Rolls-Royce Motor Cars hoy celebra 150 años del nacimiento de uno de los fundadores de la compañía, Sir Frederick Henry Royce. Un genio modesto que se refiería a sí mismo simplemente como un «mecánico», Royce tenía una filosofía de diseño simple – la búsqueda de la excelencia.
Nacido en el 27 de marzo de 1863, Royce era el menor de cinco hijos. Él era un emprendedor nato y sus habilidades eran fruto de su gran capacidad autodidacta. Desde sus primeros éxitos en la industria eléctrica, en 1884 con tan sólo 21 años, hasta su muerte en 1933, Royce siguió su principio básico de establecer el mejor diseño, utilizando los mejores materiales disponibles, y por ello trabajó para conseguir los niveles más altos de artesanía. En sus propias palabras: «Lucha por la perfección en todo lo que haces. Toma lo mejor que existe y mejóralo. Cuando no exista, diséñalo.»
Royce se asoció a Charles Rolls poco antes de su muerte en un accidente de aviación. Así nació el nombre que da lugar a la marca automovilística que conocemos en nuestros días. Desde el principio Rolls-Royce fue sinónimo de calidad y de búsqueda de la excelencia, pero la compañía se convirtió rápidamente en una de las mejores.
Rolls-Royce celebra la vida de Sir Henry, no sólo por su pensamiento innovador y la aceptación de nada menos que lo mejor, sino también por su atención al detalle y la calidad. Hoy sus valores y su ética se siguen practicando todos los días en Rolls-Royce Motor Cars, donde la calidad es fundamental en todas las etapas de la producción y la perfección está siempre presente para mejorar.
Fuente: Rolls-Royce
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