Hoy en día la búsqueda de soluciones para una movilidad más fluida y sostenible en las carreteras es una de las principales prioridades en muchos países, además de proporcionar nuevas medidas que fomenten el uso de vehículos eléctricos y faciliten la llegada del coche autónomo. Algunas de ellas que hemos conocido en los últimos meses son las carreteras inteligentes que se limpian, reparan y cuidan solas, un singular proyecto llamado Forever Open Road (FOR) o autopistas que recargan las baterías de los eléctricos mientras circulas por ellas. Pero también hay soluciones para los peatones como los pasos de cebra inteligentes que se adaptan al tráfico.
Mientras, en España la DGT ya está creando un Internet de las Cosas, una especie de plataforma entre vehículos conectados para crear: «una capa superior de tecnología que una distintos silos de información entre sí«. Ahora desde Inglaterra nos llega un nuevo y curioso concepto, el de semáforos en las autopistas para reducir la congestión del tráfico en las zonas más conflictivas.
Este proyecto aún está en fase de pruebas, y el lugar elegido para llevarlo a cabo ha sido la M62 cerca de Warrington en Cheshire (Inglaterra), y el responsable de llevarlo a cabo es de Highways England. Su objetivo es el de ofrecer a los conductores viajes más tranquilos y seguros a lo largo de esta autopista, una de las zonas de la región más concurridas de tráfico. Estas pruebas durarán aproximadamente hasta diciembre o enero, cuando a las señales electrónicas y los limites de velocidad obligatorios se añadirán semáforos en las carreteras que enlazan con esta autopista para proporcionar un flujo de tráfico más dinámico.
Uno de los responsables de este programa -Andy Withington- asegura que: «Es una oportunidad para combinar la tecnología existente y los sistemas de gestión del tráfico de una manera novedosa para comprobar si podemos ofrecer a los conductores que usan diariamente la M62 tiempos de viaje más bajos durante las horas puntas con viajes más tranquilos y fiables.
Una vez que el sistema ya esté en activo se supervisará su funcionamiento a lo largo de todo un año y en el caso de que tenga éxito podría importarse a otras autopistas y carreteras de todo el país. Este nuevo sistema se introducirá en dos fases: primero se incorporarán letreros electrónicos con mensajes varios y los conductores comenzarán ver señales que muestren los límites de velocidad variable, así como advertencias en caso de atascos.
En la segunda fase se llevará a cabo el encendido de semáforos al final de las carreteras en zonas de incorporación a la M62 dirección este. Todo el tráfico será monitorizado y el ritmo de los semáforos controlado para minimizar las colas en las incorporaciones. El objetivo principal de este proyecto según Withington es: «probar la novedosa tecnología introducida a través de este proyecto piloto y hacer frente a la congestión en las horas punta del día, especialmente durante por la mañana. Los semáforos de enlace no estarán encendidos todo el tiempo, estando limitados a primera hora de la mañana«.