Para conmemorar el 120 aniversario del departamento Motorsport de Škoda, la marca ha reconstruido un Skoda 1100 OHC Coupé, un modelo del que no habíamos hablar con antelación pero que es una auténtica preciosidad.
Los equipos comenzaron reacondicionando el bastidor, el chasis y el motor originales y reconstruyeron la carrocería de acuerdo con la documentación histórica. En el proceso, utilizaron tecnología de punta, así como técnicas tradicionales en la construcción de carrocería.
El Škoda1100 OHC (designación de tipo interna 968) estaba destinado principalmente a carreras de circuito de resistencia y se dio a conocer en la primavera de 1956. A fines de 1957, se completó la primera de dos copias con carrocería de PRFV.
En 1959/1960, los diseñadores continuaron trabajando en el proyecto 968 y crearon dos coupés con carrocería cerrada. Se utilizaron componentes probados de los modelos de producción pero a diferencia de los ŠKODA SPORT y SUPERSPORT, que se crearon a finales de la década de 1940, el vehículo ya no se basaba en un tubo central con horquillas para montar un motor OHV en la parte delantera. En su lugar, el ŠKODA 1100 OHC Coupé se benefició de un marco ligero pero rígido soldado a partir de tubos de paredes delgadas. Para las ruedas delanteras se utilizó una suspensión trapezoidal, que consta de dos brazos triangulares dispuestos uno encima del otro, mientras que en la parte trasera se instaló un eje de acoplamiento con brazos de arrastre.
El motor estaba ubicado detrás del eje delantero y, junto con la unidad de ensamblaje, compuesta por el diferencial del eje trasero y la caja de cambios de cinco velocidades.
El coche de carreras superó la potencia del Spartak de 40 CV (29,4 kW) a 4200 rpm gracias a sus cámaras de combustión optimizadas y accionamiento de válvulas OHC, una relación de compresión de 9,3:1, dos carburadores, encendido por batería de doble dínamo de Bosch y muchas otras modificaciones. Su potencia era de 92 CV (67,7 kW) a 7.700 rpm, con unos impresionantes 85 CV por litro de cilindrada. Para ráfagas cortas, podría alcanzar hasta 8.500 rpm.
El biplaza con carrocería de aluminio y un peso en vacío de solo 555 kg alcanzaba una velocidad máxima de alrededor de 200 km/h.
El ambicioso proyecto de restauración del vehículo no habría sido posible sin los expertos del Museo ŠKODA y su experiencia trabajando en el ŠKODA 1100 OHC abierto.
Fuente | Skoda