Hoy es un día muy triste en el mundo del automóvil y es que hace unas horas y después de nada menos que 25 años de historias, ha salido de la línea de montaje de Györ en Hungría, el último Audi TT.
Desde su debut en 1998, este deportivo ha calado hondo en los aficionados de todo el mundo gracias a la diversión que promete a los conductores y a un lenguaje de diseño único.
A mediados de los años noventa, la berlina de lujo A8 elevó la posición de la marca Audi a un nivel superior e inició gradualmente un cambio en la denominación de los modelos: el Audi 80 se convirtió en el Audi A4, y el Audi 100 pasó a llamarse Audi A6.
Por aquel entonces, el diseñador estadounidense Freeman Thomas, a las órdenes del entonces Jefe de Diseño Peter Schreyer, creó el Audi TT Coupé, un deportivo en su estado más puro.
Audi presentó el estudio conceptual en el Salón del Automóvil de Frankfurt en septiembre de 1995. El nombre “TT” hace referencia al legendario Tourist Trophy de la Isla de Man, una de las pruebas automovilísticas más antiguas del mundo y en la que NSU y DKW lograron grandes éxitos con sus motocicletas.
La decisión de fabricar en serie el Audi TT Coupé se tomó en diciembre de 1995.
En 2008 se lanzó el modelo deportivo TTS, equipado con un motor turbo de 2 litros y 272 CV, al que siguió un año más tarde el TT RS, con un motor turbo de cinco cilindros y 2,5 litros que alcanzaba una potencia de 340 CV y llegaba a los 360 CV en el Audi TT RS plus. En 2008, la marca de los cuatro aros lanzó el TT 2.0 TDI quattro, el primer deportivo del mundo de producción en serie con motor diésel.
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