Parece ser que Volkswagen no es el único fabricante de automóviles en apuros por la baja demanda. La firma alemana suspenderá la producción del Volkswagen ID.3 y del CUPRA Born en sus plantas de Zwickau y Dresde, en Alemania. Una suspensión que se producirá en las dos primeras semanas de octubre y a la que ahora se suma la factoría de Mirafiori de Stellantis, en Turín.
La planta de Mirafiori cuenta con dos líneas de montaje. En ella se fabrican el nuevo Fiat 500 y un total de cuatro modelos de Maserati. Más concretamente, los modelos de la firma del tridente correspondientes a esta factoría son los Levante, Granturismo, Ghibli y Quattroporte. Recordemos que el Grecale se fabrica en la planta de Cassino, en la región del Lacio, y el MC20 se ensambla en Módena.
Cierre en la planta de Mirafiori varias semanas
Debido a la baja demanda de los modelos que allí se producen, la planta de Turín de Stellantis tuvo que cerrar sus puertas la pasada semana, tal y como ha confirmado un protavoz a Automotive News Europe. Y lo volverá a hacer dentro de muy poco. En concreto, del 19 de octubre al 3 de noviembre, afectando a un total de 2.400 empleados que irán a al paro temporalmente.
No es de extrañar, en nuevo Fiat 500 fue el tercer coche eléctrico más vendido en Europa en 2022, pero sus ventas se han ralentizado este año con la llegada de nuevos competidores y el debilitamiento de la demanda de vehículos eléctricos en toda Europa. Básicamente, el volumen del nuevo 500 en Europa cayó un 1,7% hasta las 41.217 unidades en los primeros ocho meses de 2023.
El modelo tiene que conformarse con un sexto puesto en las listas de ventas europeas en lo que va de año, por detrás de los Tesla Model Y, Volkswagen ID.4, Tesla Model 3, Volkswagen ID.3 y MG4. Para que tengáis una referencia, Stellantis planeaba construir alrededor de 100.000 Fiat 500 en Mirafiori este año y en el primer semestre se produjeron 47.000 unidades.
Los analistas de la industria señalan que la demanda de vehículos eléctricos se está desacelerando en Europa. Las razones principales son los mayores costes de la energía, la inflación y, especialmente, las preocupaciones de los consumidores sobre la infraestructura de carga y la autonomía de las baterías. Según predicen, las ventas caerán este año, estabilizándose en 2024 y disparándose a partir de 2025.