En el Salón del Automóvil de Ginebra de 2016, Rolls-Royce Motor Cars presentó la Black Badge, una nueva familia de automóviles a medida que se caracteriza por un exterior y un interior en el que predominan los acabados en color negro.
Hoy hemos sabido que el Rolls-Royce Cullinan recibe la Black Badge. Si bien los clientes pueden recurrir a las 44.000 opciones de pintura de la paleta de colores o bien encargar un tono Bespoke completamente individual, seguro que muchos de los futuros clientes de Cullinan optarán por la Black Badge.
Múltiples capas de pintura y laca se aplican meticulosamente y se pulen a mano 10 veces en el hogar de Rolls-Royce en Goodwood, lo que representa el proceso de acabado superficial más completo jamás aplicado a un color de pintura sólida.
La insignia de la marca, el Spirit of Ecstasy, ahora se presenta por primera vez en cromo negro de alto brillo.
La insignia ‘Doble R’ ubicada en la parte delantera, los flancos y la trasera se invierten para convertirse en plateados sobre negros, mientras que las superficies cromadas, como el borde de la parrilla delantera, los acabados del marco lateral, el tirador del maletero, el revestimiento del maletero, la entrada de aire inferior y los tubos de escape se han oscurecido.
Todo esto se ve aún más oscuro gracias a las nuevas llantas de aleación forjada de 22 pulgadas reservadas exclusivamente para Black Badge Cullinan.
El diseño negro brillante y pulido también crea el escenario perfecto para la primera pinza de freno de color de la marca. La pintura roja de alto brillo se ha desarrollado específicamente para resistir las temperaturas elevadas generadas por el sistema de frenado y al mismo tiempo, ofrece un acabado súper liso.
Las superficies de fibra de carbono quedan a la vista y son una auténtica obra de arte. Cada hoja de «Technical Carbon» se termina con seis capas de laca antes de dejarse curar durante 72 horas y luego se pule a mano con el acabado de espejo característico de Rolls-Royce. Este proceso se consigue en 21 días y solo se considera completo una vez que cada pieza es inspeccionada por un artesano para garantizar una uniformidad reflectante completa en cada una de las 23 piezas ubicadas dentro del automóvil.
El motor V12 con doble turbocompresor de 6.75 litros del automóvil mejora su sonido a través de un sistema de escape completamente nuevo, que anuncia su llegada con un profundo y autoritario sonido.
Desde Rolls-Royce han comentado que han visto innecesario ampliar el motor, sin embargo la flexibilidad del V12 de doble turbo se ha aprovechado para generar 29 CV adicionales lo que eleva la potencia total hasta los 600 CV. El par se ha ampliado en 50 Nm hasta los 900 Nm máximos. El Cullinan Black Badge se beneficia de una transmisión ZF de 8 velocidades.