Las ventas de coches han caído estrepitosamente este año a causa de la pandemia del coronavirus y todos los fabricantes de automóviles han sufrido un hachazo en sus cuentas, aunque está claro que a algunos les ha ido mejor que a otros. Entre los peor parados se encuentra SsangYong Motor Co Ltd, que se ha declarado en concurso de acreedores.
La compañía surcoreana solicitó la administración judicial ayer lunes tras incumplir con el pago de un préstamo de alrededor de 54,44 millones de dólares, tal y como ha revelado la propia automotriz en un comunicado. El fabricante de automóviles indio Mahindra & Mahindra, que tiene una participación del 74,65% en SsangYong, ya anunció que el pago total vencía el 14 de diciembre.
A juzgar por el comunicado, el futuro de la compañía es, cuanto menos incierto: «SsangYong Motor ha solicitado el procedimiento de administración judicial porque se espera una interrupción masiva en las operaciones después de que la compañía no pudiera llegar a un acuerdo para extender sus plazos de pago de préstamos con bancos extranjeros«.
Más concretamente, de los 60.000 millones de wones de deuda, la compañía debe aproximadamente 30 mil millones de wones a Bank of America Corp, 20 mil millones de wones a JPMorgan Chase & Co y 10 mil millones de wones a BNP Paribas. Dicha deuda, sumada a una caída en las ventas del 20% de enero a noviembre de 2020 (96.825 coches), acercan a SsangYong a la quiebra.
Para evitarlo, el fabricante de automóviles ha solicitado un plan de reestructuración autónomo, lo que le da hasta tres meses para renegociar la deuda con las partes interesadas, incluidos los acreedores, lo que retrasará la decisión final del tribunal de someter la empresa a una tutela judicial. Y todo ello, mientras Mahindra sigue intentando deshacerse de la compañía.
Desde junio, Mahindra ha dejado de invertir en la recuperación de SsangYong y ha estado buscando un comprador para la totalidad o la mayor parte de su participación del 74,65% en la firma, que compró al borde de la quiebra en 2010, tras ser abandonada por SAIC.