Tras haberos hablado de videojuegos muy realistas y recomendables como F1 2019 o Dirt Rally, Codemasters vuelve al género automovilístico con GRID, un juego que prometía una auténtica aventura arcade sobre el asfalto y que pretendía repetir el éxito de 2008.
Si tienes miedo porque los simuladores no se te dan bien, tranquilo, has de saber que en GIRD, un mal giro, un mal derrape o un pequeño impacto no van a arruinarte la carrera ya que tomar la primera posición incluso desde el último puesto es relativamente viable.
A diferencia de otros títulos en los que se recrea el hecho de ser el mejor piloto y cómo serlo, en GRID se nos permite disfrutar la fantasía de ser un piloto de carreras en lugar de recrear la realidad que hay detrás de una carrera, de la trayectoria de un piloto o de la competición en general.
Sinceramente creo que GRID es una promesa parcialmente cumplida. Sí, es emocionante pero la IA es extremadamente agresiva y ocasionalmente desquiciada. Harán lo que puedan para no cederte ni un milímetro y es en este punto donde se le resta mucha credibilidad al título. ¿De verdad no tienen nada que perder?
GRID nos lleva directamente y sin edulcorantes al modo de carrera en el que encontraremos cuatro categorías principales, que incluyen turismos, stock cars y una categoría de superdeportivo de la marca «Fernando Alonso», cada una de las cuales tiene catorce eventos y entre cuarenta y cincuenta carreras.
A todos estos encuentros se le agregan el doble de encuentros que nos permiten competir durante horas y más horas con vehículos de toda clase, desde compactos picantones hasta superdeporitvos y es que si algo hay que subrayar y aplaudir en GRID es la inmensa diversidad, porque esta diversidad parece infinita.
El juego nos permite una y otra vez ir saltando y cambiando entre las diferentes categorías en las que tendremos una gran diversidad de ubicaciones y condiciones de carrera.
Los primeros eventos de Touring Car evocan recuerdos agradables de los juegos de TOCA de finales de los noventa, mientras navegas por Silverstone y Brands Hatch bajo el cielo gris. Desde aquí, puedes subirte a un muscle car y recorrer los elegantes arcos de la carretera Crescent Valley, o dirigirte a la opulenta categoría GT y rodar a toda velocidad con un Porsche 911 por el puerto de La Habana.
Respecto a las ubicaciones, cabe subrayar la presencia de dos de ellas. Por un lado hay que destacar la presencia de Barcelona cuyas calles han sido recreadas con minucioso detalle, lo que te permite correr a lo largo de la costa pasando el Monumento a Colón, o por las estrechas calles de su centro.
A pesar de lo completa que es Barcelona, la atracción principal la encontraremos en Shanghai y su bosque de neones. Sin duda alguna hablamos del mejor trazado del título.
Aunque GRID está dispuesto a hacernos disfrutar de una forma asequible, cada uno de los numerosos coches que encontraremos en el título tiene un comportamiento mimado y único y es que hay un mundo de diferencia entre la precisión de los deportivos europeos y el comportamiento salvaje y desenfrenado de los deportivos americanos.
Durante las primeras cinco a diez horas, GRID es una delicia. Pero poco después te preguntas acerca de lo que el título puede ofrecerte y te das contra la más pura y estricta de las realidades. Esa misma explosión inicial de ubicaciones no es el comienzo de una gran gira, son todas las ubicaciones que se te lanzan en un puñado de eventos, que luego se reciclan durante las siguientes decenas de horas de juego. Hay diferentes diseños de pista, por supuesto, pero correr Brands Hatch hacia atrás no disminuye la decepción de regresar a Brands Hatch por decimoquinta vez cuando ni siquiera estás a la mitad del juego.
Un aspecto que me ha hecho gracia de la IA es que si chocas mucho o con mucha fuerza contra un rival, este se convertirá automáticamente en un auténtico fanático del volante que intentará hacer todo lo posible para echarte de la carretera como sea y cuando sea.
La carrera es generalmente básica, poco más que un menú de selección de eventos. No se intenta llenar los vacíos, contextualizar su experiencia con una historia u otro marco. Tampoco se ha buscado proporcionar una sensación de progresión más allá de las recompensas estándar, es decir, efectivo, automóviles y más eventos. Fuera de la carrera, las opciones de juego se limitan a carreras individuales y multijugador, ninguno de los cuales ofrece una experiencia muy diferente de lo que verá en la campaña.
Llegado a este punto puede decir que GRID decepciona porque a pesar de contar con un par de ideas potencialmente interesantes, no termina de explotarlas. Me refiero al hecho de que nuestro compañero de equipo puede recibir órdenes como la de conducir agresiva o defensivamente.
Desafortunadamente esa rivalidad entre pilotos se desvanece en cada una de las carreras. Sería interesante el volver a vernos las caras en a siguiente carrera y ajustar cuentas pendientes, ¿no?.
No puedo evitar sentir que un juego como este y con estos precios debería ofrecer algo más -a nivel juego, a nivel gráfico y mucho más-, sobre todo cuando lo comparas con otros títulos como por ejemplo Forza Horizon 4.
Sin duda alguna GRID es recomendable pero no como algo especial, sino como un juego más de entretenimiento de carreras. Podemos decir que es entretenido pero nada recomendable si buscas un Simulador o incluso un Arcade puro. GRID es un híbrido extraño que debería de explotar aún más las facetas más originales del título y no caer en los aspectos más repetitivos.
En definitiva. Me lo compraría porque me ha gustado y suelo adquirir todo lo que tiene que ver con el mundo del motor, sin embargo, me esperaría a que bajaran el precio.