No cabe lugar a dudas, Skoda está viviendo una época dorada de lanzamientos y lo que está por venir nos va a encantar, o al menos eso es lo que nos prometieron los responsables de la marca hace ya unos meses.
Vehículos eléctricos, híbridos, enchufables, de GNC y muchas variantes de carrocería que atraerán a más clientes a una marca que a pesar de pertenecer al Grupo Volkswagen, mantiene una filosofía clara y continuada en el tiempo.
El primero en llegar en esta nueva ofensiva de producto será el reemplazo del Skoda Rapid y del Skoda Spaceback, modelos que a pesar de no haber tenido un éxito nada notable -más allá del sector del taxi- en nuestro mercado, han logrado situarse en los resultados generales de la marca como el segundo modelo más vendido por detrás del Octavia.
Aunque ya nos han avanzado su diseño casi definitivo en el Salón de Paris con el Skoda Vision RS, todavía tendremos que esperar a que el nuevo hatchback compacto de la marca sea revelado, presumiblemente a finales de este mismo año.
Según la propia marca, el modelo pretende ser un competidor más fuerte y notable en el segmento C y según nos han adelantado, será un perfecto rival para el Focus, el Astra, el Megane y cómo no, incluso para el Golf, aunque viendo lo que como norma general hace la marca, seguramente el modelo de Skoda se siente un peldaño -o por lo menos medio- por debajo del todopoderoso Golf.
Si no te gusta el actual nombre de «Rapid», no te preocupes porque el nuevo hatchback no se llamaría Rapid y estrenará nombre y ojo, porque todo esto viene derivado de los malos resultados del Spaceback.
Según la marca, con el Rapid Spaceback actual, no lograron convencer a la gente de que Skoda es un competidor creíble en este segmento y personalmente opino que no es para menos. No sólo hablamos de un puesto inferior en diseño, también estaba por debajo en calidades, oferta de equipamiento y tecnología.
Por todas estas razones el modelo estrenará nombre, compartirá tecnología con sus rivales del Grupo y tendrá un diseño muy atractivo.
El modelo de cinco puertas será el primer automóvil de Skoda en utilizar la plataforma MQB AO del Grupo Volkswagen, que ya se utiliza en modelos como VW T-ROC o el Seat Ibiza. Esta misma plataforma también será empleada por modelos venideros como el nuevo Skoda Fabia que llegará en 2020 y su próximo SUV por debajo del Karoq -no será el Kamiq-.
Con esta nueva plataforma, el futuro modelo compacto de Skoda será compacto en dimensiones exteriores pero generoso en habitabilidad y gracias a esto y a unas calidades superiores al actual modelo ofertado y a una oferta tecnológica a la altura de sus competidores, la marca checa logrará cerrar la brecha existente entre el Fabia y el Octavia, algo que sin duda, afectará a las increíbles ventas del Octavia al que le toca una renovación completa de forma inminentes -presumiblemente en el primer semestre de 2019-.
El futuro modelo que conoceremos a finales de año hará uso de una completa gama de motores que van desde el 1.0 TSI al 2.0 TDI pasando por el nuevo 1.5 TSI y otras mecánicas diesel remodeladas de inferior cilindrada. Por el momento no verán la luz versiones híbridas o eléctricas ya que se entiende que son demasiado caras para este tamaño pero lo más probable es que sí que terminemos viendo una variante G-TEC que emplee gasolina y gas natural comprimido.
Si tenemos en cuenta los datos del Škoda Vision RS, nos encontraríamos ante un compacto de cinco puertas con unas dimensiones de 4.356 mm de largo, 1.431 mm de alto, 1.810 mm de ancho y una distancia entre ejes de 2.650 mm. Además, contaría con un maletero de hasta 430 litros de capacidad y espacio para cuatro ocupantes en un interior muy espacioso.