Seguramente alguna vez te hayas preguntado qué significan las letras y los números que aparecen en las matrículas de algunos coches extranjeros. Muchas de ellas son más complejas que las que podemos encontrar en España, y es por ello que hoy quiero dedicar unas líneas a descifrar las placas de matrícula francesas, por si a alguien le pica la curiosidad.
He elegido Francia por aquello de que es nuestro país vecino y, en algunas regiones del norte de España, no es difícil encontrarse con estas matrículas a diario. Viajemos hasta el país de los gendarmes locos de Saint-Tropez, los veloces taxistas de Marsella, los policías intransigentes de París y el coche volador de Fantômas para conocerlo todo sobre sus matrículas.
Puedes leer otras entregas de la serie en las que te hablamos de las matrículas de Alemania y de España.
El precursor de las matrículas francesas modernas nació en 1783, cuando el rey Luis XVI ordenó a los cocheros parisinos que llevaran una placa con su nombre y dirección en los carruajes, en un esfuerzo por reducir el crimen en las calles de París. Posteriormente, en 1901, se introdujo un sistema de matrícula nacional en Francia.
Hasta 1992, estas placas de matrícula icónicas presentaban letras blancas o plateadas sobre un fondo negro. Esta combinación de colores todavía se mantiene hoy en día, pero únicamente para los automóviles más antiguos y bajo petición especial por parte de los propietarios. El actual sistema de matrículas, vigente desde 2009, se inspiró realmente en el formato italiano.
El objetivo era simplificar el sistema y dificultar la venta ilegal de vehículos robados, pues en 2008, un año antes de introducirse el nuevo sistema, la cifra de coches sustraídos superó las 130.000 unidades. En la actualidad, las placas delantera y trasera francesas lucen letras negras sobre un fondo blanco (hace unos años se usaban letras negras sobre un fondo amarillo).
A la izquierda de la placa de matrícula encontramos la franja azul europea que incorpora el código internacional de Francia (F), así como la estrella de la UE. A la derecha podemos apreciar otra franja azul en la que están representadas dos cosas. En el extremo superior, el emblema o el escudo de armas de una de las 18 regiones francesas.
En el extremo inferior, una combinación numérica que indica uno de los departamentos de la región expresada en el escudo. El número más conocido es el 75, que es el código de París. Como anécdota, cabe señalar que es el primer propietario del vehículo el que elige la región y el departamento, pero estos no guardan ninguna relación con el lugar de matriculación.
El objetivo es, como ya he comentado, dificultar la tarea a los ladrones de coches. Adicionalmente, ahora hay nuevas características de seguridad en el documento de matriculación y registro del vehículo, las cuales están diseñadas para complicar todavía más la falsificación de la documentación.
En Francia, los números de registro de la matrícula siguen el formato AA-XXX-AA, siendo la A las letras y la X los dígitos. El sistema es secuencial y común a toda Francia. Eso significa que, a diferencia de muchos otros países, el sistema francés es completamente independiente de los departamentos y regiones, razón por la cual los conductores pueden elegirlos a voluntad.
El primer número de registro fue AA-001-AA. Inicialmente se agregan números (hasta AA-999-AA) y, alcanzado el límite, entran en juego las letras. El sistema puede utilizarse hasta el registro ZZ-999-ZZ y las prohibiciones son mucho menores que en Alemania. Común con los alemanes es la prohibición de utilizar la combinación ‘SS’ por su referencia a la época nazi.
Por otra parte, las letras I, O y U no se usan porque podrían confundirse con los números 1 y 0, así como con la letra V. Con todo y con ello hay casi 280 millones de combinaciones posibles, con un promedio de ventas anuales de tres millones de vehículos, lo que evita quebraderos de cabeza durante casi 90 años. También hay algunas matrículas especiales, pero muy pocas.
Antes de 2009, la policía, el ejército y algunas agencias gubernamentales tenían su propio formato de número, pero desaparecieron cuando se introdujo el sistema actual. Igualmente, las combinaciones específicas de letras para crear matrículas personalizadas ahora se utilizan solo para los registros de vehículos temporales (cuyos números comienzan en WW).
En algunos casos también se emplean para los vehículos de prueba y demostración, en cuyo caso los números comienzan con la letra W, seguida inmediatamente por un conjunto de dígitos. El único formato especial que se ha mantenido es el de las matrículas diplomáticas, que presentan letras blancas o anaranjadas sobre un fondo verde.