mundial. Las unidades producidas durante la contienda se suministraron al Ejército de los Estados Unidos, a razón de 145 vehículos por regimiento de Infantería.
También a sus aliados británicos y soviéticos, quienes fabricaron además una versión propia, el GAZ-46. Además de trasladar soldados con rapidez de un lado a otro, llegó a utilizarse como vehículo de mando, ambulancia, unidad de exploración o de asalto, soporte de lanzacohetes y morteros, camión de bomberos en los portaaviones, remolque de piezas de artillería, locomotora…
Al finalizar la contienda, Willys adaptó el Jeep a un uso civil en 1946, naciendo así el CJ-2A –Civil Jeep 2ª-. Sumaba a las prestaciones del modelo bélico un espacio de carga trasero, remolque y techo de tela, aunque mantenía su espíritu espartano. Sólo se comercializaba con asiento del conductor y retrovisor lateral de serie.
Elementos como el asiento del pasajero, el cabestrante, el limpiaparabrisas o las luces traseras estaban disponibles como opción. Del caqui militar se pasó a combinaciones de colores vivos como el verde brillante, el amarillo o el rojo. En total, se vendieron 1,5 millones de las diversas generaciones del “Jeep Civil” entre 1945 y 1986.
Al año siguiente, llegó al mercado el Jeep Wrangler, heredero del espíritu y la versatilidad del modelo original. Actualmente, el icónico Jeep Wrangler ha evolucionado entrando en el mundo de la electrificación. De esta forma, la legendaria tracción total de Jeep se alía con la nueva propulsión eléctrica para ofrecer un nuevo concepto de movilidad.
La segunda etapa de la historia de Jeep
En 1950 Jeep se registró como marca comercial internacional y en 1953 Willys-Overland fue adquirida por Kaiser Motors, empresa que pasó a denominarse Kaiser Jeep. En la década de los ’70, la producción pasó a manos de American Motor AMC, una compañía que tiempo después quedó bajo el control de Renault.
Posteriormente, la marca se convirtió en una división de FCA US LLC, una subsidiaria del grupo automovilístico Fiat Chrysler Automobiles gracias a que Chrysler Corporation adquirió American Motors a Renault en 1987. En la actualidad, la marca pertenece al conjunto de 14 marcas que forman Stellantis.
En su gama actual de productos podemos encontrar desde todocaminos compactos como el Jeep Renegade o el Jeep Compass hasta todoterrenos de pura cepa como el mítico Wrangler o el pick up Gladiator. El modelo más barato y vendido de la gama es el Compass. El más caro de todos es el Wrangler Rubicon.