No es ningún secreto que la industria del automóvil europea está atravesando un momento crítico. Mientras que el sector automoción chino parece brillar con luz propia, con todo un aluvión de marcas y modelos aterrizando en Europa, el del Viejo Continente no hace más que tambalearse. Lo que parecía un año de transición, tiene pinta de acabar en estancamiento.
La debilidad de la demanda de nuevos vehículos, especialmente en algunos mercados clave como China; sumado a las malas cifras del coche eléctrico, que ha hecho a muchos fabricantes replantearse su estrategia, se están reflejando en unas cifras cuanto menos preocupantes. Todo ello, sumado a algunos problemas específicos, también está haciendo que veamos grandes caídas en bolsa.
Un vistazo a las últimas noticias de la industria del automóvil europea
Si bien hemos hablado estas últimas semanas de algunas de las nubes negras que sobrevuelan al sector en profundidad, hoy queremos hacer un breve recopilatorio de los principales problemas del sector para puedas tener una visión general de cómo está el panorama. La vuelta de vacaciones estuvo marcada por unos resultados semestrales bastante decepcionantes, sobre todo, en China.
A mediados de septiembre, BMW fue protagonista por llamar a revisión a 1,5 millones de vehículos debido a un problema en los sistemas de frenos que le provee Continental. Los modelos afectados son representativos de casi el 60% de la producción anual de la firma bávara. Esto, unido a la debilidad de ventas en China, hizo a la compañía anunciar una nueva guía de beneficios para 2024.
Concretamente, anticiparon una ligera caída en las ventas, pero una caída significativa en el beneficio antes de impuestos. Estas noticias decepcionaron seriamente a los inversores. Y de Bavaria nos vamos a la Baja Sajonia, donde Volkswagen cobra protagonismo. Su situación financiera les ha llevado a anunciar recortes de personal y una profunda reestructuración que podría incluir el cierre de plantas.
La primera en dar la voz de alerta en el Grupo fue Audi, quien anunció que planeaba cerrar la planta belga donde se produce el Audi Q8 e-tron. El propio Oliver Blume, director general del Grupo VAG, señalaba hace unas semanas que «la industria automovilística europea se encuentra en una situación muy exigente y grave. El entorno económico se ha vuelto aún más difícil y están entrando nuevos competidores en el mercado europeo«.
Añadía además que, «Alemania, en particular, como lugar de producción, se está quedando aún más atrás en términos de competitividad«. Otro ejemplo de ello es Mercedes-Benz, quien hace un par de semanas lanzó una advertencia de beneficios por la debilidad de sus ventas en China. Un problema del que también adolece Porsche y que llevó a ambas firmas a caer abultadamente en bolsa.
Tanto Volkswagen como Aston Martin también han ajustado a la baja sus previsiones (profit warning) recientemente. La firma británica ha anunciado este lunes que espera unos volúmenes mayoristas y un EBITDA ajustado «por debajo de las expectativas actuales del mercado» para el tercer trimestre de 2024 y para el resto del año. Esto se debe a la disminución de las ventas en China y las interrupciones en la cadena de suministro.
Pone la guinda del pastel Stellantis, cuyos trabajadores metalúrgicos en Italia irán a la huelga el 18 de octubre por la caída de la producción. Si bien el gigante automovilístico se comprometió a fabricar más de 1 millón de vehículos al año en Italia para finales de la década, la realidad es que las cifras de producción no han hecho más que disminuir. Incluso se ha parado la producción del Fiat 500.
A estas malas noticias hemos de sumarle el hecho de que las ventas del Grupo cayeron en el primer semestre en la mayoría de las regiones en las que operan. Por ejemplo, Alfa Romeo ha reducido drásticamente la oferta de modelos disponible en los Estados Unidos debido a los malos datos. Además, Stellantis ha anunciado hoy mismo un recorte a la baja sus previsiones.
Para mayor inri, un grupo de accionistas ha demandado a Stellantis por inflar el valor de sus acciones.
Según indica la compañía en un comunicado, esta revisión de las previsiones trata de reflejar sus decisiones de «ampliar significativamente» las «medidas de corrección» de los «problemas de rendimiento» en Norteamérica, así como del ya mencionado empeoramiento de la dinámica global de la industria automovilística. Todo apunta a que Carlos Tavares no seguirá como CEO más allá de 2026.