En un momento donde parece que prima la exaltación y el valor de lo diferente, algunos deciden llevar estas ideas hasta extremos casi impensables. Es el caso de Renntech y una de sus últimas preparaciones sobre la recién renovada Clase S de Mercedes-Benz, la cual recordemos que llega con una profundo lavado de cara, un interior aún más lujoso y jugosas novedades mecánicas en todas sus versiones.
Con un concepto diferente del lujo y la deportividad, este preparador ha sometido al modelo a una sutil remodelación que no se aleja en exceso de la filosofía expuesta en las variantes AMG originales del Clase S pero que, sin embargo, va un paso más allá. Es más, en este caso ni siquiera hablamos de un Mercedes-AMG S 63 o S 65, sino de un «simple» Mercedes-Benz S 560.
La compañía alemana no quería perder la oportunidad de ofrecer su propio paquete de mejoras que pretende hacerlo mucho más atractivo visualmente, con una serie de elementos exteriores y una notable mejora de potencia. En realidad se trata de un kit bastante conservador, pues no encontraremos modificaciones radicales ni un lavado de cara profundo.
Podemos ver desde nuevas piezas de fibra de carbono como un pequeño alerón trasero o un esquema de suspensiones rebajado que según el especialista «no supone la adicción de cableado ni una mano de obra extensa«, hasta ligeros aderezos encargados de crear una estética más deportiva. En los laterales también encontramos unas llantas de 21 pulgadas Performance Series de Renntech.
Pero lo más jugoso llega bajo el capó, donde el preparador ha optimizado la unidad de control del motor para aumentar la potencia del bloque V8 biturbo de 4.0 litros hasta unos nada despreciables 590 CV y 870 Nm de par motor. Con semejantes cifras, el Mercedes-Benz S 560 ahora es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,25 segundos y de 0 a 160 km/h en 9,14 segundos, cubriendo el cuarto de milla -400 metros- en 12,42 segundos (a 188 km/h).