No es ningún secreto que en España se lleva hablando desde hace muchos años de la implantación del pago por uso de las autopistas. El objetivo es que los ciudadanos contribuyamos (todavía más) al mantenimiento de la red viaria. En los últimos meses el revuelo que ha causado el tema del pago por uso de las carreteras no es pequeño.
Como ya sabrás, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a la Unión Europea por el Gobierno de España recoge esta posibilidad a cambio de recibir los fondos europeos valorados en 70.000 millones de euros en subvenciones. Sin embargo, ahora comienza el aluvión de «buenas noticias».
El Gobierno ya ha iniciado los trámites para estudiar las diferentes posibilidades de introducción el nuevo sistema de peajes. Como se confirmó en su día, afectará a todas las autovías del país a partir de 2024. La recaudación irá destinada (supuestamente) a las operaciones de mantenimiento y mejora necesarias para la red viaria española.
Según recoge Europa Press, la Dirección General de Carreteras, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, ha encargado a la consultora pública Ineco la elaboración de nueve informes. El objetivo es valorar un nuevo sistema de financiación de las carreteras.
Un proceso de tres fases
La nueva medida se articulará en tres fases. La primera de ellas es la formalización de contratos, que está prácticamente concluida. Ineco ha contratado los servicios de KPMG Abogados por 89.000 euros. El fin es llevar a cabo el servicio de asesoría y consultoría jurídica especializada en materia fiscal y tributaria en el ámbito de las carreteras.
Por otra parte, el pasado 10 de junio se formalizó el contrato interno entre la Dirección General de Carreteras e Ineco, quien adjudicó los servicios de consultoría a KPMG. Según las primeras informaciones, el coste total de las modificaciones necesarias asciende a 1,4 millones de euros. El plazo establecido será de 10 meses.
La segunda etapa será el diseño e ingeniería de la solución adoptada para la tarificación. Por último, en una tercera etapa se instaurarán los servicios necesarios de soporte para la licitación de la implantación del nuevo sistema de cobro. Se estudiará si se emplea un sistema de viñetas con cuota fija anual, o peajes.
En este segundo supuesto, la tarifa dependerá de la distancia que se recorre en cada trayecto. Adicionalmente se estudiará el alcance de la red vial a tarificar. Está por ver si serán solo las autovías estatales o también las autonómicas; o incluso cualquier carretera. Se tendrá en cuenta la posible progresividad fiscal para no perjudicar a los más vulnerables.
¿Por qué el pago por uso de las autopistas?
La medida, que se articulará en la futura ley de movilidad y se extenderá a otras carreteras, es defendida por el Gobierno porque «supone avanzar hacia la internalización de los costes externos del transporte bajo el principio del cobro al usuario ‘usuario pagador’ y también del principio de ‘quien contamina paga’».
Desde el Ejecutivo señalan que se buscará el acuerdo social y político para implementar esta medida, pero ya adelantan que en «el caso de los vehículos pesados autorizados para el transporte de mercancías por carretera, se impulsarán las condiciones normativas necesarias para que el coste de esta medida sea asumido por los cargadores».
Con la excusa de «quien contamina paga», moverse con su vehículo será un suplicio económico para muchas familias.
En el caso de los particulares, habrá «una campaña de concienciación y sensibilización sobre la necesidad de esta medida, orientada a sensibilizar tanto a los transportistas y a la población en general de la necesidad de la reforma», recogiéndose la posibilidad de que existan reducciones o bonificaciones para determinados colectivos.
Cabe destacar que el Gobierno huye de la palabra peaje. Igual creen que así nos asustaremos menos con este nuevo palo a nuestros bolsillos… Sabemos que la aplicación del nuevo impuesto llegará con un formato de pago por kilómetro recorrido, algo similar a lo que ocurre en Portugal.
¿Cuánto nos costará el pago por uso de las carreteras?
Nos hablan de «tarifas asumibles» desde el Gobierno, pero si tenemos en cuenta que la idea es aplicarlo de forma «escalable y progresiva» no solo a vías de alta capacidad (autopistas y autovías), sino a toda la red de carreteras, supone un dineral en cualquier caso. Diversos expertos y asociaciones cifran el coste de los peajes entre 1 y 9 céntimos por kilómetro.
Esta cifra podría variar en función del potencial contaminante de cada vehículo o la antigüedad. En cualquier caso, hablamos de una cantidad suficiente para acabar con el déficit de 8.000 millones que ya acumula la conservación de las carreteras en nuestro país. Hoy en día, el mantenimiento de las autovías tiene un coste para el Estado de 11.000 millones de euros.
Según el Gobierno, estas cifras no son viables ante el aumento significativo de kilómetros y la disminución de recursos públicos. Con la nueva medida, no sólo se incrementarían los ingresos para el mantenimiento de la red viaria, sino que también se amortizaría rápidamente la inversión de aproximadamente 700 millones de euros que requiere la instalación de los pórticos.
A través de ellos se garantiza el control electrónico sin barreras, algo similar a lo que existe actualmente en Portugal. La idea es que la norma esté aprobada para principios de 2024, año en el que se pretende establecer una primera fase con un sistema de ‘viñeta’ y una cuota fija para acostumbrar a los conductores a esta nueva tarificación.