Seguramente hayas oído hablar en numerosas ocasiones de Jon Olsson. Este esquiador de élite sueco ha sido noticia a menudo por sus excentricidades, desde crear un coche de Le Mans para llevarnos a la nieve hasta su bestial Audi RS6 DTM de casi 1.000 CV que desgraciadamente más tarde tendría un triste final. Una de sus últimas grandes ideas fue modificar un Lamborghini Huracan con su toque personal, y como viene siendo habitual, el señor Olsson pronto se aburrió de él y lo puso a la venta.
Ahora es el turno de su Rolls-Royce Wraith, uno de sus últimos «juguetes» que nos presentó hace exactamente un año. Bautizado como ‘George The Rolls’ recibe la clásica pintura de camuflaje blanca y negra, las luces auxiliares, la maleta porta esquíes, unas llantas Forgiato de 24 pulgadas, los cristales tintados o un sistema de escape modificado, pero lo más interesante se encuentra bajo el capó, donde el poderoso motor V12 de 6.6 litros ha sido turboalimentado y potenciado hasta los 810 caballos.
Mientras que en su exterior mantiene un aspecto salvaje y radical en su interior la cosa cambia, encontrando el clásico habitáculo lujoso y elegante del fabricante británico. Combina maderas de las más altas calidades con una tapicería de cuero azul marino y el ya tradicional «techo estrellado» que podemos ver en el resto de modelos de la firma. Para ofrecernos la mejor sinfonía equipa un sistema de escape deportivo de QuickSilver que promete hacer las delicias de nuestros oídos.
Este majestuoso ejemplar está a la venta en Auto Leitner en Holanda, solo suma unos 13.000 kilómetros en el odómetro y su precio asciende hasta los 275.000 euros. Ahora la pregunta es si habrá alguien con un gusto tan singular como el de Jon Olsson para comprarlo, ya que la mayoría de grandes fortunas del preferirán un Rolls-Royce más discreto sin un diseño que parezca sacado de un apocalipsis zombie.