El Porsche 962 es uno de los coches de carreras más míticos de los ochenta, y sin duda uno de los Porsche de competición más famosos de la exitosa historia del fabricante alemán. Desarrollado para las carreras de resistencia estadounidenses, fue el digno sucesor del 956 y comenzó su andadura en las 24 Horas de Daytona en 1984.
Años más tarde tuvo que ser adaptado a la normativa europea para poder competir en el Grupo C que se disputaba en el Viejo Continente, donde es recordado por su victoria en las 24H de Le Mans en 1987, con la que la marca germana lograba su séptimo triunfo consecutivo en la prueba. Para ello se modificó la distancia del los ejes a fin de hacer espacio a los pedales, la jaula de acero se integró a un nuevo chasis de aluminio y para el motor, se usó el bóxer de seis cilindros biturbo de 2.6 litros con 650 caballos derivado del Porsche 934.
Es, sin lugar a dudas, uno de los coches de competición más emblemáticos de la casa germana y una de esas auténticas joyas que siempre recordaremos por el ronco y poderoso sonido de su motor. Solo se hicieron 91 unidades, 75 de ellas vendidas a clientes privados, por lo que el hecho de que una de ellas salga a la venta siempre es motivo de alegría para coleccionistas y apasionados de la automoción. En este caso, hablamos de una unidad decorada con las pegatinas de Wynn’s, concretamente de aquella mejorada con un monocasco FABCAR que se entregó a Hotchkins Racing en la temporada de 1986 en Watkins Glen.
No es precisamente barato, pues está a la venta en James Edition por 1,25 millones de dólares -casi 1,1 millones de euros al cambio actual-, pero cuenta con unas cuantas piezas actualizadas en su poderoso motor turboalimentado de seis cilindros plano con 3.2 litros de cilindrada que ha heredado del posterior Porsche 911 GT1. Ahora desarrolla la friolera de 750 caballos e incorpora frenos Brembo y amortiguadores de Penske Racing.