Con la mayoría de firmas europeas y japonesas con la actividad paralizada en Rusia debido al conflicto con Ucrania, son las empresas surcoreanas y chinas las que están logrando hacer «su particular agosto» al mantener tanto la actividad productiva como comercial.
Ni siquiera Lada ha conseguido continuar la producción y venta de sus automóviles por la elevada dependencia que tiene de Renault y algunas firmas de componentes como Bosch que ya no abastecen piezas en el país, dejando que sean los chinos y surcoreanos los que puedan seguir ofertando sus automóviles.
Si el año pasado ya se vendieron 122.800 vehículos de firmas chinas en Rusia, en este 2022 todo parece indicar que terminarán mejorando la cuota gracias a la ausencia de rivales potenciales. Superar esa cifra podría ser complicado debido a las sanciones y a la devaluación del rublo, mermando el poder adquisitivo de la población.
En los primeros dos meses del año las firmas chinas ya habían logrado escalar posiciones en Rusia gracias a la disponibilidad inmediata de sus modelos frente a las largas listas de espera que sufrían otros fabricantes europeos provocada por la falta de semiconductores. En la situación actual la cosa incluso empeora y deja un escenario más positivo para las chinas.
Desconocemos que pasará con las marcas Hyundai y Kia que siguen produciendo y vendiendo sin pausa en Rusia, aprovechando igualmente la situación actual. Actualmente son las marcas más demandadas del país solo por detrás de Lada –aquí las ventas de Rusia– que en estos momentos no puede cumplir con la demanda de sus modelos.