Sí, hay un mundo de réplicas realmente extenso que como bien dijo uno de los lectores atenta contra la propiedad intelectual e industrial de las marcas, sin embargo, en algunas ocasiones estas réplicas son tan malas que lo mejor que podemos decir es que atentan contra el gusto.
Para que os vayáis haciendo una idea, vamos uno por uno. La unidad pintada en color negro está basada en un Suzuki Swift y viene de la India. Más que una réplica, por tamaño podríamos decir que es un Bugatti Veyron a escala “segmento B”. La sobreelevación y las dimensiones exteriores lo delatan, sin embargo no es el peor de la galería.
En segundo lugar tenemos la unidad roja. Curiosamente, en este caso sí que hablamos de algo de valor ya que esta réplica empezó siendo un Audi A6 asociado a una mecánica V6 de 2.8 litros. En este caso hablamos de un trabajo algo más “currado” y cuando fue puesto a la venta, su propietario pedía casi 38.000 euros.
La que más me gusta es una unidad que veréis que está totalmente inacabada. Su aspecto es magnífico, sin embargo su propietario ha pedido casi 100.000 euros por esta pieza a la que le queda mucho para convertirse en algo decente. Su carísimo trabajo en fibra de vidrio es de lo mejor que te puedes encontrar en el mercado de las réplicas de Veyrons. La base en este caso es un Pontiac GTO de 2004 aunque tras la modificación el modelo monta la mecánica V8 de un Corvette.
En último lugar tenemos la unidad bicolor (gris y blanca). Es quizá la peor hecha con diferencia. Se trata de un intento de Veyron con base de Honda Civic Coupé de 1994. De Veyron tiene muy poco y sus puertas de apertura vertical… mejor no hablamos de ellas…
Fuente | Carbuzz
Alberto Vega Vázquez
Vija Hernández mazinho
Ajajjajajajjaajja
Adria Klaudino
HuGo Sin Más
Ronald Checa
Sin palabras
Yo lo denunciaba por esta aberración
Pues el swift resulta gracioso, y el inacabado tiene mucho trabajo encima.