Este peculiar modelo cuenta con una serie de características de diseño e ingeniería creados exclusivamente a medida para rendir homenaje a Campbell.
Como en todo Rolls Royce, la atención a los detalles y el compromiso con la excelencia en la ingeniería, se ven reflejados en el modelo.
El coche está acabado en pintura “Maggiore Blue”, inspirada en el conocido esquema de color del Bluebird. Nueve capas de pintura se aplican antes de un exhaustivo proceso de lijado a mano y lacado en polvo de última generación que garantizan un acabado impecable.
Por primera vez en la historia de Rolls-Royce, el acabado exterior se extiende al motor y a las llantas de once radios totalmente pulidas.
El exterior cuenta con el motivo Bluebird pintado a mano por el maestro pintor de Rolls- Royce. Este proceso toma al especialista nada más y nada menos que cuatro horas de mano de obra.
Las tradicionales cubiertas de teca del Phantom Drophead Coupé destacan más gracias al acero cepillado. Cada pieza ha sido moldeada y golpeada a mano durante 70 horas después del prensado mecánico. Un artesano cepilla a mano el metal durante 10 horas.
El refinado acabado exterior se traslada al interior. Un perfecto tapizado en piel cosida y rematada a mano se extiende por el habitáculo.
La referencia a las embarcaciones de Campbell se extiende por parte del instrumental que se insira en el del barco K3 original de Campbell.
Una vez más, Rolls-Royce lleva el refinamiento artesano al límite de la realidad y de los bolsillos…